Los Inuit. Francesc BailónЧитать онлайн книгу.
la búsqueda del Paso del Noroeste se inició una época donde las expediciones árticas jugarían un papel muy relevante en el conocimiento de las regiones polares, pero también cambiarían radicalmente la vida de los inuit que poblaban el Ártico, marcando, de una forma u otra, su profunda involución cultural.
La expedición perdida de sir John Franklin
Junto a la búsqueda del Paso del Noroeste,2 también hubo otras expediciones que por motivos de otra índole supusieron un contacto más continuo con los inuit del Ártico canadiense. Este es el caso de una expedición de 1845, comandada por John Franklin (1786-1847) y compuesta por 129 hombres y dos barcos, el Erebus y el Terror, que desapareció en el Ártico canadiense en algún lugar del Paso del Noroeste. Tres años después de ese trágico hecho, la expedición de Franklin se convirtió en una prioridad nacional para la Inglaterra Victoriana. Sir John Barrow (1764-1848), segundo secretario del Almirantazgo británico, que había organizado esta expedición, estaba ya jubilado y la decisión de buscar a Franklin y sus hombres recayó en el Consejo Ártico por deseo expreso del Almirantazgo. Se estableció una recompensa de 20.000£ para los que rescataran o ayudaran a los expedicionarios, y 10.000£ para quienes supieran de su destino o ayudaran a alguna de las dos tripulaciones del Erebus y el Terror. La búsqueda de Franklin y sus hombres se inició en 1848. En los siguientes treinta años, se enviarían casi cuarenta barcos al Ártico y el coste fue el equivalente a 45 millones de euros actuales. Se cubrieron más de 64.000 km en trineo y casi 13.000 km de litoral ártico fueron cartografiados minuciosamente. En definitiva, se convirtió en la misión de búsqueda más grande y mejor preparada de la Historia. Sin embargo, para cuando empezaron a buscar a los expedicionarios, probablemente estos ya habían perecido.
En mayo de 1859, se confirmó la pérdida total de los barcos y del grupo, gracias a un documento encontrado en un mojón en Victory Point (isla del Rey Guillermo) por el teniente William Robert Hobson (1831-1880), miembro de la expedición de Francis Leopold McClintock (1819-1907). El escrito tenía una primera anotación del teniente Graham Gore y databa del 28 de mayo de 1847. En ella, se decía que todo iba bien y que la expedición, comandada por sir John Franklin, había invernado en el hielo a latitud 70º 5’ N y longitud 98º 23’ O (frente a la costa de la isla del Rey Guillermo). Además, decía el texto que habían pasado el invierno de 1846-1847 en la isla Beechey,3 tras haber remontado el canal de Wellington hasta la latitud 77º N y regresado por el lado oeste de la isla de Cornwallis.
El segundo mensaje, escrito en el mismo documento, y dejado por los capitanes Crozier y Fitzjames el 25 de abril de 1848, explicaba que los barcos seguían atrapados entre los hielos en el mismo lugar desde el 12 de septiembre de 1846. También indicaba que el 22 de abril de 1848, un total de 105 supervivientes de las tripulaciones había abandonado los navíos, y que el 26 de abril se dirigirían hacia el Sur, en dirección a Back’s Fish River, en la costa continental de Canadá, bajo el mando del capitán Crozier. Igualmente, informaba de la noticia que 24 miembros de la dotación (nueve oficiales y quince marineros), incluyendo sir John Franklin (fallecido el 11 de junio de 1847), habían muerto. Se cree que los últimos supervivientes lograron llegar hasta Starvation Cove (península de Adelaide), ya que en ese lugar se han hallado algunos restos humanos de los expedicionarios. Los inuit de la zona acabaron confirmando la tragedia, aportando más información sobre lo allí sucedido.
