Cuerpo, emociones y sentido de vida. Carmen Lucía Díaz LЧитать онлайн книгу.
atención y prevención del sufrimiento emocional profundo y la ideación suicida en estudiantes.
Dolly Montoya Castaño
Rectora
Introducción
Enfrentada la sociedad colombiana a los múltiples retos emergentes de la pandemia y en pleno proceso de desarrollo de las dinámicas que surgen del posacuerdo, la Universidad Nacional de Colombia (UN) seerige como referente de contribución a la construcción de nación, a través de sus funciones misionales de investigación, docencia y extensión.
Con una orientación enfocada a la excelencia académica, la universidad forma profesionales, ciudadanos comprometidos con la solución de problemas de la vida nacional, contribuyendo no solo al desarrollo de las ciencias y las humanidades, sino también al fortalecimiento del tejido social, el desarrollo territorial, los procesos de construcción y reconstrucción de los vínculos, los valores y las instituciones que alimentan la construcción de la democracia en el territorio colombiano. En este escenario es difícil pensar la universidad al margen de su participación en los procesos de construcción de ciudadanías, de subjetividades e identidades democráticas, con el consecuente reconocimiento a la participación, la pluralidad, la diversidad, la inclusión y el ejercicio de derechos en el marco de gobiernos y normativas que periódicamente son transformadas en virtud de los retos que la misma sociedad exige.
Es así como confluyen en sus análisis elementos que contribuyen a enfrentar las múltiples caras de los problemas emergentes de una guerra de larga data, los impactos de las crisis económicas, el deterioro del medio ambiente, los procesos migratorios y otros de gran relevancia. También brinda aportes para intervenir en aquellos aspectos menos visibles en la palestra pública, como son los problemas asociados a los cambios y dinámicas familiares, la constitución de las subjetividades, el tema-problema de las identidades, entre tantos otros, y, por supuesto, el tema-problema de la salud mental, emocional y afectiva de la población colombiana.
Como principal universidad del Estado con presencia en el territorio colombiano, la Universidad Nacional de Colombia recoge al interior de su vida académica el abanico de problemas propios de la nación y sus territorios. También, y como bien lo plantean los resultados de esta investigación, en ella se presentan los problemas asociados a los grupos de población, en este caso, la población joven y adolescente —junto a las identidades étnicas, de elección, géneros y clase, que concurren al interior de esta—, con acceso a la educación superior pública de estratos socioeconómicos bajo y medio (1, 2 y 3)4. Una población enfrentada no solo a los rigores de la guerra y sus secuelas, sino también a las dinámicas relacionales y humanas emergentes de las crisis de los modelos productivos, la exclusión como regla y sus expresiones al interior de las familias, las personas y los vínculos en el territorio.
Los resultados de la investigación presentados en este libro, tienen como referente la concepción que la salud mental no es resultado y responsabilidad exclusivamente individual, sino un ámbito en el que confluyen los vínculos inaugurales y secundarios, propios de los contextos socioeconómicos y culturales donde se inscriben las relaciones, como también el resultado de las decisiones de políticas públicas incidentes en la vida de todas las personas. Esta perspectiva busca ampliar el marco comprensivo de la salud mental como territorio exclusivo de la lógica biomédica, al social, articulando los contextos que signan la vida de las personas, en este caso, el sujeto sufriente y la ideación suicida, tratando de comprender y precisar un problema creciente en los entornos universitarios en general y de la Universidad Nacional de Colombia en particular.
En este escenario de convergencias se hacen sumatorios los problemas, principalmente aquellos asociados al desarrollo de las vidas y proyectos existenciales de la población más joven, para el caso que nos compete, estudiantes hombres y mujeres provenientes de diferentes regiones del país, principalmente de estratos socioeconómicos 2 y 3, partícipes multiculturales de unas formas, discursos y medios académicos, una vez admitidos en la universidad. Las características, orígenes y sentido del sufrimiento psíquico y emocional profundo de un sector importante de la población estudiantil, así como las condiciones y situaciones que la enmarcan y los posibles referentes de transformación de este fenómeno, forman parte de este proceso investigativo, a partir de un interrogante que pretende avanzar en la comprensión del sufrimiento de los jóvenes más allá de ser objeto de la intervención médica5 en el marco de tiempos y la exigencia académica de la Universidad. Una perspectiva orientada a enfrentar la conversión de “pacientes” a la de sujetos en capacidad de comprender y transformar autónomamente sus vidas.
