El elemento más original del Helenismo fue la poesía bucólica, o pastoril, como ya percibieron los antiguos, que la cultivaron hasta bien entrados los tiempos de las diversas literaturas europeas. Tal vez el elemento más original y específico del Helenismo sea la poesía bucólica, o pastoril, como ya debieron de percibir los antiguos, que la valoraron y adoptaron hasta bien entrados los tiempos de las diversas literaturas europeas. El creador de este subgénero fue el siracusano Teócrito, y los poetas Mosco y Bión también lo cultivaron con excelencia. La poesía bucólica crea un contexto ideal tanto en lo geográfico como en lo psicológico, la Arcadia amena que ha elaborado el tópico de este tipo de poesía. En este proceso idealizador, Grecia recorrió las primeras etapas, puesto que en los tres grandes poetas bucólicos abundan las diferencias; en esta progresión continuará la tradición posterior latina y occidental, cada una con elementos propios (piénsese en las Bucólicas virgilianas y su componente político). Al parecer, Teócrito convirtió en poesía varia viejas canciones populares de pastores; sus sucesores practicaron una modalidad mucho más elaborada y culta. Ahora bien, Teócrito y sus seguidores no se limitan a escribir poesía bucólica, sino que cultivan también poemas épicos breves (epilia), poesías amorosas, piezas mitológicas, epigramas, etc. Todo ello, sin embargo, tiende hacia la tonalidad de la producción pastoril.