Dionisio de Halicarnaso rechaza que la expansión romana se deba a la Fortuna, y se ciñe a causas objetivas y morales para explicarla. Dionisio de Halicarnaso niega que la expansión y la hegemonía romanas se deban en buena medida a Fortuna, según el parecer de algunos historiadores griegos de su tiempo, y se muestra pragmatista o factual, pues expone la diversidad de causas que a su juicio la han llevado a ostentar el poder mundial: como Polibio, ensalza la bondad de su Constitución, y destaca también, entre los factores decisivos, aspectos objetivos como el número de sus soldados y otros de índole moral, como la virtud y la piedad tradicionales.