Psicofonías. El enigma de la transcomunicación instrumental. José Ignacio Carmona SánchezЧитать онлайн книгу.
en contacto con su propio subconsciente podría ser incluso más peligroso que admitir que son las voces de seres fallecidos las que nos hablan, pues no hay peores demonios que los que cada uno lleva dentro.
Por eso, amigo lector, debemos congratularnos de tener este libro entre nuestras manos, pues es el fruto de muchos años de experiencia y trabajo en el mundo de la parapsicología, en un campo complejo como es el universo de las psicofonías, y más concretamente en lo que técnicamente se denomina «transcomunicación instrumental».
La presente obra viene a aportar elementos muy valiosos para todos aquellos que quieran conocer el fenómeno de las «voces de Raudive» en profundidad. Sobre todo, ofrece el saber acumulado de un incansable buscador de misterios, que trabaja desde los postulados más racionalistas, pero con una mentalidad abierta a todas las posibles causas que puedan provocar tan desconcertante enigma.
Joaquín Abenza
Director del programa El Último Peldaño Onda Regional de Murcia Radiotelevisión de la Región de Murcia
Los que nos interesamos por el fenómeno de las voces electrónicas algún día seremos como el coleccionista que precede al científico. Vamos dejando un rastro de datos inconexos que en un futuro serán de gran utilidad. Que nadie olvide que la investigación, no únicamente la parapsicológica, surge del azar y de la necesidad.
En cuanto a dónde ubicar la génesis de las voces sin dueño todo apunta al cerebro como su eje vertebrador, ya sea como su punto de partida o como una simple estación de paso.
Bergoson1, una autoridad mundial en los procesos cognitivos del cerebro, establece en sus teorías relacionadas con la memoria y la percepción de los sentidos que la función del cerebro, del sistema nervioso y de los órganos sensoriales es eliminadora, no productiva. La razón por la que se producen fenómenos tan insólitos como los de las voces paranormales podríamos hallarla en la disminución de la eficiencia biológica de nuestro cerebro, que al estar predeterminado para la mera supervivencia, en determinadas circunstancias, permite la intrusión de sucesos excluidos por su inicial pragmatismo.
Esto lo conoce bien la parapsicología y, valiéndose de determinadas técnicas, podemos reconducir al sujeto hacia nuestros fines experimentales. Sacar al sujeto de su estado de vigilia se consigue, por ejemplo, con una simple lámpara estroboscópica dirigida al nervio óptico. Como veremos, la práctica psicofónica suele realizarse al aire libre y no está sujeta a mecanismos de control, pero, aun así, alrededor de una grabación se dan determinadas circunstancias que predisponen al sujeto para que el fenómeno tenga lugar. Los investigadores del Instituto de Metapsíquica Internacional de París hablan de que las capacidades «psi» pueden atender a una función primitiva antes que evolutiva, por lo que la separación entre mente y cuerpo no debería ser un dogma de las nuevas corrientes parapsicológicas. En resumen, aceptan que estas facultades puedan estar sistematizadas en el propio ser humano. Nadie debería sentirse molesto, ya que al aducir que el fenómeno es «mental», lejos de estar menoscabándolo, se está situando en el mejor de los escenarios.
1 Huxley, Aldous. Las puertas de la percepción. Cielo e infierno. Colección Índice. Buenos Aires: Editorial Sudamérica, 1973.
INTRODUCCIÓN AL MUNDO DE LAS PSICOFONÍAS
Hace ya muchos años acampé en el abandonado monasterio de Caaveiro, cerca de Pontedeume, en Galicia. Me contaron que muchos años atrás, en el interior de sus estancias subterráneas se había llevado a cabo abusos, por parte de los monjes, para con algunas doncellas del entorno. Procedí a realizar una grabación con la intención de recoger sonidos paranormales y, apenas transcurridos unos minutos, aparecieron una serie de voces femeninas llenas de temor y de una gran angustia. Ciertamente los lugares «hablan», y no puedo decir que aquellas voces fueran algo así como improntas psíquicas o simples ecos de un tiempo remoto. Su misterio, el misterio de las psicofonías, es que respondían en tiempo presente y encajaban en el contexto inmediato de la experiencia.
En otra ocasión decidí aparcar el coche junto a una iglesia de una pequeña parroquia cerca de Santiago. Suelo encabezar la grabación con el nombre del lugar, en este caso hablamos de la iglesia de San Vicente de Aguas Santas. Súbitamente, recién iniciada la grabación, tras pronunciar el nombre de la iglesia, se registró una voz de mujer que en tono lastimoso apuntaba: «aún tiene llagas». Allí únicamente estaba yo e incomprensiblemente aquella voz me revelaba un dato muy preciso sobre la hagiografía del santo, información que en absoluto conocía.
Esa es la sensación que te transmiten los mensajes de las psicofonías, la de estar acompañado por invisibles presencias que se improvisan como guías, acompañantes o desairados interlocutores dependiendo de la ocasión, de tal suerte que, como entonces, no cuesta imaginarse a cualquier devota parroquiana haciéndote partícipe de la vida y obra del santo.
Si alguna vez ha escuchado usted hablar de psicofonías se preguntará cómo en pleno siglo XXI hay quienes aseguran que, detrás de esos ruidos tan molestos al oído, se esconden mensajes pertenecientes a personas fallecidas. Seguramente haya sentenciado que el mundo no ha evolucionado en algunos aspectos y que este ha adaptado a nuestra época ciertos mitos y creencias más propios de otras épocas.
¿DESDE CUÁNDO TENEMOS CONSTANCIA DE LAS PSICOFONÍAS?
En el siguiente capítulo veremos cómo el «contactismo» por medio de personas, objetos y más tarde máquinas, es un hecho que se pierde en la noche de los tiempos. Sirva como botón de muestra cómo ya en 1934 el ingeniero Lorenzo Manzini anunció el fenómeno a través de la supuesta comunicación del espíritu de un científico por boca de la médium Bice Valvonesi: «En los próximos años se descubrirá en el campo del electromagnetismo algo que permitirá hablar con los difuntos de forma directa».
El término psicofonía es una manera sencilla de definir aquellos sonidos de aparente contenido, grabados sin explicación en soportes registrables. Pero esto termina por convertirse en un cajón de sastre donde meter un variopinto espectro de incidencias. En el transcurso de la grabación sobrevienen muchas causas que pueden confundirnos en una posterior audición, consecuentemente muchas de las «voces paranormales» tienen una explicación técnico-ambiental. A la hora de hablar de psicofonías deberíamos hablar de un sonido, palabra o frase cuya sobreimpresión no admite una contra-hipótesis racional válida.
Frente a una psicofonía nos enfrentamos a dos retos, resolver su autenticidad y ofrecer una explicación más o menos satisfactoria. Para saber si estamos ante una psicofonía real podemos ayudarnos de herramientas de análisis, pero a la hora de intentar explicar qué son y de dónde vienen las psicofonías nos encontramos con que, aunque sus características sean más o menos conocidas, estas se manifiestan de manera aleatoria. Como a día de hoy no existe una respuesta totalmente satisfactoria que explique las verdaderas psicofonías, las encasillamos en el terreno de lo paranormal.