El autor, profesor emérito de la universidad de Kyoto, nos muestra los aspectos más destacados de su cultura a partir de una «doble iluminación»: la que le es propia a la civilización japonesa en cuanto fenómeno secular y la que, paradójicamente, arroja Occidente –y, en particular, Francia– sobre el país del sol naciente desde el primer contacto en el siglo XIX. Se trata, en definitiva, de que el lector conciba a Japón «como una civilización diferente de la suya y no sólo como un país de costumbres exóticas y extrañas»."En Europa, la verdad reside en aquello que se descubre, es la aletheia, mientras que en Japón lo más importante es lo que está escondido. … ¡Qué inconmensurable es la distancia que separa a ambas civilizaciones!"