Presencias del pasado. Roger ChartierЧитать онлайн книгу.
en la Europa Moderna, creada exprofeso para la ocasión. Hasta su jubilación en 2016, Chartier ocupó, junto a los mejores investigadores de toda Francia en sus respectivas especialidades, este lugar de privilegio, desde el que ha impartido numerosos cursos y seminarios de especialización que han tenido una excelente acogida, no solo por parte del público francés, sino también de estudiantes e investigadores llegados desde todo el mundo, que han acudido a París para seguir sus clases en este centro de enseñanza superior al que hoy sigue ligado como profesor emérito y honorario.
Por si toda esta actividad fuese poca, el profesor Chartier ha compaginado, casi desde sus inicios como docente, esta notable tarea en la EHESS y en el Collège de France con una no menos importante fuera de las fronteras francesas. De hecho, la dimensión de la carrera profesional de Chartier no se entiende en absoluto si no consideramos, también, su brillante trayectoria internacional, pues su presencia en universidades e instituciones académicas de todo el mundo ha sido intensísima e ininterrumpida durante los últimos cuarenta años y desde que, en 1976, realizara su primera estancia internacional. La hizo como investigador invitado (Visiting Fellow) en el acreditado Shelby Cullom Davis Center for Historical Studies de la Universidad de Princeton, donde –como han subrayado los profesores Justo Serna y Anaclet Pons– conoció y trabó amistad con un historiador estadounidense que impartía sus clases allí: el también especialista en la historia del libro y de la lectura Robert Darnton.
Desde esa primera estancia en Princeton, Chartier ha sido investigador o profesor invitado en centros de reconocido prestigio, como las universidades de Montreal, Yale, California en Berkley, Cornell, Johns Hopkins, Chicago, Alabama, Harvard, Nueva York, Stanford y, sobre todo, Pensilvania, donde es Annenberg Visiting Professor of History y ha impartido clases anualmente desde el año 2001.
En América Latina ha dictado seminarios en multitud de centros, como las universidades de Buenos Aires (Argentina), Nacional de Rosario (Argentina), Nacional de San Martín (Argentina), de Chile (Chile), de la República (Uruguay), Diego Portales (Chile), de los Andes (Colombia), de Ouro Preto (Brasil), de Sao Paulo (Brasil), de Passo Fundo (Brasil), Autónoma de Sinaloa (México) y el Instituto Tecnológico de Monterrey (México), por citar solo algunos. Y lo mismo se podría decir de España, donde hemos tenido el placer de escucharle en las universidades Internacional Menéndez Pelayo, Complutense de Madrid, Autónoma de Madrid, de Castilla-La Mancha, de Cádiz, de Almería, Autònoma de Barcelona, de Alcalá de Henares, Carlos III de Madrid y, por supuesto, en la Universitat de València.
Del mismo modo, ha pronunciado conferencias inaugurales en la Sociedad Americana de Antigüedades de Worcester (septiembre de 1987), la Cátedra Luigi Einaudi de Estudios Europeos e Internacionales, las universidades de Cornell (abril de 1988), Iowa (abril de 1990), Pensilvania (1994), Utah (abril de 1995), Alabama (abril de 1996), Edimburgo (octubre de 1996), Oxford (junio de 1997), Washington (octubre de 1997), Brown (abril de 1998), Stanford (octubre de 2000) o la British Library de Londres (1998), por citar solamente algunas de las muchas ocasiones en las que su presencia ha sido requerida, como voz autorizadísima, para impartir clases magistrales o charlas de apertura en distintos actos académicos.
Quizá una de las facetas menos conocidas de su biografía, al menos para el gran público no especialista, que conoce sus publicaciones y que quizá haya asistido a algunas de sus conferencias, pero desconoce los pormenores de su extensa y variada hoja de servicios, sea la de su trabajo como gestor al frente de distintas instituciones a las que Chartier ha aportado no solo sus vastos conocimientos en la materia, sino, también, su reconocida bonhomía a la hora de relacionarse –lo que no siempre es fácil– con colegas y estudiantes de todos los niveles y especialidades.
En este sentido, y si a menudo hablamos de la creciente importancia de la gestión académica y de la necesidad de que un científico conozca, también, ese «otro lado» menos amable que es la jungla burocrática en la que se ha convertido la Universidad en los últimos años, conviene recordar que ha ejercido cargos de responsabilidad científica de primer nivel, compaginándolos siempre con una labor de docencia e investigación que nunca ha abandonado.
