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Colección de Documentos Inéditos Relativos al Descubrimiento, Conquista y Organización de las Antiguas Posesiones Españolas. VariousЧитать онлайн книгу.

Colección de Documentos Inéditos Relativos al Descubrimiento, Conquista y Organización de las Antiguas Posesiones Españolas - Various


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solamente de las suyas mismas, pero aun las de los Indios si se ofreciera lo eramos; y con ver esto, estos Principales y sus mugeres fueron muy contentos, por que tenian gran temor á los arcabuzes, y ansi comenzamos á beber y á comer del vino que traian, aunque no tanto como ellos nos davan, por que en estos negocios convenia ansi; despues de haver comido nos dixo este Principal, que los Indios traian cosas que rescatar, y llegaron cargados de gengibre berde y canela berde; el gengibre acabado de sacar de la tierra, que es una raiz grande, como raiz de caña; la canela traian berde con que se limpiavan los dientes, y desto grandísima cantidad ansi le rescatamos de lo que traian, que era esto y otras cosas, mas por que no volviesen cargados, que no por el interese dello; ansi se fueron á su pueblo aquella tarde, y no vinieron en quatro ó cinco dias sino eran á diez ó doze Indios, y siempre venia con ellos un Principal como guarda, para que no se desmandasen ninguno dellos, y ansi todas las demas cosas rescataban por mano de este.

      Entre tanto que venian cantidad de Indios hicimos agua y leña para esperar el Armada un mes ó dos, y pasados quinze ó veinte dias que el Armada no venia, entendí de los Indios que andavan desabridos, por que no tratavan verdad en cosas que con nosotros tratasen, y visto esto, y que el Armada no venia, acordamos de alzar el Navio, que era muy raso, y no estava para poder salir de Puerto ninguno, ni para poder barloventar con él, y tambien si acaso nos quisiesen hacer algun daño los Indios tuviesemos alguna defensa con el bordo para nos poder defender, y ansi con parecer del Piloto lo hize luego poner por obra, y lo primero que hizimos calafatear el Batel, por que se nos iva al fondo por estar todo abierto, ansi lo adrezamos lo mejor que pudimos: luego otro dia siguiente mandé comenzar á cortar madera para aderezar el Navio, aunque contra la voluntad del Maestre, y de algunos de los del Navio, por que decian, que ellos no havian venido á la China para cortar palos, sino que en llegando havian de cargar de oro, y ansi decian que aquel no era el Puerto, que mas abaxo estava, que alli hallarian muchos juncos que traian muchas riquezas, que de esto venian ellos informados, y que por esto fué su intencion de venir la jornada, y ansi andavan algunos amotinados; y esto vino á sentir el Piloto, por que le dixeron, que estando en tierra conmigo haciendo lo que convenia, le abrian la caxa alguno de los que quedavan en el Navio, que eran de los amotinados, y le miravan la carta para ver donde les demorava los Malucos, y ansi pretendian irse allá; y él viendo esto vino á mi y me dió parte dello para que nos guardasemos dellos, por que estavamos en mas peligro que no con los Indios, y ansi para que estos no saliesen con su mal proposito, yo mandava á aquellos que entendia que no se hallavan culpados, aunque eran pocos, que tubiesen gran vela por que no nos matasen, y se alzasen con el Navio, y junto con esto el Piloto é yo haciamos nuestros quartos velandolos como siempre lo haciamos, por temor de los Indios no nos cortasen el amarra; y ansi en este tiempo el Maestre que era el principal y el que se havia puesto á los demas en este negocio, hizo las amistades con el Piloto que era la causa principal por que él havia intentado esto, que segun supe havian reñido en tierra sobre el alzar del Navio, y adrezallo, y como yo los hize amigos mandandoles que entre ellos no huviese cosa ninguna, por lo qual como digo se quedó, y ansi los demas viendo esto concertaronse con los que hacian el quarto la noche que los cupo, y ansi se entraron quatro dellos en el Batel, llevando los arcabuzes con otras muchas cosas que sin ellas no podiamos navegar, que fué dos eslabones y pedernal que en el Navio havia, que era lo principal que haviamos menester, por que faltandonos el fuego, los Indios y ellos podrian ser señores de nosotros todas las veces que quisieran; y ansi estandose embarcando fueron sentidos por uno que estava velando, y me llamó á mí y á el Piloto, diciendo, que se ivan con el Batel, y por presto que acudimos estaban ya desabrazados, y sino acudieramos fueran pocos los que quedaban, y ansi se fueron llevando armas de otros que con ellos havian de irse; yo les dixe ¿que adonde llevaban el Batel? dél respondieron; que ivan á tierra; y ansi se fueron fuera del Puerto, y creo por lo que el Piloto me havia dicho, su intencion era ir á los Malucos por que eran poblados de Portugueses.

