Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias. AAVVЧитать онлайн книгу.
agradecido por la atención, reitérole el testimonio de mi consideración y afecto personal.
J. Negrín
[Fundación Juan Negrín, Archivo, Carpeta 101, número 72. Copia].
* Este trabajo reelabora el titulado, «Una biblioteca en retazos», en Salvador Albiñana y Juan Manuel Bonet (eds.), La biblioteca errante. Juan Negrín y los libros, Las Palmas de Gran Canaria-París, Fundación Juan Negrín-Instituto Cervantes, 2015, 41-69, catálogo de una exposición que reunía en torno a cien libros y revistas de la Biblioteca, aparecidas en vida de Negrín, entre 1892 y 1956. En el otoño de 2017, la Sala Duc de Calàbria de la Biblioteca de la universidad presentó la muestra La biblioteca errrant. Juan Negrín i els llibres, que amplió a ciento cincuenta el número de las obras exhibidas.
1. Mariano Ansó, Yo fui ministro de Negrín, memorias ineludibles, Barcelona, Planeta, 1976, 189. Luis Quintanilla, «Pasatiempo». La vida de un pintor (Memorias), edición, estudio introductorio y notas de Esther López Sobrado, A Coruña, Edicios do Castro, 2004, 262-263. La carta en documento número 2. Debo el conocimiento de las tres cartas que aquí se publican a la generosidad de José Medina Jiménez, Presidente de la Fundación Juan Negrín.
2. Entre los biógrafos, Enrique Moradiellos es quien ha prestado atención al Negrín bibliógrafo, Negrín. Una biografía de la figura más difamada de la España del siglo XX, Barcelona, Península, 2013 (primera edición, 2006). Carmen Negrín, «Crecer entre los libros», Salvador Albiñana y Juan Manuel Bonet (eds.), La biblioteca errante…, 107-110. Gabriel Jackson, uno de los primeros investigadores que trabajó en el archivo de Negrín, recordó la biblioteca en su visita a la casa familiar en 2001, Juan Negrín, médico, socialista y jefe de gobierno de la II República española, Barcelona, Critica, 2008.
3. Enrique Moradiellos, Negrín…, 57. Julio Álvarez del Vayo, En la lucha. Memorias, México, Grijalbo, 1975, 39.
4. José María García Valdecasas (ed.), El Dr. Severo Ochoa, Premio Nobel de Medicina, visto por algunos de sus más íntimos colaboradores, México, 1962; entre otros, Francisco Grande Covián y José Puche Álvarez. José Puche, «El Laboratorio de Fisiología», Residencia (número conmemorativo), México, 1963, 63-66.
5. Enrique Moradiellos, Negrín…, 93, 96. Libro en honor de D. S. Ramón y Cajal. Trabajos originales de sus admiradores y discípulos, extranjeros y nacionales, 2 vols., Madrid, Publicaciones de la Junta para el Homenaje a Cajal, 1922. Negrín aparece entre los firmantes de la dedicatoria y publicó «El papel de los adrenes en las glucosurias de origen bulbar», 2, 577-608.
6. Juan Manuel Bonet, «Juan Negrín: algunas cosas que nos cuenta su biblioteca», Salvador Albiñana y Juan Manuel Bonet (eds.), La biblioteca…, 13-39. Sobre los escritores y artistas de los años veinte y treinta, Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias en España, 1907-1936, Madrid, Alianza, 2007, 3a ed. Andrés Trapiello, Las armas y las letras. Literatura y guerra civil (1936-1939), Barcelona, destino, 2010, edición revisada.
7. Juan Pérez de Ayala, «José Moreno Villa, grabador», Residencia, 7, 2003, puede consultarse en www.residencia.csic.es. Moreno Villa vivió en la Residencia entre 1917 y fines de 1936; la evocó en sus Memorias, recordando esa hora del café al que Negrín «solo alguna vez concurría», Vida en claro. Autobiografía, México, El Colegio de México, 1944, 105. Francisco Grande Covián recordó que el precipitado de los azúcares adquiría «un hermoso color azul pálido que era motivo de gran interés para Moreno Villa», «Aficiones artísticas», José María García Valdecasas, El Dr. Severo Ochoa…, 49-50.
8. Josep Lluís Barona, «Juan Negrín, ciencia y compromiso político», Achúcarro, Marañón, Negrín. Medicina y compromiso, entre la experimentación y la política, Madrid, Nivola, 2001, 79-107.