Finalmente, la investigación “Cuerpo, emociones y sentido de vida: investigación para la comprensión del sufrimiento emocional profundo y la ideación suicida en estudiantes de la UN - Sede Bogotá”, buscó indagar en los intersticios de la emocionalidad, la afectividad y la racionalidad que enmarcan los sentidos de vida de un grupo de jóvenes que voluntariamente asistió a la convocatoria de la investigación, marcados por situaciones de sufrimiento emocional profundo, con experiencia en intentos de suicidio o ideación suicida.
El problema: sufrimiento emocional profundo en estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2014), durante 2012 se registraron 804 000 muertes a nivel mundial por suicidio, aunque se estima que la cifra sea mayor, por el subregistro o por clasificaciones incorrectas, a partir de la complejidad y del significado que tiene el suicidio, además de las falencias en los sistemas estadísticos de muchos países. Adicionalmente, el suicidio es la segunda causa principal de muerte a nivel mundial en personas que tienen de 15 a 29 años.
En Colombia, según la Subdirección de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud (2018), entre 2009 y 2016 ocurrieron 17 522 suicidios, en promedio, 2190 por año. Esta entidad coincide con información presentada por otras organizaciones en relación con características generales del suicidio en Colombia, a saber: mayor frecuencia en hombres (81 %) que en mujeres (19 %) y con mayor proporción en el grupo de personas que tiene entre 20 y 24 años (14,6 %).
Los últimos datos publicados en el Sistema de Información y Consulta de Estadísticas Vitales del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane, 2019) indican un aumento en los casos de suicidio entre 2011 y 2018, siendo el suicidio la tercera causa de muerte por causa externa en el país durante ese último año. Por otro lado, la versión más reciente de la Encuesta Nacional de Salud Mental (Ministerio de Salud y Protección Social, 2015), que tuvo una muestra de 16 147 personas en distintas zonas del país, dedica un apartado especial al suicidio en adolescentes, en el que presenta como principales resultados al respecto los siguientes:
Se encuentra una proporción de ideación suicida total del 6.6 %, distribuida en 7.4 % en adolescentes mujeres y 5.7 % en hombres; el valor estimado para adolescentes hombres tiene un CVE mayor del 20 %. Por otra parte, el plan suicida está presente en el 1.8 % de los adolescentes, siendo 2.5 % en mujeres y 1.0 % en hombres […] el paso a intento de suicidio se da en 2.5 % de los adolescentes (2.9 % en mujeres y 2.1 % en hombres). La proporción de adolescentes que han intentado suicidarse con respecto a quienes han pensado en hacerlo es del 37.6 %. (Ministerio de Salud y Protección Social, 2015, p. 232)
Durante la última década, la tasa de intento de suicidio a nivel nacional ha ido aumentando año tras año, “pasando de 0.9 por 100 000 habitantes en 2009 a 36.08 por 100 000 habitantes en 2016” (Ministerio de Salud, 2018, p. 4). En el mismo boletín se reportan las tasas más altas de intento de suicidio a nivel nacional, entre quienes están, en primer lugar, las personas que tienen entre 15 y 19 años y, en segundo lugar, quienes tienen entre 20 y 24 (p. 5).
Los datos de salud mental a nivel distrital, registrados en el sistema de información público SaluData, presentan un ascenso en las tasas de suicidio entre 2012 y 2018[6]. El 37 % de los casos de suicidio se presentaron en personas que tenían entre 15 y 29 años. Durante 2018, el 80 % de los casos fueron de hombres y el 20 % de mujeres. En el mismo año, las localidades en las que se presentó mayor cantidad de suicidios fueron Kennedy, Suba, Ciudad Bolívar, Engativá y Bosa, en donde reside una alta