¿Por qué hay gente que se inmola en público con la intención de causar el mayor número de muertos posible? ¿Qué mecanismos se activan en sus cerebros para llegar a ese extremo? ¿Qué resortes psicológicos llevan a los kamikazes al sacrificio? ¿Cuál es el perfil, la personalidad y el carácter de las personas propensas a la inmolación? Atender todas estas cuestiones constituye una necesidad perentoria, sobre todo desde que esta forma de terrorismo activo se ha convertido ya en la principal amenaza para la democracia y la prosperidad del ser humano en el mundo. De hecho, el goteo incesante del terrorismo suicida y los episodios apocalípticos que se han derivado de aquél han marcado los ritmos vitales, políticos y sociales del inicio del siglo XXI. Las respuestas que han dado hasta ahora los historiadores y analistas a este fenómeno no han sido del todo satisfactorias, y a menudo incluso han venido marcadas por la improvisación. Este libro muestra cómo la biología evolutiva y la neurociencia pueden contribuir a describir y entender mejor esta opción bélica tan excepcional como dramática que viene del enfrentamiento entre grupos humanos.