9. En 1926 Negrín calculaba una tirada de 3.000 ejemplares que le podía reportar un beneficio de 90.000 pesetas, Enrique Moradiellos, Negrín…, 84, 102-103. El manual fue útil hasta finales de los años cincuenta, Juan Negrín Mijailov, «El fisiólogo Juan Negrín. Su medio ambiente de ayer y de hoy», Revista de la Real Academias de Medicina de Barcelona, vol. 6, 1991, 67-72.
10. Juan Negrín, Programa de Fisiología especial. Curso 1932-33, Madrid, Universidad de Madrid. Facultad de Medicina, 1932. Ese año escribió Ramón y Cajal a su discípulo Jorge Francisco Tello, lamentando el decaimiento del Laboratorio de Investigaciones Biológicas, instalado en el Museo Antropológico; el problema deben resolverlo «ustedes solos (Negrín, Lafora, Del Río, etc. y usted)». José María López Piñero, Cajal, Madrid, Debate, 2000, 226-227.
11. Pilar Chías Navarro, La ciudad universitaria de Madrid. Génesis y realización, Madrid, Universidad Complutense, 1986.
12. Isabel Pérez-Villanueva, La Residencia de Estudiantes. Grupos universitarios y de señoritas. Madrid, 1910-1936, Madrid. Ministerio de Educación y Ciencia, 1990, 104. Según testimonio de Marcelino Pascua, quien desde 1921 mantuvo un trato frecuente en la Residencia, a Negrín le interesaban la ciencia, la música, el urbanismo y la arquitectura funcionalista, no mostrando gran inclinación por la pintura, la literatura o la historia, Santiago Álvarez, Negrín, personalidad histórica, Madrid, Ediciones de la Torre, 1994, vol. II, documento 25.
13. Josep Maria Quintana, Nicolau Maria Rubió i Tudurí (1881-1981), literatura i pensament, Barcelona, Curial, 2002. Rafael Pascuet y Enric Pujol (dirs.), La revolució del bon gust. Jaume Miratvilles i el Comissariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya (1936-1939), Barcelona, Viena Edicions, 2006. Actar apareció en lengua francesa y ese mismo año se publicó en catalán en la Revista de Catalunya.
14. Ana Martínez Rus, «San León librero»: las empresas culturales de Sánchez Cuesta, Gijón, Trea, 2007, 57.
15. Joan Manuel Tresseras i Gago, D’Ací i d’Allà (1918-1936), aparador de la modernitat i la masificació, Barcelona, Llibres de l’Index, 1992.
16. Trudi Araquistáin sugirió la edición de Remarque, Juan-Simeón Vidarte, Todos fuimos culpables. Testimonio de un socialista español, México, Tezontle, 1973, 593. Julio Álvarez del Vayo, En la lucha…, 216.
17. Gonzalo Santonja, La república de los libros, Barcelona, Anthropos, 1989. Ana Martínez Rus, «La república de los libros», Hispania Nova, 11, 2013, puede consultarse en http://hispanianova.rediris.es. En la Biblioteca de Negrín había una colección completa de los títulos de España. Tras su fallecimiento, pasó a manos de su hijo Juan Negrín Mijailov que al parecer la conservaba en su residencia de Niza, pero ahí se pierde la pista. Debo la noticia a Carmen Negrín (2015). La referencia a Carpentier en Javier Rubio Navarro, «Luis Araquistáin (1886-1959). Cinco notas», La Ilustración liberal, 12, 2002. En la información editorial de la novela de Wilder se anuncian en prensa dos obras, con prólogo de Negrín, que no parece que llegaran a publicarse: Kerridge, Elementos de Química-Fisica; y Schenck & Gürber, Elementos de Fisiología. Negrín tenía la obra de Grigorii Grinko, El plan quinquenal de los soviets, (traducción de Antonio Buendía Aragón), Madrid, Cenit, 1931, 2a edición. Unos años después, Grinko, en calidad de Comisario del pueblo de Finanzas, fue uno de los firmantes del acta de recepción del oro del Banco de España enviado a la URSS.
18. El texto de Herrera Petere –«Dos mundos frente a frente»–, en J. R. López García, Vanguardia, revolución y exilio: la poesía de Arturo Serrano Plaja (1929-1945), tesis de doctorado, Universidad Autónoma de Barcelona, 2005, vol. II, 934-935. Negrín ofreció ayuda, no siempre con éxito, a José María Corral, de ideas católicas y conservadoras, Carlos Corral, El doctor Juan Negrín y el Laboratorio de Fisiología de la Junta para Ampliación de Estudios (1916-1936), Las Palmas de Gran Canaria, Fundación Juan Negrín, 2008, 63-64, 221-224, 237. J. Rascón, El Instituto de Fisiología, Madrid, 1957. Bernard Knox,