Desde la Segunda Guerra Mundial hasta la crisis del petróleo de 1973, Estados Unidos vivió un periodo de crecimiento económico y desarrollo tecnológico sostenido y prácticamente ininterrumpido. La carrera espacial es una de sus manifestaciones más significativas: grandes partidas presupuestarias destinadas a lograr avances científicos que apuntalaban una continua competencia con la Unión Soviética, repercutiendo en la producción industrial y, a consecuencia de ello, en múltiples aspectos de la vida cotidiana. Un año antes del estallido de la crisis Jack NILLES, físico e ingeniero de la Universidad del Sur de California que había colaborado durante largo tiempo con la Fuerza Aérea y la Agencia Espacial estadounidenses, comenzó a examinar el impacto de las nuevas tecnologías en el trabajo. Durante la década de los sesenta, antes de dedicarse a su estudio en profundidad, NILLES ya había propuesto distintas formas de trabajo a distancia como consultor al servicio del Comando Espacial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Los Ángeles. NILLES había advertido la existencia de dos fenómenos que propiciaban la aparición de una nuevas modalidades laborales. Por una parte, un fenómeno urbano: el cambio en la estructura de los núcleos de población (que singularmente en Estados Unidos había avanzado hacia la separación en zonas residenciales y otras fundamentalmente ocupadas por industrias u oficinas), junto a la insuficiencia de transporte público para dar respuesta a las necesidades de movilidad y el incremento en el precio de la energía. Por otra, un fenómeno interno a las organizaciones: el incremento en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación motivado por el crecimiento de esta industria, su continua mejora y abaratamiento y las demandas de descentralización motivadas por la propia dinámica de sus estructuras. Esta obra completa el catálogo de Thomson-Reuters Aranzadi.