Este libro es el resultado de varias explicaciones que se cruzan e interpelan a distintos agentes. El principal es la chica que aparece ya desde el primer capítulo. Se trata de la aspiración a un amor catártico que busca la redención. Cómo aparece, qué sucede en el encuentro y qué pasa tras nuestra separación buscar ser el vehículo del resto de elementos. La segunda explicación pretende ser una réplica al nudo central de los argumentos empleados por Harari en sus libros de Sapiens. Se trata de un elemento para explicar cómo un humano reacciona ante una historia. La tercera explicación es a mí mismo. Este libro pretende escapar deliberadamente de una estructura narrativa literaria habitual, aún a riesgo de hacerlo menos comprensible. Escapa porque aún no tengo claro si intentar hacerlo me aburre o sencillamente no se me da bien. El caso es que la estructura de la historia viene condicionada en realidad por el propio concepto de consciencia descrito. Es decir, elementos discretos que deben ser reformulados por quien los procesa. Se trata de una historia que transcurre durante veinte años en una extensión de novela corta por lo que pretende provocar más una sensación antes que lograr un relato sólido. El libro aspira a ser una imagen de la Gestalt. Del mismo modo no es, ni pretende serlo, un ensayo sobre el origen de la consciencia, que en el texto tiene evidentes influencias. Casi es más un intento de hacer un experimento sobre cómo el modelo de consciencia descrito funciona porque en una vida, la mía, ha funcionado así. Y es obviamente autobiográfico porque me resultaba absolutamente imposible hacer este ejercicio con personajes totalmente ficticios, o empleando personajes parcialmente ficticios que teniendo en cuenta los propósitos del texto me hubiera parecido directamente un insulto. Este carácter autobiográfico condena obligatoriamente el texto al anonimato. El carácter anónimo es lo que me ha permitido dejar que la obra viera la luz y no fuera destruida. Porque creo que hay algo que funciona en la historia y hay algo en la explicación de la mente que resulta valioso. Aparte de ser groseramente autobiográfica, está repleta de referencias culturales que ya en un principio advierto que sin son compartidas, funcionan, en caso contrario, despistan y suponen un estorbo. Pero esto último precisamente quiere ser un ejercicio metaliterario pues en mayor o menor medida o es lugar común o seguramente no funcione, como decía Panero, toda literatura es un palimpsesto, y de esta manera busco denunciarlo. Y por otro lado no deja de resultar otra manifestación del modelo de conciencia presentado. Este libro era el único modo de redimirme de una vida desperdiciada y compartir una idea sobre la consciencia capaz de salvar vidas.