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Siglo XXI / Serie Historia
Nicolás Buckley
Del sacrificio a la derrota
Historia del conflicto vasco a través de las emociones de los militantes de ETA
Prólogo: Eduardo González Calleja
«Nos partimos la cara… pero al final nos la acabaron rompiendo.» «Yo he nacido aquí, creo en un proyecto.» «Me pegaron doce tiros. A mi compañero, diecinueve. Yo, al menos, conseguí sobrevivir.» A través del testimonio de antiguos combatientes de la Izquierda Abertzale es posible rastrear los orígenes ideológicos de ETA en su reivindicación de una Euskadi independiente y, sobre todo, en la defensa de los intereses de clase y en la lucha contra la dictadura de Franco en el País Vasco, llegando a ser un agente emancipador para la España reprimida. Cincuenta años después, viviendo en democracia y habiendo asesinado a más de 800 personas, ETA ya no representa lo mismo para los españoles, que celebraron en 2011 el alto el fuego de la organización terrorista como uno de los mayores triunfos de la democracia.
Buscando un relato que descubre ángulos desde los que nunca se ha mirado, Nicolás Buckley da voz a quienes hicieron uso de la violencia como medio para alcanzar la autodeterminación de Euskal Herria. Al ceder la palabra a antiguos militantes de ETA, Del sacrifico a la derrota trasciende la reconstrucción del relato del conflicto armado y político ahondando en la historia reciente de España y Euskadi.
«Un libro muy original con una visión controvertida sobre el papel de ETA en la historia vasca.» PAUL PRESTON
«Buckley nos empuja a superar este “trauma” historiográfico. Nos habla de la violencia perpetrada por ETA y por el Estado en los mismos términos de distanciamiento.» EDUARDO GONZÁLEZ CALLEJA
«Hilando al mismo tiempo historia, memoria y autorreflexión, este libro es una gran aportación a la literatura existente sobre el conflicto vasco.» CARRIE HAMILTON
Nicolás Buckley, licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid y Master of Arts in Dispute and Conflict Resolution por The School of Oriental and African Studies, es doctor en Filosofía de la Historia por la Royal Holloway de la University of London. Durante el proceso doctoral, fue investigador en el Cañada Blanch Centre for Contemporary Spanish Studies (London School of Economics and Political Science). Además de haber publicado varios artículos académicos, ha escrito en medios españoles como El Confidencial o Contexto (Público). Actualmente es investigador en el Centro de Estudios sobre Democracias y Dictaduras (Universidad Autónoma de Barcelona), así como docente en la Universidad Metropolitana de Ecuador.
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RAG
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© Nicolás Buckley, 2020
© Siglo XXI de España Editores, S. A., 2020
Sector Foresta, 1
28760 Tres Cantos
Madrid - España
Tel.: 918 061 996
Fax: 918 044 028
ISBN: 978-84-323-1992-1
PRÓLOGO
Habitualmente, los científicos sociales han abordado el terrorismo desde dos perspectivas psicológicas contrapuestas: la del activista fanático y enajenado, que emplea una violencia desmesurada y aberrante para prolongar un conflicto sin límites ni normas en su desarrollo, o la del actor puramente racional, que administra la violencia según un juicioso cálculo de costes y beneficios que busca maximizar su impacto sobre la población. Sin embargo, como señala el autor de este libro, además de tener sus propias estrategias de lucha, estos combatientes viven su día a día como cualquier otro ser humano, sintiendo una serie de emociones que, algunas veces, les llevan a vivir situaciones no previstas ni deseadas. Estos sentimientos primarios, como el orgullo, el odio o el miedo –entre muchos otros– nos deberían decir algo más sobre estas personas, más allá de su pretendida locura permanente o transitoria, o de sus cálculos y estrategias para alcanzar determinados objetivos políticos.
La historia de las emociones tiene ya una larga tradición, procedente de diversas tendencias historiográficas. A lo largo de la década de los sesenta del pasado siglo, la historia social comenzó a preocuparse por las memorias individuales y colectivas desde el horizonte de la antropología histórica y la historia oral, que entreveían la memoria como una fuente de primer orden y un atractivo objeto de investigación. Comenzaron a aparecer entonces historias de vida, autobiografías o microhistorias, en el marco de una nueva valoración de la subjetividad. Es desde esa perspectiva donde, a mi juicio, se debe contemplar el grueso de la aportación de Nicolás Buckley al casi inagotable tema de la violencia en el País Vasco.
Desde la década de los setenta, la tercera generación de la École de los Annales fue diversificando sus temas de estudio bajo la denominación común de Nouvelle Histoire, y sometida al influjo creciente del estructuralismo de origen lingüístico, trasvasado a la etnología por Claude Lévi-Strauss[1]. El recurso a las estructuras antropológico-culturales se hizo evidente en nuevas temáticas como la historia de las mentalidades (abordada entre otros por Philippe Ariès, Michel Vovelle, Gorges Duby, Jacques Le Goff o Maurice Agulhon) y sus derivaciones de historia de la memoria, las costumbres, los sentimientos, las pasiones o las emociones, en estas últimas con un lugar especial para el miedo.
Una tercera corriente historiográfica que ha mostrado interés en incorporar las emociones a su corpus temático es la nueva historia política impulsada desde finales de la década de los ochenta por René Rémond y sus discípulos situados en sedes académicas como el Institut d’Études Politiques, la Universidad de Paris X-Nanterre o el Institut d’Histoire du Temps Présent. Gracias a la renovación metodológica patrocinada por esta tendencia, la tradicional historia événementielle comenzó a ser reemplazada por un análisis más complejo del proceso político, donde se valoraban los aspectos sociales (por ejemplo, las sociabilidades formales o informales), culturales (subculturas y tradiciones políticas), antropológicos (símbolos, rituales, emociones…) o ideológicos (conceptos); todo ello desde una voluntad totalizante comparable a las síntesis historiográficas elaboradas una década atrás desde la perspectiva de la Nouvelle Histoire[2].
Es cierto que buena parte de la historiografía y de los trabajos periodísticos sobre Euskadi ta Askatasuna ([Libertad para el pueblo vasco] ETA) se ha centrado en el tema de la violencia concebida como amenaza para la seguridad pública o para el orden político, pero desde finales de los ochenta hubo intentos de aproximación antropológica, realizados por Joseba Zulaika (el impacto de la violencia en una pequeña comunidad rural), Begoña Aretxaga y William A. Douglass (los rituales funerarios y el culto a la muerte en el movimiento abertzale) o Carrie Hamilton (el papel de las mujeres en ETA). Justo es decir que esta línea de trabajo no ha tenido una continuidad que le hubiera permitido profundizar en su potencial explicativo, al igual que ha sucedido con las aproximaciones socioculturales, que con todo han abordado cuestiones relevantes