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Colección de Documentos Inéditos Relativos al Descubrimiento, Conquista y Organización de las Antiguas Posesiones Españolas. VariousЧитать онлайн книгу.

Colección de Documentos Inéditos Relativos al Descubrimiento, Conquista y Organización de las Antiguas Posesiones Españolas - Various


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acordamos de ir en demanda desta Isla, y ansi fuimos costeando la Isla de Mindanao, y por la parte del Norte barloventeando, y con arto travajo fuimos á dar fondo, el cual tenía un Pueblo grande, y luego como dimos fondo vinieron á nuestro bordo ciertos canaluchos cargados de cera y gallinas y puercos, y cantidad de canela: no le rescatamos nada desto por que no teniamos con que: pusimosle por nombre el Cavo de la Canela, por que havia mucha cantidad: está este cavo en siete grados y medio, y ansi fuimos por la derrota que llevabamos, y habiendo caminado por esta vanda como treinta y cinco leguas, fuimos á dar fondo en un Puerto, en el qual vimos un Pueblo en un alto, grande, y por encima unas palmas de cocos, y ansi como nos vieron que dimos fondo, tocaron una bozina ó corneta, que fué llamar á recoger los canaluchos, y gente que estava fuera del pueblo, y en viendola tocar venian muchos canaluchos derechos al Pueblo, y ansi se recogieron todos que no quedó ninguno por la mar. Este dia vinieron á nuestro bordo dos canaluchos, y de fuera nos hablaron, y como vieron que no los entendiamos, dieron vuelta á su Pueblo, y aquella noche nos hizimos á la vela pareciendonos ver la gente ruin, y ansi como fuimos fuera en la mar, cargó tanto la brisa que de fuerza nos hizo arribar á este mismo Puerto, aunque una legua abaxo por estar más apartado del Pueblo; y ansi llegamos á dar fondo a una punta que parescia Isla respecto de un rio que la atravesava, y echamos el Batel fuera para tomar agua y leña, de que teniamos necesidad, y ansi se principiaron á tomar el dia siguiente, y estando tomando el agua, dixo el Maestre que queria quedarse en tierra labando su ropa, y con el un Mozo y un muchacho para labar la ropa de todos, é yo acordé de me quedar en tierra, por no ir ni venir tantas veces en el Batel, é por dar orden en tierra que se hinchasen las vasijas; y haviendo echado dos ó tres caminos en el Batel, y al camino postrero estaban ya todos en la orilla de la mar, salieron del monte un golpe de Indios con sus lanzas y tablachinas con tanta furia arremetiendo á los nuestros hiriendolos, y ellos como no tenian armas acogieronse al Batel, y del Batel con los remos botando fuera, y defendiendose, bolvieron á bordo: huvo hombre dellos que truxo nueve heridas, algunas de á palmo, el qual herido fué el Maestre, que por escapar la ropa que havia labado llevó las heridas y quedose sin ropa, y á todos los demas nos dexaron con la ropa que teniamos en el cuerpo.

      Quisimonos hacer á la vela este dia, y no pudimos por el tiempo ser ruin, y de ahi dos dias abonanzó el tiempo, y nos hizimos á la vela por nuestro camino; y estando de este Puerto quatro ó cinco leguas, cargonos mucho la brisa, y tambien por ser este el cabo de toda la Isla, atravesamos á las Islas de Magallanes, que son tres Islas principales, la una es costa de cabo de Matanzas, y la otra es donde murió Magallanes, y la otra Bahia de Macadaos, y ansi fuimos en demanda dellas, que estan todas tres del Este U-este, y á la vista de la Isla de Mindanao, que estarán della como quinze leguas; boxamoslas por la parte del Norte y entrando por la primera dellas que es costa del cabo de Matanzas empezamos á hallar tierra de poco fondo, el qual fondo hay destas Islas á los Malucos, y por encima de este placel hay tantas Islas, que nos paresció entrar en el Archipielago, y bien lo podemos decir por que hay muchas mas, por que andando entre ellas no sabiamos por donde haviamos de salir, y todas estas Islas son pobladas de mucha gente y son Islas pequeñas de á diez leguas, y de á seis, y de á quatro, y todas las demas de á dos, y de una legua, viven en alguna de estas Islas, principalmente en la de Mindanao, y algunas de estas otras pequeñas sobre arboles, y ansi tienen las casas como picazas en los mas altos arboles, que tendran á diez y á doze brazas de alto: paresceme que todas estas Islas pequeñas estan sugetas á la Isla donde mataron á Magallanes, por que haviendo quatro ó seis dias que andavamos por entre estos baxos é Islas, fuimos á dar fondo á una Isla pequeña que estaba pegada á la en que mataron á Magallanes, vimos de noche hacer tres fuegos, y paresciendonos que era señal por que los que traian los fuegos andavan por la playa, y pararonse enfrente de una Isleta pequeña que estaba á la mar de nosotros, y en levandonos por la mañana vimos venir atravesando once canaluchos cargados de gente, los quales venian desta Isleta pequeña huyéndola, y desamparando la Isla por la seña que la noche de antes les havian fecho: y ansi pasamos por barlovento de estos canaluchos, que si los quisieramos embestir bien pudieramos, antes no quisimos arribar sobre ellos por no metelles temor: ansi se fueron á la Isla donde se les hizo la señal. La Isla donde estos salieron, tenrá un tiro de ballesta, y sin arboleda, cercala toda un arracife, de tal manera, que con pasar dos leguas della fuimos por dos brazos y tres, quatro ó cinco horas, corriendo con buen tiempo, dexando la Isla de Cabo de Matanzas, y entrando por la de donde mataron á Magallanes. Entre esta Isla y muchas Islas que estan de la parte del Norte, que son Islas muy pequeñas, vimos las Islas pequeñas de fuera tan cerca de la Isla donde mataron á Magallanes, que me paresció no haver parte por donde salir, por ver tantas Isletas por la proa, y visto esto se fué el Piloto á la Gavia, y dende allí vió que devian (sic) estas Islas á la de donde mataron á Magallanes, y fuimos corriendo con la sonda en la mano por quatro y tres brazas, por que aunque rodeamos treinta leguas ni quarenta no hallaramos mas agua de aquestas tres brazas, por lo qual antes y despues vimos, que los naturales que en estas Islas se crian, tengo entendido que si caminan diez leguas por entre estas Islas se perderan, por que en cada diez leguas hay cien Isletas, y todas pobladas de gente y especeria; y ansi yendo por las tres brazas vi por la proa á una mancha prieta, y fué el Piloto á la proa y conoció que era baxo y mandó que fuese á orza de golpe, y con las velas encima dimos fondo á una ancla, y quando cayó el ancla dexó el cepo encima del agua; y visto el Piloto que estavamos encima del placel, mandó tomar las velas muy de presto, y acabadas de tomar empezó el Navio á dar culadas en el baxo, y viendo esto el Piloto mandó echar el trinquete arriba para que con él y la Mesana saliese fuera el Navio, y ansi como levantamos el ancla tomava el Navio ruin buelta, y todas las veces lo hacia ansi, por respecto de la mucha corriente que aquí andava en este placel, y no sabiendo el Piloto que hacer, acordó que con la verga de la cevadera botasen dos hombres el Navio para que tomase la buena buelta, y ansi salió el Navio sin daño ninguno, y fuimos corriendo de luengo destas Islas siempre por mucho placel, aunque en algunas partes se podia dar fondo por ser limpio.

