Horizontes del cangrejo. Armando Valdés-ZamoraЧитать онлайн книгу.
de la que volaron espantados decenas de patos.
Una parte de la multitud, confundida, corría a refugiarse tras las alineadas ramas blancas de moreras, mientras que otra, estática, presenciaba con asombro la escena: el general levantando el fusil aún humeante saludaba a la concurrencia en señal de victoria.
El olor a pólvora pasaba flotando entre los espectadores hacia el río, impulsado por una breve brisa que siguió a un momentáneo silencio.
—Como ordena la tradición, gritó el verdugo para que lo escucharan todos, cuando un general es condenado a muerte y su caballo aparece en medio de la ejecución, y éste lo mata, el general salva su vida.
—Y entonces intentó preguntar el general al verdugo antes de ser decapitado de un certero golpe de hacha, y ver el público rodar su cabeza hasta los ojos abiertos del caballo fusilado, y de mis zapatos salpicados de sangre.
Varios padres
Un hombre toma un tren para ir a ver a su hija. En la estación lo esperan la adolescente y la madre de ésta. La hija se sorprende al ver a su papá: duda que sea él. El padre se sorprende al ver a su hija: duda que sea ella.
A medida que pasa el día que comparten se van dando cuenta que las sospechas tienen fundamento: ella no es su hija, él no es su papá.
De noche, cuando se acuestan, aterrorizados, dudan entre escapar de la casa o esconderse dentro de ella por temor a lo que consideran un peligro inminente. Pero ambos tienen la misma idea: esconderse en el granero.
Se encuentran en la puerta. Tienen que dirigirse la palabra y se dicen lo que piensa uno del otro:
—Usted no es mi padre.
—Tú tampoco eres mi hija.
Sienten ruidos desde el interior del granero. Entran, encienden la luz. Allí están, atados a un poste, con las bocas vendadas, el verdadero papá, la verdadera hija.
Cuando empiezan a desatarlos, sienten, a sus espaldas, unos pasos. Es la madre que se acerca con un cuchillo en la mano y una cuerda en la otra.
Casi al mismo tiempo se oye un disparo ensordecedor. La madre cae muerta. Y escucha caer con su cuerpo sobre la madera del piso, la madeja y el cuchillo.
Los cuatro se miran, desconcertados. Y se vuelven hacia la puerta del granero, que ha quedado abierta de par en par.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.