Todos, sin excepción, vivimos «en manos de Dios». Y si así es, ¿por qué todos, alguna vez, nos hemos sentido lejos de El, perdidos? Este es uno de esos libros luminosos que avivan la hoguera del corazón, que ayudan a sanar heridas, que dan palabras a quien no las tiene y que conducen toda palabra al silencio. La obra se compone de cuatro capítulos: los dos primeros son un compendio de reflexiones, interrogantes, sugerencias, oraciones e invocaciones para saborear a Dios en la vida diaria; los dos últimos son una paráfrasis del Salmo 62 y de una oración de Charles de Foucauld. El autor nos ofrece, a través de todos ellos, su vivencia personal y nos invita a recorrer ese íntimo camino que va de la reflexión sobre nuestro modo de vivir al canto del hijo que se sabe, del todo y por entero, «en manos de Dios». Contiene fotografías en el interior.