Evangelio significa en griego: buena noticia. Las noticias importantes, sobre todo cuando son buenas, cambian nuestra perspectiva de la realidad. Sin embargo, al hojear el Evangelio, chocamos de inmediato con relatos absurdos, sucesos increíbles y recomendaciones impracticables. En nuestra educación religiosa católica se comentaba que Jesús hablaba con parábolas porque se dirigía a gente humilde, con pocas luces intelectuales; pero resultaba que a nosotros también nos tenían que explicar el significado de estas parábolas. Y la verdad es que tales explicaciones no nos convencían demasiado. El problema es que son las que se continúan escuchando en las homilías de las celebraciones litúrgicas a las que cada vez asiste menos gente. Y no hablemos de las catequesis porque incluso los creyentes tienen miedo de mandar a sus hijos a las mismas. En estos momentos, los dogmas tradicionales no resisten la prueba de la racionalidad y la exigencia de creer por real decreto ya no funciona. Así que las últimas generaciones desconocen por completo la extraordinaria riqueza que contienen estos textos. Nosotros invitamos a leer el Evangelio, partiendo de supuesto de que es un libro cifrado y que hay que disponer de una clave para comprenderlo. De hecho el propio texto lo dice abiertamente: Acercándose después sus discípulos, le preguntaban: ¿Por qué causa les hablas con parábolas? El cual les respondió: «Porque a vosotros se os ha dado conocer los misterios del reino de los cielos; más a ellos no se les ha dado. Pues al que tiene se le dará y lo tendrá en abundancia; más al que no tiene se le quitará aun lo que tiene. Por eso les hablo con parábolas; porque ellos viendo no miran y oyendo no escuchan, ni entienden». Podríamos traducirlo de la siguiente manera: si tienes la clave lo entenderás, pero si no la tienes acabarás por dejarlo de lado, como algo incoherente. Y esto es lo que está sucediendo. Bien, nosotros disponemos de una clave: la que procede de contemplar la realidad despiertos. Accedimos a esta visión después de haber cuestionado la totalidad de orientaciones que recibimos en la infancia, no solo las espirituales. Estuvimos investigando la realidad por nosotros mismos y descubrimos experimentalmente muchas cosas, algunas de las cuales eran, supuestamente, un asunto de fe. Y a continuación, revisando los escritos evangélicos con esta mirada, encontramos en ellos una luz asombrosa que aclara muchas de las dudas que la interpretación tradicional nos había generado. Pero además, queremos compartir este hallazgo porque el Evangelio resulta ser un Manual de Trabajo Espiritual, con indicaciones muy precisas y útiles para nuestra vida cotidiana y para elevar nuestra conciencia a niveles superiores. Estas parábolas, milagros y recomendaciones son mensajes clarísimos y adecuados para superar los obstáculos que nos encontramos en el camino. Para facilitar esta lectura hemos incorporado un diccionario de significados que resultará práctico para cualquier persona interesada en profundizar en este tema.