La motocicleta como modo de transporte. Carlos Felipe Urazán BonellsЧитать онлайн книгу.
target="_blank" rel="nofollow" href="#litres_trial_promo">Tabla 4. Número de accidentes de tránsito que involucra motocicletas en Bogotá
Tabla 5. Demanda de energía y emisiones de CO2 por modo de transporte
Tabla 6. Parque de motocicletas (incluye bicimotos) y densidad de motos por cada 10 000 habitantes en Costa Rica, periodo 1998-2013
Tabla 7. Distribución absoluta del número de personas fallecidas por accidentes de tránsito en Costa Rica, según tipo de participación ejercida por la víctima al momento del percance, periodo 2012-2014
Los diferentes reportes oficiales y no oficiales respecto de la movilidad en Bogotá muestran, al menos en la última década, que no hay una mejora apreciable ni desde los indicadores técnicos ni desde la percepción ciudadana. Lo anterior se traduce en tiempos de viaje que se incrementan debido, en parte, a un aumento progresivo del parque automotor circulante y a una demanda del transporte público que no corresponde al esperado.
La motocicleta es un modo de transporte que está generando gran preocupación en la planificación del transporte y la movilidad bogotana. Esta afirmación se ampara en un notorio aumento del parque circulante, evidenciado en la presencia de un mayor número de grupos en las vías principales y en el correspondiente riesgo de accidentalidad vial causado por las maniobras en zigzag y de adelantamiento inadecuado e imprudente a otros vehículos.
Son diversos los motivos que han hecho de la motocicleta una opción interesante para un gran número de habitantes en la ciudad. Entre los principales se identifican el relativo bajo costo de adquisición y mantenimiento frente a las posibilidades de un vehículo particular; el hecho de ser una herramienta indispensable para optar por varios cupos laborales que requieren viajes constantes urbanos o regionales —p. e., los servicios de mensajería u otros de atención domiciliaria—, y que en motocicleta es posible lograr mejores tiempos de desplazamiento (claro está, sin atender las consideraciones de la norma de tránsito).
En línea con lo expuesto, surgió la iniciativa de realizar esta investigación, apoyada en información de campo que analiza la tendencia del comportamiento del motociclista como conductor y su implicación en la seguridad vial, al no cumplir con las disposiciones del Código Nacional de Tránsito Terrestre para Colombia. Adicionalmente, se considera relevante poder establecer los motivos más recurrentes que invitan a la ciudadanía a hacer un cambio modal hacia la motocicleta, so pena del alto riesgo asociado a seguridad vial.
A partir de la información en mención, y según las experiencias internacionales en materia de infraestructura adoptada para un mayor control de las motocicletas en circulación, se han reunido varias opciones que podrían adoptarse o aumentar su impacto en Bogotá, en procura de desincentivar un mayor uso de la motocicleta y mejorar la condición de seguridad vial de sus usuarios.
Para conocer las cifras que motivan la tendencia del motociclista, se llevó a cabo un estudio comparado de las velocidades de recorrido en distintos modos de transporte y entre mismos pares origen-destino, segregando el ejercicio de campo en hora punta y hora valle, así como por diferentes rangos de distancia. El trabajo de campo se aúna a la opinión de los motociclistas con respecto al porqué de su elección modal; por ello, se constituye en una herramienta indispensable para poder complementar el escenario del incremento de motocicletas en el parque automotor de Bogotá.
Por el lado temático de la seguridad vial, se desarrolló un ejercicio de campo consistente en el seguimiento en video a la conducción de un motociclista y otros más que circulaban a su alrededor. El ejercicio permitió establecer la frecuencia de los distintos incumplimientos al Código Nacional de Tránsito Terrestre, lo cual se considera una información relevante para dar motivo a las cifras de accidentalidad vial que vinculan a los motociclistas. Adicionalmente, se aprovechó la experiencia en campo de estos recorridos para establecer el impacto comparado en el tiempo de viaje que experimenta un motociclista si realiza sus viajes respetando las indicaciones del Código Nacional de Tránsito Terrestre.
La intención del presente libro es, en primera instancia, servir de base de consulta respecto a las medidas adoptadas en el ámbito internacional para un mejor control de las externalidades negativas que se asocian al motociclista, dado su creciente número en las vías y su comportamiento en términos de seguridad vial. En segundo lugar, se espera que los resultados concluyentes del estudio sirvan de orientación a la política pública en la adopción de medidas a corto y mediano plazo en una ciudad como Bogotá, que vive de manera innegable la preocupación progresiva de una movilidad que intenta ser adecuadamente sostenible, pero a cuyo propósito la alta presencia de motocicletas no está contribuyendo.
Daniel Cano Gómez*
* Investigador, Observatorio Colombiano de Infracciones de Tránsito.
A primera vista, este libro parece surgir de cientos de conversaciones bogotanas, de aquellas que suceden en las estaciones de Transmilenio, los parques y los cafés. La temática de los motociclistas parece estar en todas partes, y todas las personas tienen una fuerte opinión al respecto: consideran este vehículo una bendición, o bien, piensan que son un estorbo total para la vida diaria. Este es un tema frente al que nadie es neutral.
Como todo análisis académico, este libro no partió de una conversación callejera, de un debate de esquina, sino del trabajo riguroso de investigaciones realizadas por expertos; no obstante, mi relación con el proyecto sí fue por medio de una conversación. Surgió hace casi dos años antes de iniciar la primera clase del programa Liderazgo por Bogotá en la Universidad de los Andes. Allí, con un café en la mano, me enfrasqué en una larga conversación con el profesor Edder Alexander Velandia sobre las motos y Bogotá. Por nuestras palabras pasaron la velocidad, ligereza y economía con que recorren la ciudad los motociclistas; pero también los problemas: la contaminación, el incumplimiento de normas y, sobre todo, las muertes y los heridos, acompañados del drama humano que significa sufrir un siniestro de tránsito.
Aun cuando el café se acabó, nuestra conversación nunca lo hizo, solo confluyó en nuevos espacios y con distintos acompañantes, entre ellos el profesor Carlos Felipe Urazán. La curiosidad y el interés por esta temática nos llevó a organizar un foro con estudiantes de la Universidad de La Salle. A diferencia de muchas conversaciones sobre política, movilidad o seguridad vial que se dan en Bogotá, la nuestra fue una conversación informada y profunda. Edder y Carlos Felipe, lejos de ser simples editorialistas, le han dedicado años a investigar de manera rigurosa la problemática de las motos en esta ciudad. Este libro es el resultado de dicho esfuerzo.
Por nuestra conversación pasaron múltiples amigos y colegas, algunos acérrimos defensores de la motocicleta, otros críticos hasta la muerte. Los primeros explican la facilidad y agilidad que tiene la moto para recorrer la ciudad, su capacidad de evadir trancones y ocupar poco espacio en la vía; igualmente mencionan lo económico que es andar de este modo y la cantidad de personas que hoy viven gracias a las oportunidades laborales que el vehículo ofrece. Mientras tanto, los detractores hablan sobre el incumplimiento de las normas por parte de muchos motociclistas y de las más de 3000 personas que mueren al año en Colombia cuando usan este medio de transporte. También mencionan los graves efectos sobre la contaminación de la ciudad. Así, en esta historia, la moto se presenta como el héroe y el villano, la víctima y el victimario. Ese doble carácter es evaluado con atenta neutralidad por los profesores Urazán y Velandia, que ofrecen una mirada fresca y libre de opciones viscerales al problema de la motocicleta en Bogotá.
En primer lugar, se aborda el rol que tiene la moto en la movilidad actual de la