Círculos de las cosechas: ciencia y espiritualidad. Àngels Membrive VilàsЧитать онлайн книгу.
aprender para alcanzar un bienestar propio y para los demás. Porque, como decía, no existen las casualidades. Y este libro, tampoco lo es.
ÀNGELS MEMBRIVE
Los círculos de las cosechas siempre me han fascinado. Por eso, cuando coincidí con Vicente en este proyecto, me pareció que sería realmente interesante dar a conocer al mundo otra visión de los mismos y, presentarlos como lo que me transmiten, centros energéticos que nos proveen energía vital.
Al conectar con ellos, los dos hemos sentido su energía cósmica, la cual, según cada dibujo nos empodera, nos sana y nos conecta con nuestra verdadera esencia. Nos enseñan a crear de la misma forma que los átomos liberan su energía en una explosión nuclear.
Los círculos me han enseñado su línea de estudio espiritual y también me han llevado a abandonar la lucha de buscar una explicación coherente; me han reforzado, han iluminado mi capacidad creadora y todo lo que mi entorno recibe de esos destellos de creación y brillo. Ellos me han mostrado los caminos para mejorar mi vida desde el respeto y el amor.
La primera vez que conecté con uno de ellos y empecé las canalizaciones, sin pretenderlo me sorprendió la capacidad y energía de gratitud que había en ellos.
Descubrí que somos códigos de información en la vasta creación. Emitimos y sumamos información en el flujo de la energía universal. Cada pensamiento, cada emoción, cada palabra, cada acción, suma. Es importante cambiar nuestro diálogo interior de escasez por uno de abundancia y a eso nos ayudan los círculos. Su gratitud desde el corazón y desde la luz del alma es poderosa.
La neurología y la física cuántica están demostrando ya, sin lugar a dudas, que la conciencia humana puede variar su enfoque gracias a la plasticidad del cerebro. Puede materializar una nueva realidad, más perfecta, más de luz, y creo y afirmo que los círculos de las cosechas pueden incluso modificar nuestra compleja red neuronal y provocar lo que la moderna física nuclear denomina “colapso cuántico”.
Todo con un acto de vida y creación desde nuestra conciencia.
Estamos en un proceso de transformación y, con nosotros la Madre Tierra. Todo es más sencillo. Debemos pensar menos materialmente y sentir más, dejarnos llevar por ese sentir, escuchar nuestro interior. Al entregarse a los círculos ese agotamiento cesa y la inseguridad o el miedo se desvanecen.
Estamos delante de unos resonadores galácticos de gran magnitud, estamos viviendo tiempos emocionantes y de grandes cambios evolutivos, un tiempo de transición para la raza humana. Y los círculos han aparecido justo en este momento de la historia. Y no es casualidad.
Hablamos de un salto cuántico evolutivo en la conciencia. Los círculos nos anuncian que debemos dejar atrás los viejos paradigmas o estructuras basadas en la codicia del ego, porque si no, todo empezará a colapsar.
Esperemos que cada vez seamos más los que nos sumamos a la paz y el respeto a todos los seres del planeta y, que la humanidad se dé cuenta de que necesita realmente un verdadero despertar y conexión con la fuente cósmica.
VICENTE FUENTES: ¿QUÉ ES LA CIENCIA DE LOS CROP CIRCLES?
A nivel científico, es imposible analizar al cien por cien la inmensa cantidad de mensajes que un círculo de las cosechas auténtico tiene para un ser humano como nosotros, en este nivel de nuestra evolución.
Estamos hablando de contenidos que escapan más allá de nuestra comprensión, de planos dimensionales que interaccionan entre sí de manera perfecta, de seres mucho más sabios que tratan de entablar un primer contacto serio y pacífico por medio del idioma universal, las matemáticas.
Y aquí estamos nosotros, año tras año desde la década de los años setenta del siglo XX, poco menos que en el primer día de colegio. Poco a poco hemos ido viendo cómo el fenómeno ha ido evolucionando, como lo hace un niño en la escuela de primaria. Desde una primera circunferencia y unas pocas líneas haciendo de abecedario, hasta inmensos caudales de series de misteriosas figuras fractales que interaccionan con nuestro mismísimo subconsciente con una intención bien definida.
