El libro de las 200 tisanas. Jordi CebriánЧитать онлайн книгу.
El libro de
las 200 tisanas
Una amplia selección de infusiones terapéuticas
para tratar dolencias muy diversas
Jordi Cebrián
Primera edición: marzo de 2021
© del texto y de las fotografias:
Jordi Cebrián, 2021
BubbleBooks Editorial
www.bubblebooks.es [email protected]
ISBN: 978-84-122982-6-0
Diseño de cubierta e interiores:
Grafime
Imagen de la cubierta:
© Shutterstock
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Índice
Plantas medicinales, regalo de la naturaleza
Dónde están las plantas medicinales
Los principios activos de las plantas
Herbolarios, tradición y modernidad
Ventajas de las plantas sobre los medicamentos
Consejos sobre la recolección de las plantas en el campo
Plantas medicinales en el balcón
LAS 200 TISANAS IMPRESCINDIBLES
a Rosa María
y a los profesionales
del herbolario el Manantial de Salud
Plantas medicinales,
regalo de la naturaleza
LA NATURALEZA ES UN LIBRO ABIERTO, inmenso y fascinante, casi inabarcable, pero accesible para que hurguemos en él, nos sorprendamos y aprendamos nuevos conceptos a cada paso. La vegetación, las plantas, en sus innumerables formas y manifestaciones, constituyen un pilar indispensable en la rueda de la vida sobre nuestro planeta. Sin las plantas, ningún organismo superior podría subsistir. Las plantas vasculares, que a través de la fotosíntesis utilizan la energía del sol para transformar el dióxido de carbono en diferentes compuestos orgánicos, como el azúcar, son insustituibles para asegurar la alimentación de toda una compleja estructura de seres vivos.
Así pues, necesitamos las plantas para alimentarnos, pero también para protegernos de las inclemencias del tiempo, para modular las temperaturas, para controlar las avenidas de los ríos en momentos de crecidas, para proteger y abonar el suelo, para que nos aporten frescor y sombra en los meses de mayor insolación, para ofrecernos cobijo, también vestimenta y un sinfín de útiles y herramientas que precisamos en nuestra vida diaria. Y han sido y siguen siendo las plantas y solo las plantas las que podían asegurarnos alivio y curación ante infinidad de afecciones y enfermedades. Aún hoy día, pese al avance imparable de los medicamentos de síntesis, las dos terceras partes de la humanidad necesitan de las plantas como principal fuente de medicinas.
De ciertos principios activos aislados de las plantas derivan buena parte de los medicamentos que hoy utilizamos y en los que confiamos para alejar el espectro de la enfermedad. Según algunas estimaciones, entre el treinta y el cincuenta por ciento de todos los medicamentos en uso proceden, en su origen, de plantas curativas. Hay muchísimos ejemplos, como la digitoxina de la digital, la efedrina de la efedra, la atropina de la belladona, la quinina de la quina roja o, el caso más conocido, la salicina del sauce blanco, de la que deriva el fármaco más consumido en el mundo, la popular aspirina. Durante siglos, las plantas, a través de remedios más o menos efectivos, nos han permitido aliviar una enorme cantidad de dolencias y nos han procurado cierto nivel de bienestar.
Dónde están
las plantas medicinales
EL SER HUMANO SE HA VALIDO DE SU ENTORNO para tratar de obtener sustento, protección y placer. Y eso también sucede con la salud. No somos la única especie animal que emplea las plantas para sanarse. Nuestros parientes más cercanos, los chimpancés, recogen hojas de la selva y las consumen para aliviarse dolores o para tratar de eliminar parásitos intestinales. Con este mismo fin, devoran hojas los babuinos en la sabana. Guiados por la curiosidad y atenazados por la urgencia, nuestros antepasados debieron de probar diferentes remedios que estaban a su alcance; a través del simple sistema acierto-error, fueron acumulando una sabiduría ancestral sobre las virtudes de las plantas de su entorno, diferenciando entre aquellas que curan y aquellas que pueden ser dañinas o incluso venenosas. Tal conocimiento, a menudo, solo estaba al alcance de unos pocos miembros del clan (cuando no de uno solo). Es algo que sucedió durante mucho tiempo con los chamanes, los brujos y los curanderos.
Antes de la irrupción de la medicina moderna, las plantas constituían prácticamente el único recurso con