Una selección de los relatos e historias más importantes de la vida de William H. McRaven, militar retirado de la Marina de los Estados Unidos. Como comandante en jefe de las tropas especiales SEALS y comandante de las Fuerzas de Operaciones Especiales, sus 37 años al servicio a su país lo pusieron al frente de operativos militares muy importantes. Tendremos en las próximas páginas las palabras en primera persona narrando algunas de sus misiones más famosas de la reciente historia de los Estados Unidos.

CAPITULO 01: ¿Quién es el Almirante William McRaven?

Desde muy niño, William escuchaba historias fascinantes de los pilotos de La Fuerza Aérea Estadounidense mientras se escondía en un rincón del Club de oficiales. Las anécdotas de batallas aéreas tenían lugar los viernes por la noche cuando su padre, oficial de dicha Fuerza, se reunía con sus camaradas y tenían largas conversaciones sobre las batallas de la Segunda Guerra Mundial. Estaban en Fontainebleau, Francia, junto a toda la familia que tuvo que instalarse allí para continuar la lucha durante esos años oscuros.

Pero el destino quiso que este chico tenga sus propias historias para contar. Las anécdotas del mar que conoceremos en las próximas páginas se basan en la vida de William McRaven. Su larga trayectoria como oficial del comando especial de operaciones SEAL de la Marina de los Estados Unidos. Son esas típicas historias que cuentan los marineros sobre sus largos viajes fuera de su hogar, o en una mesa de Fontainebleau.

CAPITULO 02: ¿Es cierto QUE, siendo niño, Williams se coló en un sitio nuclear de alta seguridad?

Williams y toda su familia debieron regresar a los Estados Unidos en 1963. Su padre sufrió un derrame cerebral leve y fue asignado a la Base Aérea de Lackland, en San Antonio, Texas. El niño podía moverse libremente en el complejo militar Medina Annex. Pero en medio de la Guerra Fría, un área del complejo estaba estrictamente fuera del acceso de cualquier persona no autorizada.

El depósito con alta seguridad, anexo de Medina, que estaba rodeado por tres cercas de alambre de púas, de dos metros y medio de alto, almacenaba municiones y armamento nuclear. En 1966 McRaven había hecho un plan para ingresar al mismo, con la ayuda de sus amigos Billie y John. La misión llamada “Operación Volcán”, tenía como objetivo descubrir si en su interior se estaban desarrollando actividades clandestinas que fuera una amenaza para el país. Los niños se habían inspirado en las formas volcánicas que tenían los diferentes bunkers llamados “Gravel Gertie” que estaban en la base para darle el nombre a su misión.

Protegidos con pistolas de juguete, y sándwiches de salchichas (hot dog) para contrarrestar el posible ataque de perros guardianes K9 de esa instalación, McRaven y sus amigos se dirigieron a una zona boscosa de la cerca donde iban a entrar. Allí construyeron un puente con tablas de madera, deslizándola contra la barrera encadenada, y podían así cruzar hacia el otro lado.

Sus amigos John y Billie no quisieron continuar, pero Williams llegó hasta la parte superior de la tercera valla, justo antes que la alarma suene y los perros lo intercepten y entre en pánico.

La policía Aeronáutica anunció entonces por los megáfonos que “intrusos” habían sido detectados en un área restringida y que estaba autorizado el uso de las armas para detenerlos. En lugar de salir y regresar a salvo, McRaven corrió hacia las tablas y salto las dos barreras que faltaban. Su pistola de capuchones de seis disparos con mango de perlas Roy Rogers, quedó atrás durante el proceso. Pero él y sus amigos pudieron escapar sin ser detectados y llegaron sin ningún daño a la casa de Williams.

Pasado unos días, su padre le preguntó si sabía algo sobre un intento de asalto a la instalación de almacenamiento de municiones y armas. Fue la primera vez que Williams le mentía a su padre cuando le dijo que sabía nada al respecto. Los ojos de su padre le transmitieron decepción con su mirada. El niño se sintió aliviado cuando no hubo más preguntas sobre el tema.

Esa misma noche, mientras Williams iba a la cama para dormir, su pistola de seis tiros apareció sobre la mesa al costado de su cama. Si bien este incidente le enseñó a no mentirle nunca más a su padre, su espíritu aventurero aumentaba.

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