Es una suposición popular la creencia de que cualquiera que alcance el mayor grado de renombre y logros en su campo debe tener un amor por su profesión que sea innato y excepcional. Pero en el caso de Andre Agassi, quien apareció por primera vez en escena como una desafiante estrella del tenis de Las Vegas, esto es completamente falso.

Desde el día en que tuvo la edad suficiente para golpear una pelota, Agassi fue criado para ser jugador. Sin embargo, esto solo indica que fue privado de una verdadera infancia y de su propia personalidad.

En la década de 1990, Agassi era una de las estrellas deportivas más importantes del mundo, pero había mucha más complejidad dentro de él que la suma de sus características como atleta de primer nivel. Aprendió que, a pesar de que no le gustaba el tenis, podía tratar de encontrar la manera de jugar y seguir su vida en sus propios términos.

En 2006, Agassi se retiró del deporte, luego de haber sido clasificado como el número uno del mundo y de haber ganado ocho títulos de Grand Slam. Es uno de los pocos tenistas en haber acumulado estos logros ganando cada torneo, así como una medalla de oro olímpica. Ahora dedica su tiempo a la academia que fundó con el fin de mejorar las vidas de los niños de escasos recursos en Las Vegas, Nevada, su lugar de nacimiento.

Esta obra, publicada en 2009, es un relato revelador de la tumultuosa vida de uno de los mejores tenistas estadounidenses de todos los tiempos. Más que cualquier otra cosa, es una historia de la búsqueda de Agassi por encontrar estabilidad y autocomprensión, mientras lidia con la incesante avalancha de problemas que resultan de la fama y la atención de los medios; Agassi habría preferido escribir poesía que jugar al tenis, por lo que la atención que vino con los más altos honores deportivos fue más una complicación que un halago.

CAPITULO 01: Los primeros años de Andre Agassi y su introducciOn en el deporte del tenis

Desde que tiene memoria, Andre Agassi ha estado pegándole a las pelotas de tenis. La crianza de Agassi fue exigente y dominada por un padre autoritario que lo presionó para que aprendiera a jugar lo antes posible.

Agassi era obligado todos los días, a la edad de siete años, a entrenar en una plataforma que su padre había construido en el patio trasero de su casa en Las Vegas. Este artilugio lanzaba pelotas de tenis como un cohete mientras gruñía y bramaba humo, por lo que fue apodado “el dragón”.

Mientras su padre le gritaba órdenes sin cesar, exigiéndole que golpeara más fuerte o más rápido, Agassi debía enfrentarse con más de dos mil pelotas al día. Conociendo este dato, a nadie le extraña que a Agassi no le gustara el tenis de niño, en especial si debía entrenarse con el temido dragón.

Después de un período desafiante en una academia de tenis abusiva, comenzó la carrera profesional de Agassi. Su padre estaba dispuesto a ver prosperar a su hijo sin importar el costo, por lo que a menudo recurría al abuso para presionarlo. Agassi, todavía pequeño, no se atrevía a oponer resistencia a su padre.

Su padre creía en las estadísticas, pues las cifras de las matemáticas no mienten: un chico que golpea un millón de pelotas al año, según las probabilidades, puede volverse imbatible. El padre de Agassi estaba convencido de que pensar era la raíz de todas las cosas negativas en la vida, pues lo consideraba lo opuesto a actuar.

De esta manera, a muy temprana edad, Agassi aprendió que las personas mayores pueden cometer el error de creer que los más jóvenes son como pequeños adultos incompletos y los tratan como tal. También supo que, para ganarse la vida, tendría que ser como millones de personas que hacen lo que no les gusta, aunque más tarde comprendería que podría llegar a ser feliz si hacía su trabajo correctamente y con alegría.

CAPITULO 02: QuiEn era el padre de Agassi

Al igual que

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