Es bien sabido que la décima tiene como segundo nombre el de espinela por atribuirse su creación a Vicente Espinel. Una tibia objeción a este origen se propuso a mitad del siglo XX al atribuir las primeras décimas a Juan de Mal Lara, objeción que en este libro se desvanece por completo, pues esas décimas no pueden ser de Mal Lara. Sin embargo se da a conocer aquí un nuevo poema de principios del siglo XVI, casi del todo inédito en la literatura española, que adelanta en más de 70 años la primera documentación de esta estrofa que ha llegado a convertirse en el «tercer género» de la poesía popular hispánica, tras el romancero y el cancionero. En efecto, la décima en el ámbito de la cultura oral y popular de los pueblos hispánicos ha superado la simple condición de estrofa para convertirse en todo un género literario, en todo un ?complejo cultural?.