El flamante marido de Claire Eden era millonario, inteligente e increíblemente atractivo. Pero, sobre todo, no era un vaquero. Ella, que se había criado en Wyoming, detestaba la arrogancia y rudeza de los vaqueros. En cambio, los sofisticados modales de Jake eran exquisitos… aunque sus apasionados besos la hacían sentirse casi salvaje.Jake sería, sin duda alguna, el perfecto padre para el hijo que ambos deseaban desesperadamente. Construirían una vida juntos y su matrimonio sería perfecto.Pero cuando Jake llevó a Claire a su rancho… comenzaron los problemas.