En las páginas de estos tres libros predominan los relatos de batallas y asedios, con concisas descripciones de contingentes militares y maquinaria de guerra y las historias de traiciones e intrigas palaciegas. Diodoro introduce algunas pertinentes digresiones sobre la geografía y las costumbres de los distintos pueblos implicados en las guerras de los diádocos; todo ello, explicado con un estilo claro y sencillo, propio de una obra que pretendía ser una enciclopedia de historia universal. En estos libros, Diodoro de Sicilia trata los conflictivos años en los que los sucesores de Alejandro Magno, tras la inesperada muerte de éste en Babilonia (323 a.C.), se disputaron el poder supremo, llegando su relato hasta poco antes de la batalla definitiva en Ipso (301 a.C.) que dio lugar a la disolución irrevocable del imperio alejandrino. Pero también nuestro autor dedica muchos capítulos al increíble destino de Agatocles de Siracusa, el hijo de un simple alfarero que llegó a dominar Sicilia y liderar una temeraria campaña contra Cartago, y también proporciona algunas noticias sobre la expansión romana en Italia y la Segunda Guerra Samnita.