Las vías de comunicación que se establecieron desde la antigüedad entre los continentes de Europa y Asia, conocidas como las «Rutas de la Seda», facilitaron la difusión de esta actividad manufacturera en la península Ibérica a partir de su conquista por el Islam en el siglo VIII. Sin embargo, fueron los comerciantes italianos que revitalizaron aquellas rutas a finales del siglo XIII los que más contribuyeron a su estímulo y renovación. Como España y Portugal protagonizaron posteriormente los descubrimientos geográficos y establecieron la comunicación directa por vía marítima con Asia y con América, lograron otorgar una dimensión mundial a las rutas vinculadas con el comercio de la seda. En el presente volumen se ofrece un panorama general de la importancia adquirida por la seda en la historia de España y Portugal a partir de 14 estudios realizados por los principales especialistas en la materia existentes en las universidades de ambos países.