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Versos Breves Sobre Colores - Dr. Juan Moisés De La Serna


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      Versos Breves

      Sobre

      Colores

      Juan Moisés de la Serna

      Editorial Tektime

      2021

      “Versos Breves sobre Colores”

      Escrito por Juan Moisés de la Serna

      1ª edición: diciembre 2021

      © Juan Moisés de la Serna, 2021

      © Ediciones Tektime, 2021

      Todos los derechos reservados

      Distribuido por Tektime

      https://www.traduzionelibri.it

      No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros medios, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).

      Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Puede contactar con CEDRO a través de la web www.conlicencia.com o por el teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47.

      Prólogo

      Verde, azul, amarillo

      esos colores conté

      en el cuerpo del lorito

      que un día me encontré.

      En un árbol ahí subido

      una mañana temprano

      cuando yo me iba a clase

      con la cartera en la mano.

      Me paré para mirarle

      él muy fijo me miró

      ―¿Qué haces en ese árbol?

      ―de pronto pregunté yo.

      AMOR

      Dedicado a mis padres

       1. VERDE, AZUL, AMARILLO

      Verde, azul, amarillo

      esos colores conté

      en el cuerpo del lorito

      que un día me encontré.

      En un árbol ahí subido

      una mañana temprano

      cuando yo me iba a clase

      con la cartera en la mano.

      Me paré para mirarle

      él muy fijo me miró

      ―¿Qué haces en ese árbol?

      ―de pronto pregunté yo.

      ―Es una pregunta tonta

      la que me acabas de hacer

      estoy mirando el paisaje

      desde aquí muy bien se ve.

      ―¡Anda pero si has hablado!

      ¿y tú dueño dónde está?

      ¿sabes que eres muy bonito?,

      y qué penita me das.

      ―Muchas preguntas de pronto

      todo te contestaré

      si me acuerdo lo que has dicho

      yo te lo responderé.

      »Claro que te he hablado

      ¿qué te creías mujer?

      que porque estaba callado

      ¡no lo podía yo hacer!

      »Dueño no tengo señora

      vivo libre como el viento

      y me muevo a todas horas

      o me paro y lo siento.

      »Bonito no sé qué es

      yo como los otros soy

      de colores tú me ves

      es que de colores soy.

      »No entiendo por qué dices

      que tristeza yo te doy

      siempre estoy muy contento

      a todo el sitio que voy.

      El lorito no paraba

      no me dejaba hablar

      hasta que saqué un pañuelo

      y se me puso a mirar.

      ―La boca tú no me tapes

      que no podré respirar

      si quieres yo ya me callo

      así podrás tú hablar.

      Yo quedé muy extrañada

      ante aquella reacción

      le dije: ―no te hago nada.

      Y me quité el sudor.

      Volvió el pañuelo al bolsillo

      y el loro respiró

      aliviado se veía

      y esto él me contó.

      Cuando era más chiquito

      un día le apresaron

      como era parlanchín

      el piquito le ataron.

      Él no pudo resistirlo

      de la jaula se escapó

      y ya nadie le ha cogido

      y libre él se movió.

      Yo le dije enseguida

      si se quería venir

      en mi casa libremente

      estaría por allí.

      Él se vino encantado

      yo le doy de comer

      a menudo, y charlando

      me demuestra su querer.

      Me dice que aquí conmigo

      muy a gustito está

      que siempre será mi amigo

      y también me cuidará.

      Se sale a la terraza

      y se vuelve a meter

      toda la casa es suya

      le tengo que agradecer.

      Desde que está conmigo

      ya no tengo soledad

      él es un muy buen amigo

      y alegría me da.

      Si un día me ve triste

      se me pone a cantar

      se pasa el tiempo cantando

      la tristeza se me va.

      AMOR

      2. LA JAULA ESTABA LLENA

      La jaula estaba llena

      de tantos como había

      no les pude ni contar

      todos allí se movían.

      Eran


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