Memorias de posguerra. Garcia Manuel EmídioЧитать онлайн книгу.
recuerdos tiene de la exposición de Jusep Torres Campalans?
R.: Max Aub venía a casa a menudo para documentarse. Pedía datos de pintores. Yo le di acceso a mi biblioteca. Lo más curioso de esa experiencia es que la gente dio crédito a esa muestra. Tomaron en serio la existencia de Jusep Torres Campalans.4
P.: Se dice incluso que Margarita Nelken colaboradora del diario Excélsior aceptó la existencia de Torres Campalans.
R.: Es cierta esa historia. Era una historia hecha con muy buen humor. Max Aub tenía esa capacidad para inventarse historias. Fue muy ingenioso. También habría que recordar la invención del falso Discurso de la Real Academia Española, suponiendo que no hubiera habido guerra civil.5
P.: ¿Qué le pareció el libro póstumo sobre Luis Buñuel?
R.: Colaboré, sobre todo con Federico Álvarez, para que el libro se editara. Una bella edición. Incluyeron una entrevista conmigo.
Entrevista realizada en la ciudad de México el 23 de noviembre de 1993.
1 Elena Garro: Viaje a España, 1937, Siglo XXI Editores, México, 1992.
2 José Sarukhan Kermez: «En exilio español en la UNAM», en Varios Autores: Cincuenta Años del Exilio Español en la UNAM, México, 1991, Universidad Nacional Autónoma de México, págs. 11-16.
3 Publicó entre otros libros: No son cuentos (1944); Campo de sangre (1945); Yo vivo (1953); etc. En la Colección Presencia de México del Fondo de Cultura de México publicó: Guía de narradores de la revolución mexicana (1969).
4 Varios Autores: Max Aub. Jusep Torres Campalans, Generalitat Valenciana, Valencia, 2000, 2 Vols. (Edición a cargo de Manuel García).
5 Academia Española. El teatro español sacado a la luz de las tinieblas de nuestro tiempo por Max Aub, Madrid, 1956.
Octavio Paz, escritor, en el Congreso Internacional de Escritores y Artistas, Valencia, 1987
(Foto: José Aleixandre)
OCTAVIO PAZ, ESCRITOR
El escritor y ensayista Octavio Paz nació en la ciudad de México en 1914 y falleció en la ciudad de México en 1998.
A lo largo de su vida estuvo vinculado a España a través de viajes, premios y ediciones de sus libros. Hay, a nuestro entender, tres viajes significativos de Octavio Paz a España.
El primer viaje lo realizó, para asistir con el poeta Carlos Pellicer y varios miembros de la LEAR al Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura (Valencia, 1937). Por entonces, tenía ya publicados varios libros de versos: Luna silvestre (1933), ¡No pasarán! (1936) y Raíz del hombre (1937).
El segundo viaje lo llevó a cabo para presidir el Congreso Internacional de Escritores y Artistas (Valencia, 1987). Por entonces ya había editado gran parte de su obra poética y ensayística y acababa de publicar México en la obra de Octavio Paz.
El tercer viaje lo hizo como miembro del Consejo Rector del Instituto Valenciano de Arte Moderno (Valencia, Junio 1996), siendo director Juan Manuel Bonet. En esa ocasión dio una conferencia sobre André Breton, en la que al referirse a las vanguardias y a sus viajes a Valencia diría las siguientes palabras:
«Diré que una de las razones que me han hecho volver a Valencia y formar parte de la institución que él dirige, ha sido fundamentalmente su persona en la que veo una imagen de una nueva generación española y el interés de esa generación no solamente por los valores locales sino lo que pasa en el mundo. En el caso suyo ha sido particularmente penetrante e inteligente la forma en que ves nuestro pasado reciente como lo muestra ese libro sobre Las Vanguardias en España, que es algo más, un capítulo importante de las vanguardias en el siglo veinte.
Y claro también estoy muy satisfecho, contento y emocionado de volver a Valencia a la que me unen muchos recuerdos, horas y días vividos en esta ciudad bajo atmósferas muy distintas.
Todo esto me conmueve especialmente.» 1
El autor de libros de poemas como Libertad bajo palabra (1949), Discursos visuales (1968) y Vuelta (1976); de prosa poética como Águila o sol (1951) y ensayos como El laberinto de la soledad (1950), Corriente alterna (1967), Marcel Duchamp o el castillo de la pureza (1968), Postdata (1970), El ogro filantrópico. Historia y política (1979), Sor Juana Inés de la Cruz (1982) y Tiempo nublado (1983), estrechaba sus lazos con España lanzando sus Obras Completas a través de la editorial Galaxia Gutemberg del Club de Lectores de Madrid.
La entrevista que incluimos en este libro da testimonio del periplo que hizo a España en plena guerra civil.
Al paso por Valencia publicó unos textos en las revistas Hora de España2 y Nueva Cultura3 y un libro de poemas Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España (1937).
Sobre ese periplo por Europa y una ciudad como Valencia y las experiencias compartidas con el escritor Juan de la Cabada, el museógrafo Fernando Gamboa o el músico Silvestre Revueltas y el descubrimiento de unos escritores españoles como Gil-Albert, Herrera Petere y Sánchez Barbudo (y el pintor Ramón Gaya), que incorporaría, años más tarde, a la revista Taller (México, 1938-41), conversamos en el verano de 1986 con Octavio Paz en la Ciudad de México.
Pregunta: El motivo de esta entrevista está relacionado con el 50 aniversario de la celebración del Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura, celebrado en Valencia en 1937, al que usted acude con apenas 23 años y varios libros de poemas4 y acompañado de una delegación de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios de México.
Respuesta: Ellos llegaron después. En realidad creo que el congresista más joven fui yo.
P.: El más joven de los congresistas extranjeros.
R.: Incluso de los españoles. Ninguno era más joven que yo. Miguel Hernández, Serrano Plaja, Gil-Albert, Sánchez Barbudo eran mayores que yo. Algunos además no eran delegados. Eran delegados Miguel Hernández y Serrano Plaja.5
P.: ¿Era su primer viaje a Europa?
R.: Sí, era mi primer viaje a Europa. De modo que me deslumbró absolutamente. Había una mezcla de reconocimiento de lo que había leído –era un viaje bastante literario en ese aspecto– y al mismo tiempo el descubrimiento de España, una España en guerra. Me conmovió mucho desde la llegada. La delegación mexicana éramos realmente tres: Carlos Pellicer, poeta; José Mancisidor, jefe de la delegación y escritor comunista y yo. Después del congreso llegó un grupo de escritores y artistas de la Liga de Escritores y Artistas