Las primeras orientaciones que publicó Naciones Unidas para orientar a los Estados en las decisiones sobre las solicitudes de protección internacional, contienen algunos aspectos mejorables así como ciertas omisiones. Concretamente, las Directrices relativas a las persecuciones religiosas prestan una atención relevante a la «calidad» de la persecución, al tipo de miedo sufrido o al nivel de conocimientos religiosos de quien solicita protección. En cambio, algunas aportaciones jurisprudenciales así como las orientaciones para los casos de persecución con motivo de la orientación sexual y/o la identidad de género proponen una cierta relajación de la exigencia de la prueba, algunos criterios más flexibles que deberían contemplarse también a la hora de examinar la credibilidad de las persecuciones religiosas. La monografía realiza un estudio comparativo de los criterios recomendados para el análisis de los diversos tipos de persecución y sugiere las actualizaciones que debería realizar Naciones Unidas en sus correspondientes Directrices.