Lady Felicity y el canalla. Sarah MacLeanЧитать онлайн книгу.
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Título original: Wicked and the Wallflower. The Bareknuckle Bastards, Book 1
©2018 by Sarah Trabucchi
Traducción de María José Losada Rey
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Diseño de cubierta: Eva Olaya
Fotografía de cubierta: Shutterstock
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1.ª edición: junio 2020
Derechos exclusivos de edición en español reservados para todo el mundo:
© 2020: Ediciones Versátil S.L.
Av. Diagonal, 601 planta 8
08028 Barcelona
www.ed-versatil.com
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Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o fotocopia, sin autorización escrita del editor.
A mi padre, que fue el primero en enterarse de la
existencia de mis lores del crimen de Covent Garden,
pero que nunca llegó a conocerlos.
Grazie mille, Papà.
Ti voglio tanto bene.
Prólogo
En el pasado.
Los tres estaban conectados, mucho antes de que fueran conscientes de ello, por unas hebras de sedoso acero entretejido que no podían desunirse, ni siquiera cuando el destino insistiera en ello.
Hermanos nacidos el mismo día, a la misma hora y en el mismo minuto, de distintas mujeres: la carísima cortesana, la costurera, la viuda del soldado. Nacidos el mismo día, a la misma hora y en el mismo minuto del mismo hombre: el duque, cuya arrogancia y crueldad castigaría su destino sin reparos al robarle lo único que deseaba y que su dinero y poder no podían comprar: un heredero.
Las pitonisas siempre han advertido sobre los idus de marzo, que auguran traición y venganza, un cambio de fortuna y una fatalidad inalienable. Pero para ese progenitor —que solo fue eso, pues nunca se asemejó a un padre—, no serían estos, sino los idus de junio, los que le traerían la ruina.
Porque ese mismo día, a esa misma hora, en ese mismo minuto, nació un cuarto hijo de una cuarta mujer; de una duquesa. Y fue a ese nacimiento —el de un hijo que todo el mundo creyó legítimo— al que asistió el duque, aun cuando sabía que quien iba a heredar su nombre, fortuna y futuro no era hijo suyo. Sin embargo, y de alguna manera, era su única esperanza.
Solo que fue una niña.
Y con su primer aliento, les robó el futuro a todos, tan poderosa de niña como lo sería de adulta. Pero la suya es una historia que contaremos en otro momento.
Esta historia comienza con los niños.
Capítulo 1
En la actualidad. Mayo de 1837.
Diablo