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Friedrich Schiller - AAVV


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patriarcal, puesto que los antiguos derechos y libertades han perdido su validez por causa de la tiranía, pretenden formar una alianza de hombres libres. La argumentación de todos los personajes que culmina en el juramento del Rütli, símbolo de la victoria de la razón política ilustrada, es el testimonio de su actitud consecuente. Las «palabras aladas» y las sentencias que Schiller pone en boca de los personajes en esta amplia escena revelan claramente su origen y mantienen su carácter de citas literarias. No obstante, hay dos sentencias que por su contundente contenido han pasado al ámbito lingüístico fraseológico y son susceptibles de una modificación sintáctica y léxica.

      Esta unidad fraseológica aparece con frecuencia en el lenguaje coloquial con la siguiente modificación: «Das ist bald gesagt, aber schwer getan».

      La correspondiente unidad fraseológica presenta como anáfora el verbo kommen: «Kommt Zeit, kommt Rat».

      El acto tercero, que constituye el punto álgido del drama, representa en la primera escena la imagen idílica del ambiente familiar de Tell. En analogía con la primera escena del acto primero, ésta comienza con una canción infantil muy conocida también en la actualidad.

      Walther: Mit dem Pfeil, dem Bogen,

      Durch Gebirg und Tal

      Kommt der Schütz gezogen

      La rotura de la cuerda del arco da lugar a que Tell le repita a su hijo el leitmotiv de su propio modo de actuar, adecuándolo al ámbito familiar.

      Recordemos que Tell había puesto de manifiesto el mismo punto de vista en su diálogo con Stauffacher: «Ein jeder zählt nur sicher auf sich selbst» (435).

      Inmediatamente sigue una de las sentencias más conocidas del drama, que, por su contenido contundente y fácil de retener en la memoria, se ha convertido en una unidad fraseológica frecuentemente citada, de cuyo origen literario nadie es consciente en la actualidad.

      En el siguiente diálogo con su mujer, Hedwig, Tell, que confía en Dios y en sus propias fuerzas, quiere disipar las preocupaciones de ésta acerca del riesgo que corre durante sus cacerías solitarias en las montañas; y mientras continúa su trabajo en la casa, surge una de las citas más conocidas del drama, que en la actualidad es concebida como unidad fraseológica. ¿Acaso alguien piensa en Schiller cuando escucha o utiliza la siguiente locución?

      Hedwig, que conoce el juramento de los hombres notables en el Rütli, quiere evitar que Tell se acerque a Altdorf, donde se encuentra el gobernador Gessler. La prosecución de su diálogo argumentativo sólo se caracteriza por dos sentencias, la primera introducida por un pronombre relativo que le imprime una validez general.

      La segunda sentencia es fiel reflejo de la actitud propia de un hombre bueno y valiente.

      Tell se muestra confiado en que Gessler no tiene motivos para estar enojado con él y relata su encuentro anterior con el gobernador en un estrecho camino cerca de un precipicio. En este contexto aparece la siguiente cita extraordinariamente poética.

      En el lenguaje coloquial, esta cita presenta una notable modificación, en cuanto que se ha convertido en la unidad fraseológica «von Mensch zu Mensch» carente de cualquier dramatización.

      Lejos de participar de la confianza de su marido, Hedwig está convencida de que Gessler no le perdonará a Tell que le haya visto tembloroso e intuye que el gobernador, apoyado en su poder institucional, buscará un motivo para demostrarle su poder.

      Efectivamente, en la tercera escena del tercer acto del drama, una vara con el sombrero del gobernador, colocada en una concurrida pradera en Altdorf, sirve de demostración del poder, ya que la gente del pueblo debe inclinarse ante el sombrero. Tell, que en compañía de su hijo pasa por delante del sombrero sin prestarle atención, es detenido en medio de la gran indignación de la gente del pueblo, su suegro Walther Fürst y sus amigos Stauffacher y Melchthal. El hecho de que no salude al sombrero da motivo a Gessler para vengarse de Tell con la mayor crueldad psicológica, propia de un tirano: le exige disparar con su ballesta a una manzana colocada sobre la cabeza de su hijo. Las argumentaciones de Tell, desesperado, por una parte, y de Gessler, lleno de sarcasmo, por otra, así como de los demás personajes presentes, incapaces de dar crédito a la cruel exigencia del gobernador, están representadas con un dramatismo insuperable, aunque, no se caracterizan por «palabras aladas» o sentencias. Para reflejar la trascendencia de esta escena, Schiller se sirve de numerosos textos marginales que demuestran de un modo visual los gestos desesperados de Tell. No obstante, hay que señalar las siguientes citas especialmente contundentes.

      Para dar más énfasis a esta exclamación interrogativa, el genitivo atributivo no sigue directamente a su palabra referencial, sino aparece al final.

      También una exclamación de Gessler se ha convertido en una «palabra alada» frecuentemente citada.

      Lo mismo sucede con la siguiente sentencia pronunciada por el tirano.

      Gessler: Gefährlich ist’s ein Mordgewehr zu tragen,

      Gessler disfruta con las súplicas de Tell, y así lo demuestran las siguientes citas, que testifican una obcecación fanática.

      Estas palabras irónicas de Gessler obligan a Tell a llevar a término sus propias palabras pronunciadas en el primer acto durante su diálogo con Stauffacher en relación con la lucha contra la opresión oligárgica: «Der Starke ist am mächtigsten allein» (437), puesto que ahora es la amenaza personal la que lo obliga a actuar en solitario.

      En la prosecución argumentativa, la atención de todos se dirige hacia el diálogo, casi patético, entre Gessler, Rudenz y Bertha, en cuyo transcurso Rudenz pronuncia la sentencia extremadamente aguda que ha entrado en el discurso cotidiano y que constituye una unidad fraseológica frecuentemente utilizada.

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