El hombre, al mirarlo, puede sentirse desconcertado ante su belleza, eso es verdad, y eso es parte de la creación misma del universo, pero nuestros descubrimientos van a la par de los mensajes, y lo que se ve, se descubre y se halla aquí, parte de una inteligencia que ha superado con creces todo lo que podríamos imaginar a nivel geométrico.
En el proceso, igualmente, la astronomía es vital y es obsesiva. Las conjunciones, los ciclos de nuestros planetas más cercanos y lejanos, los movimientos de la Luna, e incluso los acontecimientos que ocurren en nuestra sociedad, son avisados en estos maravillosos círculos, igual que Cervantes escribía sobre Don Quijote. Metáforas que incluso ya empiezan a empatizar con nuestros idiomas en actos de desesperación para que entendamos que el fenómeno va en serio y es necesario que el mundo sepa que exista.
Esa seguridad aplastante, esa inmensidad que abarca cada uno de ellos está exponiendo mensajes de un perfil sugerente, pero perspicaz. Matemático al máximo, exprimiendo nuestros cerebros, pero también, con el paso de los años, haciendo alusiones a ciencias de antiguas civilizaciones para que vayamos entendiendo todo mejor. Los debieron ver hace milenios también. Stonehenge no es casualidad. La historia de los crop circles va ligada al hombre, igual que los seres que los hacen, porque existe una necesidad total por parte de la inteligencia científica que los crea de que vayamos comprendiendo que ellos siempre han formado parte de nosotros. O necesitan algo de nosotros o somos nosotros los que necesitaremos algo de ellos y ellos lo saben.
Hay incluso un diseño con forma de rectángulo, más bien una secuencia matemática que expone una posible intervención genética en nuestros propios orígenes, una respuesta al mensaje de Arecibo de 1974 que expone claramente que ellos, quienes los hiciesen, porque es posible que haya más de una civilización involucrada en estas ciencias ofrecidas, habrían dado, ofrecido, o asimilado parte de nuestros genes para su propio beneficio o experimentación. Y es esa experimentación lo que veremos aquí.
¿Hasta dónde podremos saber qué se oculta en cada diseño? Ese arte mostrando roturas de nuestro maravilloso espacio-tiempo es tan obsesivo que merece una ciencia aparte en nuestra física. ¿Por qué tantas impresionantes menciones a nuestro sistema solar y nuestra Luna o nuestro compañero planetario? Cada evento es mostrado de forma tan sutil y elegante que son como regalos.
Las preciosas alusiones a la ciencia de Nikola Tesla son sonrisas en los campos. Conocer que su camino era el correcto y mostrarlo es un cumpleaños en cada círculo que muestra el electromagnetismo de este científico único en la historia. Pero siempre hay una pregunta en el aire: ¿es todo esto parte de una motivación egoísta o es un ofrecimiento sin par para que nos acerquemos a una ciencia universal que ellos ya conocerían? ¿Estamos en una simulación de la realidad y se trata de saber nuestras reacciones?
Lo cierto es que las posibilidades y mensajes que muchos diseños ofrecen son infinitas. Hay referencias si las miramos desde una perspectiva, duras ecuaciones que se levantan ante nuestros ojos para llevarnos a nuevos campos del conocimiento más tenaz si las vemos desde otras, y una incógnita absoluta: no sabemos quiénes los hacen y a nivel periodístico, como todo lo relacionado con el fenómeno OVNI, el tema está completamente censurado. Por mi parte, no creo que las criaturas ajenas a nuestro mundo tengan aún una noción total de hacia dónde se expande el cosmos. No lo he visto hasta ahora en los mensajes de los círculos. No deben saberlo. O no lo han expresado.
Quizá para ellos mismos sean esas matemáticas una válvula de escape ante la impotencia de no saber. Quizá la enseñanza a los seres humanos sea una impresionante y maravillosa conexión con lo que ya desde hace miles o millones de años llevan investigando sin saber la solución. Sí creo que este rol adoptado de profesor-alumno que tienen los crop circles está creando una conexión inusual.
La de unos números que muestran mensajes en plena naturaleza. Una naturaleza que tiene los mismos patrones de sus diseños y que ellos adaptan para que entendamos mejor nuestro