Las guerras actuales y las de los últimos veinte años presentan unas características especialmente terribles en relación con el periodo de la Guerra Fría. Se ha producido un aumento del número de actores armados (ejércitos, policías, guerrilleros, grupos de insurgentes y de paramilitares, bandas de narcotraficantes, etc.) y han proliferado los cuerpos de seguridad privados. Se hace indispensable una perspectiva que atienda a los múltiples actores y sectores sociales implicados y a los factores de origen histórico diverso, del pasado lejano, del más próximo e incluso de la coyuntura más reciente. Más allá del ámbito estrictamente académico, aportar a la ciudadanía elementos para comprender mejor los conflictos bélicos actuales es un paso necesario para contribuir a transformar el militarizado e injusto mundo en que vivimos.