Tal vez no debería haber salido de casa con esa ropa interior tan sensual bajo el abrigo en pleno invierno. Tal vez no debería haber visitado a mi novio en la oficina, aunque fuera el día de San Valentín. Tal vez no debería haberme desnudado delante de él sin estar segura de que estábamos solos. Tal vez podría haber evitado que lo despidieran, haciéndole perder lo que Stefan consideraba el trabajo sus sueños. Tal vez todavía seguiríamos juntos. Pero, en fin, han pasado siete años desde aquel día. He crecido. He cambiado. En resumen, Stefan ya me había hecho sentir bastante culpable después de dejarme y desaparecer por lo que había hecho. Ahora no puede volver y pagarme con la misma moneda, ¿verdad? No me van a despedir, ¿verdad? ¿Verdad?