La caja de los hilos . Antonio Moreno RuizЧитать онлайн книгу.
El arte cristiano es el álbum de fotos de la familia católica. Cada imagen responde a unas circunstancias históricas, a un planteamiento de fe, quiere expresar un sentimiento, quiere ayudarte a entender algo… Pero sin nadie que te lo explique, te podrás quedar en la contemplación estética y poco más.
En este capítulo hemos reunido algunos de los hilos en los que las imágenes se convierten en catequesis para ser leídas y hechas carne en la propia vida. Al fin y al cabo, ¿no somos nosotros también imágenes de Dios? Te invito a pasar a esta galería:
#HilodeJudas
Uno de los personajes más odiados de la historia es Judas, el traidor por excelencia. En este Jueves Santo nos acercamos a su figura a través de un capitel de una iglesia y, lo que es más importante, a cómo Dios en su infinita misericordia, actúa con los pecadores. Si te avergüenzan tus pecados, este es tu hilo.
#HilodesanMateo
El cuadro de “La vocación de Mateo” de Caravaggio es una maravillosa predicación plástica que nos habla sobre Dios y el dinero, la luz y la oscuridad; y sobre la llamada universal a la santidad. ¿Quieres algunas pistas para desvelar su misterio? Aquí las tienes.
#HilodelaCruz
El mundo entero aguardaba la noticia del rescate con vida de Julen, un niño de 2 años que cayó en un pozo y cuyas labores de rescate mantuvieron en vilo a todo el planeta. Tras 13 días para conseguir llegar hasta él, finalmente, los rescatadores pudieron sacar solo su cadáver. De aquella angustia surgió este hilo: ¿Por qué? ¿Por qué la muerte de un inocente? ¿Qué sentido tiene el dolor? El mensaje de la Cruz de San Damiano nos ayuda, no a entender, pero sí a recuperar la paz.
#HilodelaMisericordia
La famosa imagen de Jesús de la Divina Misericordia no deja a nadie indiferente. ¿Por qué a algunos les despierta una gran devoción y a otros les produce rechazo? Hay que conocer bien la historia y el significado de esta imagen para entender algunas de sus claves. En este hilo las encontrarás.
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Un traidor en la mesa del Papa
#HilodeJudas
“Judas”, capitel de la Basílica de Santa María Magdalena en Vézelay, en Borgoña
El Jueves Santo es el día en el que se consumó la traición más famosa de la historia. Judas es odiado desde entonces, pero quizá no sabes que el mismísimo papa Francisco tiene esta imagen suya en su escritorio. ¿Sabes por qué?
La imagen pertenece a un capitel que adorna una de las múltiples columnas de la Basílica de Santa María Magdalena en Vézelay, en Borgoña. Una obra maestra del románico desde la que miles de peregrinos de la Edad Media iniciaban el camino a Santiago de Compostela.
Reflexionando sobre la Pasión de Cristo que rememoramos estos días, el Papa nos invita a ver las diferentes formas de afrontar el sentimiento de vergüenza cuando pecamos. Dice el Papa que la vergüenza es una gracia, algo muy bueno, por eso a los desalmados, a las personas malvadas, se les dice que son unos “sin vergüenzas”. La vergüenza cuando se ha cometido un mal es el resultado de una conciencia recta. Pero hay distintas formas de afrontarla y Francisco nos señala a tres personajes de la Pasión: Pedro, Dimas (el nombre del “buen ladrón” según la tradición) y Judas 18.
Pedro niega al Señor, pero se avergüenza y llora amargamente. En respuesta, Cristo resucitado, lo confirma como pastor de su Iglesia. Dimas es un ladrón, pero se avergüenza de estar crucificado junto a un inocente y lo defiende de los insultos del otro crucificado. En respuesta, Jesús le dice: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”. Judas traiciona al Señor, se avergüenza y trata de deshacer el trato, pero su desesperación le lleva al suicidio.
