A veces nos cuesta tanto trabajo cambiar nuestro comportamiento por más que el cambio nos beneficie. Si te preguntas por qué no has podido convertirte en la persona que anhelas ser, la respuesta está en los disparadores.

Los disparadores responden a muchos factores que hacen que nos comportemos de manera contraproducente. De hecho, nuestro entorno está plagado de disparadores: si, por ejemplo, estás a dieta y saliendo del trabajo ves un anuncio con una jugosa hamburguesa afuera del metro, este elemento de tu entorno te está incitando a comportarte como no lo deseas.

Todos los días nos vemos rodeados de disparadores ocultos que determinan en gran parte lo que hacemos. Ante este bombardeo, es difícil hacer cambios, pero no imposible; es cuestión de darnos cuenta de nuestros factores desencadenantes para poder crear nuevas respuestas. Todos podemos aprender a dominar nuestros factores desencadenantes y tomar decisiones más racionales y ventajosas.

Poco a poco, percibirás todas las cosas en tu vida que te están afectando y que desconocías, por lo que ya no te impedirán hacer cambios positivos. Puedes confiar en la sabiduría de esta obra, pues está respaldada por investigaciones científicas y experiencias de primera mano del autor.

Si tienes la voluntad, tus disparadores estarán bajo tu control y pasarán a ser señales ambientales deliberadamente diseñadas para moverte en la dirección correcta hacia un cambio productivo y beneficioso. Con el conocimiento adecuado, puedes construir y establecer los desencadenantes que tú personalmente necesitas para superar tu propia autocomplacencia y tus mayores tentaciones.

¿Estás dispuesto a llevar una vida disciplinada para convertirte en una persona poderosa?

Si es así, debes saber que la disciplina no es una cuestión de deber, sino que es una causa de alegría porque hace que tus metas, por más grandes o descabelladas que sean, se vuelvan accesibles.

CAPÍTULO 01: ¿Qué son los disparadores?

Un disparador es cualquier estímulo que resulta en pensamientos y acciones específicos. Los disparadores pueden manifestarse de muchas formas, incluyendo personas, eventos o ciertas circunstancias. Así, elementos como el sonido de las llaves o de la lluvia es un disparador que nos mueve a evocar recuerdos.

¿Cómo funcionan?

Imagina que estás en el primer día de una nueva dieta que quieres cumplir y te encuentras paseando por el parque en un día hermoso de primavera. En el parque hay otras personas que de pronto te parece que están disfrutando más que tú, pues están comiendo un rico helado que tu nueva dieta te prohíbe.

La tentación comienza y, en lugar de cumplir con tu primer día de dieta, decides comprarte un helado, pensando para ti mismo que no pasa nada si aplazas tu plan para mañana. El helado presente en tu entorno es el disparador que te llevó a un comportamiento que en principio deseabas evitar.

Los disparadores tienen diferentes maneras de impactar en tu vida cotidiana; pueden ser directos o indirectos, conscientes o inconscientes, internos o externos, beneficiosos o perjudiciales, etcétera. Por ejemplo, un desencadenante directo podría ser la sonrisa de un niño, que al verla te hace también sonreír. Por otro lado, un desencadenante indirecto podría ser encontrar una foto familiar que te evoque emociones de añoranza que a su vez te motiven a tomar el teléfono y marcarle a tu madre.

Muchas veces los disparadores nos mueven a realizar actos positivos, pero, por desgracias, una gran cantidad de ellos también son dañinos e increíblemente poderosos para evitar que cambiemos para bien. Esto es especialmente cierto cuando no somos conscientes de cuándo nos está afectando un disparador.

Los disparadores son muy personales, pues diferentes cosas desencadenan diferentes reacciones según la persona. Los disparadores de una persona se pueden activar a través de uno o más de los cinco sentidos que recogen información de un lugar físico.

Algunas veces los disparadores son predecibles. Por ejemplo, el hecho de escuchar una de tus canciones favoritas en la radio te puede despertar las ganas de escuchar el disco completo cuando llegues a casa. En otros casos, los desencadenantes son menos intuitivos, como cuando hueles una prenda lavada con el detergente que usaba tu abuela, pero no recuerdas que está relacionado con ella. Los sentidos más comunes que despiertan disparadores son la vista y el sonido, seguidos por el tacto, el olfato y el gusto.

CAPÍTULO 02: ¿De dónde vienen los disparadores?

Con frecuencia nos equivocamos en gran medida en nuestras evaluaciones de nosotros mismos. Solemos tomar crédito por nuestros éxitos, pero culpamos a los demás cuando las cosas no salen bien.

Lo anterior fue demostrado en un estudio donde se les pidió a miles de profesionales que auto evaluaran su desempeño. El 98.5 por ciento se identificó como superior en comparación con sus compañeros de equipo. Sin embargo, es evidente que no todos podían ser mejor que todos.

Nos gusta admitirlo, pero se nos da bien inventar excusas para evitar cambios necesarios, incluso cuando seríamos los más beneficiados en el asunto. Esto se debe a nuestros disparadores de creencias, los cuales nos impiden realizar cambios de comportamiento.

Estos disparadores son creencias internas que nos sirven para auto justificarnos nuestra resistencia al cambio. Un disparador de creencia común, por ejemplo, es creer erróneamente que ya tenemos suficiente sabiduría como para evaluar nuestro propio comportamiento. Esto puede llevarnos a pensar que somos capaces de cambiar cuando queramos, aunque no sea así, y justifica nuestra elección de no crear cambios todavía.

CONTENIDO

Introducción

CAPÍTULO 01: ¿Qué son los disparadores?

CAPÍTULO 02: ¿De dónde vienen los disparadores?

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