En la actualidad, se barajan varias hipótesis sobre el destino de Franklin y sus hombres. Se cree que una buena parte de la expedición falleció como consecuencia del envenenamiento por plomo (saturnismo) en la comida enlatada que, además, estaba en mal estado, lo que provocó que la tripulación también se viera afectada por la intoxicación de estos alimentos (botulismo). Esta teoría fue confirmada mediante las autopsias realizadas por el antropólogo Owen Beattie en algunos de los cuerpos encontrados de la expedición. También se han hallado pruebas de que muchos murieron a consecuencia del escorbuto y que algunos miembros de la tripulación practicaron el canibalismo. Si a esto le añadimos la mala planificación y unas condiciones climáticas extremas, que se alargaron durante casi tres años, dan una idea de las causas que dieron lugar a uno de los mayores desastres de la exploración polar.4
1. Francesc Bailón, Los poetas del Ártico. Historias de Groenlandia, Nova Casa Editorial, Barcelona, 2015, capítulos II y XII.
2. Se estipuló un premio de 20.000£ (libras esterlinas) para el primero que lograra cruzar el Paso del Noroeste (N. del A.).
3. Este dato es erróneo, ya que en realidad la fecha correcta era 1845-1846 (N. del A.).
4. Bailón (2015), op. cit., capítulo VII.
2- Mapa de Rusia / Siberia (penínsulas de Chukotka y Kamchatka).
I
Rusia
Yupiit siberianos o Yupigyt
Viven en la parte más oriental de la península de Chukotka o Chukchi (Rusia), cerca del estrecho de Bering. Los inuit de Siberia se llaman Yupigyt (plural de Yuit), un término que significa «la gente auténtica». Yupiit siberianos, Yuhyt o Yupikhyt son otras formas conocidas derivadas del mismo término que se hizo oficial en 1931; a pesar de que en 1938 fueron designados nuevamente con el nombre genérico de «esquimales», denominación que estuvo vigente hasta 1977. En el pasado también se les conocía como «inuit asiáticos». Los Yupiit de la isla Saint Lawrence, en Alaska, pertenecen al mismo grupo cultural que estos.
Los antepasados de los Yupigyt vivieron, probablemente, en una región más extensa que la actual. Hacia el siglo XVII, los grupos que estaban en el norte y oeste de Chukotka fueron desplazados hacia el estrecho de Bering por las tribus Chukchi y Koryak. De hecho, existió un importante comercio y hubo matrimonios mixtos e intercambios culturales entre los Yupiit siberianos, los pastores de renos Chukchis del continente y los Iñupiat que vivían en el lado oriental del estrecho de Bering.
Desarrollaron una cultura especializada en la caza de mamíferos marinos. La carne y la grasa, sobre todo de las ballenas, focas y morsas, fueron utilizadas para el sustento humano y también como alimento para los perros. La carne de morsa y foca eran secadas en tiras; y en el caso de esta última, también se congelaba; la morsa y la carne de ballena igualmente fueron almacenadas en semifrío, de modo que fermentaran para luego poder ser hervidas como alimento. Esporádicamente cazaban caribúes y parece ser que también se alimentaron de ciertos tipos de alga marina y plantas. A veces intercambiaban sus alimentos procedentes del mar por la carne de reno con los Chukchis del interior. Cazaban desde un barco abierto de piel proveído de una vela y unos remos que se denominaba angyapik. Al igual que el kayak,1 la cubierta estaba formada por pieles de morsa o foca con una estructura de madera flotante o hecha de huesos. Con la ayuda de unos arpones atados a un flotador de vejiga de foca, desde ambas embarcaciones, los Yupigyt cazaban las morsas. Incluso eran capaces de capturarlas imitando el sonido de una orca frotando dos huesos de ballena. La caza de este cetáceo era menos frecuente, ya que un ejemplar proveía a una aldea entera de aceite y carne durante un año. Aparte de estas embarcaciones, usaban los trineos.2 Cuando estos eran pequeños, solían ser arrastrados por los cazadores, y si eran grandes hacían lo propio los perros. Inicialmente conducían los trineos de perros en formación de abanico aunque posteriormente, y como consecuencia de la influencia de los Chukchis, pasaron a la formación de tándem.
En invierno vivían en tiendas de piel de morsa similares al yaranga de los Chukchis, aunque también lo hicieron en trincheras semisubterráneas de hielo y nieve, llamadas nynglyu. Es posible que construyeran grandes casas comunales semienterradas en las que pudieron vivir entre 200 y 400 personas de un mismo linaje. Las viviendas de verano eran rectangulares, con una estructura de madera cubierta con pieles de morsa y reforzadas con rocas, huesos de ballena y tierra.
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