Los trabajos reunidos en esta obra estudian la formación de nuevos órdenes agrarios que acompañó a la colonización cristiana de los territorios ibéricos conquistados a al-Andalus, desde finales del siglo XI hasta los inicios de la Época Moderna. La apropiación de los espacios agrarios creados por los musulmanes fue seguida por reorientaciones profundas que alteraron los ecosistemas agro-pastorales en función del éxito de las migraciones propiciadas por las conquistas y de los factores técnicos experimentados en las regiones de procedencia. Las distintas contribuciones comprenden visiones tanto del reino de Castilla como de la Corona de Aragón, pero a pesar de su diversidad, estas transformaciones comparten una lógica común, un «cambio de escala» determinado por criterios extensivos, que contrasta con el carácter intensivo de los espacios agrarios andalusíes y el sentido del límite que subyace en su concepción.