      Yendo dexando estas Islas donde mataron á Magallanes pareciome que quedaban todas estas Isletas, y otro dia de mañana emprincipiamos á costear la costa de la Isla del Cavo de Macadaos, y vimos por la parte del Norte dellas tantas Islas como las de atras, que si temor tuvimos de las pasadas mucho mas en ver estas por el mucho arrecife que tenian, y por las grandes corrientes que havia, que nos ponian cada dia en tanto travajo y la noche en mucho mas, que ya no havia hombre en el Navio que se pudiese tener con dar fondo y tomar velas, y de velarnos de los Enemigos, y velar el cable, por que si perdiamos el ancla no nos quedava otra, que este era el mayor travajo que en el Navio se sentia. Dexada esta Isla de Macadaos vimos otras muchas Islas sin baxos ni placel ninguno, sino de mucho fondo, y en esto conosció el Piloto ser las postreras Islas: yendo corriendo entre ellas vimos muchos Pueblos cerca de la mar, y Islas de muy buen parecer, no pudimos dar fondo en ninguna dellas, y ansi pasamos de largo; y una tarde que fué Jueves Santo en la tarde yendo prolongando una Isla grande, que al U-este dellas havia otras Islas grandes y altas, y al Leste no parescia ninguna, y ansi entendimos que era el cabo de todas las Islas, y el agua corria por fuera reciamente, quisimos desembocar por vernos ya fuera de tanto travajo, vió el Piloto reventar un arrecife por la proa, mando arrivar por dar esta noche fondo en la Isla, y esperar á la mañana, y estando cerca desta Isla se hizo muchas Islas, y en medio no havia fondo, y el agua corria tan recio que nos metió por una angostura que apenas cavia el Navio, y el sol puesto y la noche escura, y los Indios de la una banda y de la otra tocando cornetas y bozinas, que sonaban dos leguas y mas, y el Navio por esta angostura dando muchas bueltas por causa de la mucha corriente y poco viento, que no havia ninguno: fué tanta la corriente que en un quarto de hora anduvimos quatro ó cinco leguas10 yendo por este estrecho, con arto travajo y temor de que no nos acosase el agua ó algun baxo donde nos perdiesemos, que segun lo que viamos aquella noche no podia ser menos: andando en este travajo vimos atravesar un canalucho cargado de gente á dar aviso á la otra vanda del estrecho, el qual llevaba la sonda en la mano: dixo, fondo, y ansi con vela y todo dimos fondo á una ancla, y tomamos presto nuestras velas, y quando el Navio vino á hacer por el amarra echava fuego el abita11, ansi largamos el cable hasta la punta, y ansi estuvimos el primer quarto en vela que menguava el agua, y de media noche abaxo principió á venir la creciente, venia con tan gran peso de agua que parescia que se abria la tierra, y en esto conosció el Piloto que era macareo, y


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<p>10</p>

Debe estimarse como una marcada exageracion, pues que resultaria una corriente de 48 ó 60 millas por hora.

<p>11</p>

Abita ó bita es un grueso cilindro de madera con un perno de hierro en su cabeza, donde se tomaba vuelta al cable del ancla, y hoy se toma á la cadena.

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