La soledad en nuestros tiempos. Claudio RizzoЧитать онлайн книгу.
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Claudio Rizzo
La ansiedad y nuestros interrogantes
Predicaciones III
Formación Interdisciplinaria
Rizzo, Claudio
La soledad en estos tiempos : predicaciones / Claudio Rizzo. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Guadalupe, 2020. Libro digital, Book “app” for Android - (Predicaciones / 3)
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-950-500-799-8
1. Espiritualidad Cristiana. I. Título.
CDD 248.4
Diagramación de interior y tapa: Patricia Leguizamón
I.S.B.N. Nº 978-950-500-799-8
© Editorial Guadalupe
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Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723.
Todos los derechos reservados.
Impreso en Argentina.
© Editorial Guadalupe, 2020.
ÍNDICE
1ª Predicación: “La soledad I”
2ª Predicación: “La soledad II”
3ª Predicación: “La soledad III”
4ª Predicación: “La soledad IV”
5ª Predicación: “La soledad V”
6ª Predicación: “La soledad VI”
7ª Predicación: “La soledad VII”
8ª Predicación: “La soledad VIII”
Presentación
En estos tiempos de pandemia, este Libro puede responder algunos o varios interrogantes que son inherentes a la existencia humana. Nos encontramos con un desafío en el que podemos analizar todo aquello que debemos afrontar y por la realidad que nos toca vivir mundialmente no puedo dejar de sostener que éste es un desafío inmenso ya que apela también al límite de la vida… Estamos en cuaresma nos estamos preparando para celebrar próximamente la Pascua del Señor y, en este período también nosotros hacemos ofrecimientos, entre ellos, permanecer firmes en la fe, para que nuestra vida cristiana verdaderamente sea un canto de alabanza a Dios. Dios es el autor de la vida, como siempre lo recuerdo a toda la gente a quienes predico y también es el Creador como el Consumador de nuestra historia. Los días de nuestra vida están trazados por el Señor, dice el Salmo 138. Intentamos ser obedientes a la Palabra de Dios, intentamos ser coherentes, también en los momentos difíciles... Desde que tengo uso de razón, una cosa así no la hemos vivido nunca, hemos oído que en la historia sí hemos enfrentado, los seres humanos distintas cosas; todo conlleva a darnos cuenta que todo es fatuo como dice el libro del Eclesiastés, “Vanidad de Vanidades, todo es vanidad”, ya que desde un virus también puede haber un cambio mundial grande en lo que ocasiona. El mundo no está preparado, a pesar de la tecnocracia, o sea del poder de la tecnología, el poder científico, sin lugar a dudas, y, esto que toma de sorpresa es un gran desafío donde también tenemos la oportunidad de ofrecer a Dios nuestra voluntad en este proceso continuo de integración que es la conversión. Una imagen singular que el cristiano adopta es aquella que emerge de la simbiosis por así expresarlo, con la figura del “siervo sufriente” ya no se discute el dato de la exégesis crítica de que los capítulos 40 al 55 del libro de Isaías. Forman una parte distinta de la primera parte de Isaías Este texto llamado hoy Segundo Isaías, es el que posee los cuatro cantos del Siervo de Yavé que son cuatro unidades de características propias, sin lugar a dudas, esto es el anticipo de lo que sufriría Jesús ante de la Cruz. Nosotros en medio de este gran desafío intentamos ponernos al lado del Señor, sabiendo que el Señor es nuestra fuerza y que como dice San Pablo en la 1ra. Carta a los Corintios 1, 18, la Cruz es fuerza de Dios. Cuando la Palabra en el Deuteroisaías, o sea el Segundo Libro de Isaías, Cap. 42, 2 dice: “no vociferará ni alzará el tono y no hará oír en la calle su voz”, se refiere a los sufrimientos de Jesús. Jesús hace la experiencia del fracaso, el rechazo, la ignominia… Hoy vemos que cuando se habla de gente infectada, los demás se alejan o los rechazan o los retan más, pero entiendo que no es el modo de atención, el modo de contención es hacer silencio y si llevarlos a la toma de conciencia, dada la facilidad de contagio, que se presenta, verdad?. Cuando nosotros tenemos en cuenta que Él ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas, que El soportó el castigo que nos trae la Paz y con sus heridas hemos sido curados como dice el mismo Isaías más adelante en el Cap. 53,3, vemos que dos motivos de gran relevancia se unen, por un lado la obra de expiación, realizada por el siervo sufriente y por otro la recompensa que recibe de Dios. La expiación significa que Jesús se ofreció por todos nosotros. El mismo como víctima expiatoria, es decir para liberarnos del pecado. La palabra liberación deriva del término griego apolútrosis: liberación, sanación, curación. Hoy nos acercamos a una cuarta opción que es el “reordenamiento de la vida”. Su presencia nos reordena. Nacimos libres de conflictos y según hemos podido afrontar las diversas situaciones y circunstancias de la vida, se acumularon conflictos. Repito, Él nos reordena con su Gracia. Nosotros por un lado sabemos que Él es el único Sumo y Eterno Sacerdote de la Nueva Alianza porque Él mismo se entrega al Padre y esto hoy en medio de esta pandemia también nosotros tenemos que rescatarlo, es decir el Señor se entregó por nosotros y no desapareció, Él dijo “yo estaré siempre con ustedes hasta el fin de los tiempos”. Cuando oímos decir que la vida es un misterio, es cierto, porque el Autor de la vida también es un misterio. Nosotros formamos parte de ese misterio de Dios, ingresamos a su misterio, es que también nos damos cuenta que la vida es un misterio y que en realidad nuestra vida diariamente debería estar en manos de Dios haciendo una consagración a Dios, no separarnos de Aquel que es el que nos creó y Aquel a quien volvemos. Por eso, en este tiempo, entiendo que es importante poder hacer esta reflexión y que todo en la vida, lo que podamos tener lícitamente tanto lo espiritual como aquello material viene de Dios y hay que ofrecerlo a Dios. Sin embargo no estemos apegados a nada, sino a Su voluntad, y para estar apegado a Su voluntad necesitamos pedir a Dios que se haga Su Voluntad. Dios quiere siempre el bien, Dios es amor.
Esto que mortifica la vida afectiva (me refiero a los gestos: un abrazo, un beso, las caricias –aún de padres a sus hijos y viceversa) además de la vida humana, como vamos viendo, en los distintos países, no viene de Dios, el origen se descubrirá a medida que pase el tiempo, pero no viene de Dios. Y si no viene de Dios, de dónde puede venir? Lo que propone San Ignacio en discernimiento de Espíritus. Dios dice Jesús, o sea El Padre “da cosas buenas” a sus hijos como sabemos que esto no es bueno, entonces de donde viene. San Ignacio propone primero saber si viene de los hombres, no sabemos si este virus fue originado por hombres, hay una gran tendencia a eso y/o del mal espíritu. Entonces como sabemos que esto no es de Dios es muy importante que los que estamos