Esta última forma de vergüenza “es la que me conmueve más”, dice el Papa. Y dice dos cosas muy profundas sobre esta vergüenza de Judas que acabó tan mal. En primer lugar, que cuando se arrepintió se dirigió a los “justos”, a los sacerdotes, a decirles: “He pecado, he entregado a la muerte a un inocente”.
Pero la respuesta de ellos, ¿cuál fue?: “¿Qué nos importa eso a nosotros? Es asunto tuyo”. Eso fue lo que le contestaron. Actualizando, ¿qué acogida encuentran los pecadores en nosotros, los miembros de la Iglesia? ¿Somos una Iglesia de puros o de pecadores? ¿Necesitamos o no la salvación?
Porque a lo mejor pensamos que el sacrificio de Jesús en la cruz fue inútil pues nos bastamos nosotros solos. ¿Es nuestra actitud la del publicano de la parábola, que reconoce su debilidad y necesidad de la gracia, o vamos de “sobraos”, con autosuficiencia, como el fariseo, mirando a los demás por encima del hombro 19? ¿Encuentran los pecadores en la Iglesia un lugar donde refugiarse de la vergüenza y la desesperación o solo tenemos como respuesta la de “es asunto tuyo”?
La segunda reflexión es un poco echar a volar la imaginación, pero está muy bien planteada para ayudarnos hoy. Dice el Papa, que “quizá si Judas se hubiera encontrado a la Virgen, las cosas hubieran sido otras, pero el pobre se va, no encuentra manera de salir y fue a ahorcarse”. Esto es muy bonito porque María es, como cantamos en la salve, Mater Misericordiae. La Madre de Misericordia acoge a todos bajo su manto y nos invita a volver los ojos a Jesús, rostro radiante de la misericordia de Dios.
¿Estás desesperado por el mal cometido?
Mira a María.
¿Crees que eres incorregible?
Mira a María.
¿Te avergüenza tu pecado?
Mira a María.
¿No tienes fuerzas ni para ir a confesar?
Mira a María.
¿Crees que no tienes perdón de Dios?
No te dejes engañar como Judas y mira a María.
“Debemos tratar de ayudar a las personas desesperadas a encontrar el verdadero camino de la vergüenza, y que no recorran la vía que acabó con Judas”, señala Francisco. Y aquí, María es fundamental. Es “refugio de los pecadores”.
Pero ¿y lo de la imagen del capitel con Judas ahorcado en el escritorio del Papa? ¿Qué sentido tiene? Perdona, que me lío con otras explicaciones y pierdo el hilo original.
Pues para explicar ese hecho que nos cuenta Francisco, él se remite a una homilía que pronunció un Jueves Santo de 1958, el sacerdote don Primo Mazzolari, párroco de Bozzolo y precursor del Concilio Vaticano II. Un hombre admirado por el Papa (en 2017 fue en peregrinación a visitar su tumba), definido como “el párroco de Italia” y a quien san Juan XXIII saludaba como “la tromba del Espíritu Santo en la Baja Padania”. Esa homilía, el padre Mazzolari no la dedicó a la Eucaristía (en el Jueves Santo se conmemora su institución), ni a la fraternidad (el Jueves Santo es el Día del amor fraterno), ni a la actitud de servicio (el Jueves Santo se realiza el lavatorio de pies), ¡sino a Judas!
“Pobre Judas –dijo don Primo–. Yo no sé qué le habrá pasado en el alma. Es uno de los personajes más misteriosos que encontramos en la Pasión del Señor. Tampoco trataré de explicarlo, me conformo con pedirles un poco de piedad por nuestro pobre hermano Judas” 20.
¿Hermano Judas?, dirás tú como dije yo la primera vez que lo leí… ¿Yo hermano de ese traidor?
Pero lee como continúa el “párroco de Italia”: “No se avergüencen de asumir esta fraternidad. Yo no me avergüenzo, porque sé cuántas veces he traicionado al Señor; y creo que ninguno de ustedes debería avergonzarse de él. Y al llamarlo hermano, nosotros usamos el lenguaje del Señor. Cuando recibió el beso de la traición, en el Getsemaní, el Señor