      Venida la mañana alamos nuestro Navio en tierra, como hombres perdidos por no tener Batel, y ansi nos llegamos tanto á tierra que podia saltar un hombre en ella, y llegandonos dimos sobre unas piedras, que á no ser el Navio tan recio se hiciera pedazos, y estando en este travajo plugo á la Madre de Dios que crecia el agua, y sacamos nuestro Navio dexando en tierra á Pedro de Rivero con otros dos hombres, para que fuesen por la playa á ver si parecia el Batel; corrieron buen pedazo de tierra por la costa, no lo vieron, y ansi dieron la buelta al Navio con arto travajo y temor de los Indios no los hiciesen algun daño; y luego dende tercero dia que se fueron en el Batel volvieron, y vimoslos desde el Navio estar surtos tomando agua, y esperando para ver si ivan los demas que eran en el motin; y viendo esto embié á el Piloto con dos hombres con arto temor de los Indios, y ansi como llegó donde ellos estaban les rogó que por amor de Nuestro Señor se bolviesen á bordo, y diesen el Batel que era del Rey, y que á mi y á los demas nos hacian mala obra, y que no podiamos ir en busca del Armada, ni salir del Puerto por la falta que el Batel nos hacia, y ellos por la poca gente que traiamos: ellos le respondieron tan asperamente, que aunque fueran Luteranos no respondieran lo que estos respondieron, que fué decir: que no havian salido con su intencion, que mas querian morir entre Indios, que no volber al Navio, y visto esta respuesta les preguntó ¿que havia sido su intencion, de haverse ido sin les hacer agravio ninguno? respondieronle, que no tenian para que darle cuenta, que aquella era su voluntad, y que pues ellos havian venido engañados del Puerto de la Navidad, tambien ellos querian hacer todo el mal que pudiesen; y el Piloto les bolvió á rogar que le diesen el Batel; y ellos dixeron, que si harian, que bolviesen otro dia por él, y que alli lo allarian, por que ellos tenian determinado de quedarse. El Piloto les dixo, que mirasen sus conciencias y sus animas, pues eran christianos y que no negasen la Fee de Christo, y á su Rey, y el juramento que havian hecho de le servir, y que él les dava su palabra que yo no les haria ningun daño; y con decirles todo esto vió que no aprovechava, y ansi se despidió dellos con la mayor moina del mundo, de ver quan perdidos estabamos, por la falta que nos hacian para nuestra navegacion, y ansi se bolvió al Navio, y al tiempo que bolvió alando por un cabo que teniamos dado en tierra para alar por él para poder entrar, y ansi alando acostose sobre una baxa de tal manera que vi el Navio perdido, y todo esto por causa de tan buenos hombres como aquestos que me dieron, é ansi travajamos todos de dia para sacar el Navio de tanto travajo, de suerte que fué necesario alijar algunas cosas, y ansi fué forzado el Piloto, y á los que con él ivan echarse á nado para favorecer á los que estavamos en el Navio, por que estaba dando tan grandes golpes en las peñas, que hacian temblar todos los arboles, de manera, que los echava fuera de si, y al fin fué Nuestra Señora de Consolacion servida de sacarnos de aquel travajo; y despues de vistonos fuera con nuestro Navio estanco y sin daño ninguno, me contó el Piloto todo lo que tengo dicho, y ansi esperamos todo el otro dia, como el dia antes havian dicho, y vimos que estaban todavia dentro del Batel, y ansi determiné juntamente con el Piloto de que fuesemos los dos solos allá, sin otra gente ninguna, y ansi fuimos dejando en guarda del Navio á Pedro del Rivero, como persona que se le podia fiar esto, y mucho mas, é ansi como llegamos el Piloto é yo cerca donde estaban hizieronse fuera, y como esto vi dixe al Piloto que les hablase, y ansi les llamó y les dixo, que yo iva alli, y ansi aguardaron á un tiro de piedra metidos en la mar: yo llegué y les hablé, y les dixe mi parecer, lo uno que mirasen el deservicio que á Dios hacian en quedarse alli, y lo otro que mirasen el pleito omenaje que tenian hecho á S. M. y quanto deservicio se le hacia en permitir que nos perdiesemos allí, no pudiendo ir por falta dellos y del Batel en busca del Armada ni salir de aquel Puerto, y que no mirasen el yerro que havian hecho, que bien entendian no havia salido dellos, y que si se huvieran de castigar los que eran en este negocio entendia que me havia de quedar solo; y que yo les daria mi fee y palabra como christiano que ningun castigo se les daria, y que si esto no querian, que nos diesen el Batel, por que el dia atras haviamos tenido el Navio perdido por falta dellos: respondieron que bolver no bolverian, pero que el Batel, que ellos lo darian: yo les dixe, que nos le diesen luego si nos lo havian de dar, por no vernos en el peligro que nos haviamos visto para entrar en el Navio: tambien les pedi un eslabon por que havia ciertos dias que no haciamos fuego, y visto que tanto les importunava dixeronme que embiase por el Batel y por el eslabon, señalandome los que havian de ir por él, y ansi di vuelta al Navio, despues de haberme quebrado la cabeza en pedricalles; y llegado embié dos hombres con Pedro de Rivero para que fuese con ellos y les dixese su parescer, por ser tan amigo suyo y de los demas que venian en el Navio, diciendole pidiese los arcabuzes pues tampoco les servian, y á nosotros nos hacian tanta falta;


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