Además de la jefatura de estudios de la EHESS y de la dirección del Centre de Recherches Historiques de la propia EHESS, a las que ya me he referido, Chartier ha sido director del Centre Alexandre Koyré (EHESS - CNRS - Muséum National d’Histoire Naturelle) entre 1989 y 1998, director del Centre International de Synthèse - Fondation pour la Science entre 1993 y 1997, miembro del Comité National du Centre National de la Recherche Scientifique, Section Histoire Moderne et Contemporaine, entre 1980 y 1983 y entre 1987 y 1990, presidente del Conseil Scientifique de la Bibliothèque de France entre 1990 y 1994, miembro del Conseil Scientifique pour la Recherche Universitaire auprès du Ministre de l’Enseignement Supérieur et de la Recherche entre 1990 y 1994, presidente del Conseil Scientifique de l’École Nationale Supérieure des Sciences de l’Information et des Bibliothèques entre 1995 y 1998, miembro del Comité d’Évaluation Scientifique de la Maison des Sciences de l’Homme entre 1998 y 2002, y miembro del Comité d’Évaluation Scientifique du Max Planck Institüt für Wissenschaftsgeschichte, entre 2000 y 2004.
Igualmente, ha sido o sigue siendo miembro del comité científico de revistas académicas como Revue de Synthèse (Centre National du Livre y École Normale Supérieure de París), Mana. Estudos de Antropologia Social (Universidade Federal do Rio de Janeiro), Bibliographica (Universidad Nacional Autónoma de México), Cultura Escrita & Sociedad (Universidad de Alcalá de Henares), IC: Revista Científica de Información y Comunicación (Universidad de Sevilla) o Pasajes de Pensamiento Contemporáneo (Universitat de València), entre otras. Así mismo, es miembro del comité editorial de las colecciones «Studies in Print Culture and the History of the Book» (University of Massachusetts Press) y «Material Texts» (University of Pennsylvania Press).
Por otra parte, conviene destacar que, en el caso del profesor Chartier, su faceta como docente e investigador no le ha impedido ejercer, también, como un notable y apasionado divulgador, en el sentido más noble de la palabra. Chartier ha sido un intelectual comprometido con su trabajo y, como tal, un científico que ha terciado en el debate público en numerosas ocasiones, siempre opinando desde el conocimiento y la experiencia. Durante toda su trayectoria como historiador, pocos académicos han tenido más presencia que él en los medios de comunicación (basta dar un vistazo a la sección de noticias de Google para comprobar la cantidad de entrevistas que concede a periódicos y suplementos culturales de todo el mundo), donde su sabia opinión ha sido requerida en multitud de ocasiones, como la de un experto capaz de llegar no solamente a los grandes especialistas, sino también a un público mucho más amplio.
En el caso de nuestro protagonista, creo que se estará de acuerdo en admitir que tanto la comunidad científica como la prensa cultural siempre han visto en él a un investigador docto, pero nada pedante ni pretencioso; un historiador erudito y metódico, cuando el auditorio lo exigía, pero también accesible y dispuesto a discutir con cualquiera y a adaptar el nivel de su discurso al del público al que iba dirigido, cuando ha tenido que hacerlo.
Me resulta difícil reproducir aquí la lista de programas de radio y televisión en los que hemos podido verle y escucharle, por lo que me limitaré a señalar, como botón de muestra, el hecho de que el profesor Chartier fue –junto con historiadores de la talla de Jacques Le Goff, Michelle Perrot o Arlette Farge, entre otros– coproductor del famoso programa de radio Les Lundis de l’Histoire, que hasta su desaparición en 2014 emitió la cadena France Culture, de la Radio Nacional Francesa.
También ha sido, durante muchos años, crítico literario y cultural de la revista Times Literary Supplement, del suplemento Livres (diario Libération), del suplemento Monde des Livres (diario Le Monde) y, en lengua española, del suplemento Blanco y Negro, (diario ABC), así como de las páginas de crítica literaria de los grandes periódicos argentinos Clarín y La Nación. Algunas de sus mejores reseñas de libros pueden encontrarse, por cierto, en uno de los libros, El juego de las reglas: lecturas (2000), incluidos en la lista de títulos que acompaña a este texto.
Esta larga y extraordinaria carrera académica e investigadora le ha hecho merecedor de todo tipo de premios y distinciones,