Principios del entrenamiento de la fuerza y del acondicionamiento físico NSCA (Color). G. Gregory HaffЧитать онлайн книгу.
Respuestas cardiovasculares
Mayores volúmenes de entrenamiento asociados con el SSE pueden afectar la frecuencia cardíaca. Resulta interesante que esta disminuya o aumente en caso de SSE (136). La variabilidad de la frecuencia cardíaca disminuye con el inicio del SSE, lo cual manifiesta una reducción de la actividad aferente parasimpática o una excesiva estimulación simpática. Los valores de la frecuencia cardíaca máxima inducida por el ejercicio disminuyen con el sobreentrenamiento, al igual que las frecuencias cardíacas con una intensidad absoluta del ejercicio submáximo (50). El aumento de los volúmenes de entrenamiento, dentro de un período dado de tiempo, asociados con el sobreentrenamiento no suelen afectar los valores de la tensión arterial en reposo. Sin embargo, el aumento de la intensidad del entrenamiento producirá un aumento de la tensión arterial diastólica en reposo sin afectar la tensión arterial sistólica en reposo.
Respuestas bioquímicas
Un volumen de entrenamiento inusualmente alto puede incrementar los niveles de creatincinasa (CK) y revelar la presencia de daños musculares (30). Las concentraciones de lactato, por su parte, disminuyen o se mantienen igual cuando se eleva el volumen de entrenamiento. La lipemia y las lipoproteínas no se alteran con un sobreentrenamiento por volumen. El glucógeno muscular disminuye con períodos prolongados de sobreentrenamiento, aunque tal vez se deba en gran medida a consideraciones dietéticas. La bajada de los niveles de glucógeno quizá contribuya a un descenso de las respuestas del lactato.
Respuestas endocrinas
En los hombres, el nivel de testosterona total disminuye después de un incremento inicial como respuesta a los estímulos del ejercicio; sin embargo, esto se debe considerar más como una respuesta a un estímulo estresante que como una señal de sobreentrenamiento (92). Las concentraciones de testosterona libre también disminuyen en algunos casos. Estos cambios no parecen estar regulados por la hipófisis, dado que los niveles de la hormona luteinizante no se ven afectados (129). Los cambios en la testosterona libre parecen ser independientes de la capacidad transportadora de las proteínas, porque las concentraciones de la globulina transportadora de hormonas sexuales no se alteran (129). Por lo tanto, la disminución de la relación entre testosterona total y la globulina transportadora de hormonas sexuales, que puede acompañar a mayores volúmenes de entrenamiento, parece deberse a la alteración de los niveles de testosterona total.
El estado anabólico-catabólico de los atletas se cuantifica mediante la relación entre testosterona y cortisol, que disminuye o se mantiene igual con volúmenes de entrenamiento mayores. La testosterona total tal vez sea más influyente a nivel fisiológico. También se han documentado bajadas del 5% al 50% en la relación entre testosterona y cortisol al aumentar los volúmenes de entrenamiento. Un posible indicador del SSE es una disminución del 30% o más de esta relación.
Con el sobreentrenamiento se produce una bajada de la secreción de la hormona del crecimiento por la hipófisis. Esta y otras respuestas endocrinas a un estímulo del entrenamiento parecen deberse sobre todo a un empeoramiento de la función hipotalámica y no de la función de la hipófisis. Si estas alteraciones endocrinas son responsables de decrementos del rendimiento es un tema abierto al debate. Los niveles de testosterona libre, testosterona total, cortisol y creatincinasa parecen reflejar los volúmenes de entrenamiento. El rendimiento físico real en ocasiones está relacionado con las concentraciones de testosterona total, aunque no en todos los casos.
Las catecolaminas parecen ser muy sensibles a un estímulo de sobreentrenamiento. Las alteraciones de los niveles basales de adrenalina, noradrenalina y dopamina están significativamente relacionadas con la gravedad de las quejas de corredores sobreentrenados. Los cambios en las concentraciones de catecolaminas y cortisol tal vez se imiten unos a otros durante el sobreentrenamiento, aunque el cortisol no es tan sensible al aumento del volumen de entrenamiento como las catecolaminas. La elevación muy brusca de los volúmenes de entrenamiento puede bajar los niveles nocturnos de adrenalina, lo que revela cuáles son los niveles basales. Los niveles preexistentes de adrenalina y noradrenalina en reposo no cambian o aumentan. Una carga absoluta dada de ejercicio causa un aumento de los niveles de adrenalina y noradrenalina en presencia de sobreentrenamiento comparado con antes de que este ocurra, aunque los niveles máximos de adrenalina y noradrenalina no cambian. Los niveles basales de dopamina disminuyen con el sobreentrenamiento por volumen, como las concentraciones de dopamina con la misma carga de trabajo absoluta. Con ejercicio submáximo, las respuestas de la dopamina varían, pero parecen contrarrestar los patrones de la noradrenalina. Aunque a menudo resulta difícil de documentar, el sobreentrenamiento por volumen grave de atletas de resistencia aeróbica produce características del SSE parasimpático, como reducción de la sensibilidad a las catecolaminas, y tal vez derive en casos avanzados de SSE.
Estrategias para la prevención del síndrome de sobreentrenamiento
El síndrome de sobreentrenamiento representa la suma de factores estresantes cuya causa principal es la intensificación del entrenamiento sin suficiente recuperación (92). No obstante, otros factores contribuyentes son, entre otros, falta de sueño, consideraciones ambientales (calor, frío, altura geográfica, contaminación), dificultades interpersonales y viajes. Aunque la identificación definitiva del SSE aún es un poco controvertida, sigue habiendo algunas estrategias que pueden seguir atletas y entrenadores para prevenirlo.
Una táctica eficaz comprende asegurarse de que los atletas siguen unas buenas pautas nutricionales, así como dormir lo suficiente y tener tiempo para recuperarse. Los entrenadores deben trazar el programa de entrenamiento de los atletas, y el programa debería aportar variedad en intensidad y volumen. Llevar un registro exacto del rendimiento de los atletas también sirve para detectar tempranamente en el proceso algún indicador de SSE, a fin de que el entrenamiento se pueda ajustar. Y lo más importante, los atletas deben tener acceso a un equipo sanitario multidisciplinario (entrenador, médico, nutricionista y psicólogo) para debatir cualquier problema relacionado con sus vidas, lo que les permitirá poder acceder desde muy pronto a información que les ayude a evitar el SSE (92).
¿Cuáles son los marcadores del sobreentrenamiento aeróbico?
Varios criterios caracterizan una variable como un marcador fiable del inicio del síndrome de sobreentrenamiento:
•El marcador debe ser sensible a la carga del entrenamiento.
•No le deben afectar otros factores.
•Cambios en el marcador deben preceder al desarrollo del síndrome de sobreentrenamiento.
•El indicador debe ser fácil de medir con precisión.
•La medición no debe ser profundamente invasiva.
•El marcador no debe ser caro ni difícil de medir.
Se han identificado las siguientes variables como potenciales marcadores, pero ninguna satisface todos los criterios enumerados (92).
•Disminución del rendimiento.
•Disminución del porcentaje de grasa corporal.
•Disminución del consumo máximo de oxígeno.
•Alteración de la tensión arterial.
•Aumento de las agujetas.
•Disminución del glucógeno muscular.
•Alteración de la frecuencia cardíaca en reposo y disminución de la variabilidad de la frecuencia cardíaca.
•Aumento de la frecuencia cardíaca durante un ejercicio submáximo.
•Disminución del lactato.
•Aumento de la creatincinasa.
•Alteración