Siempre nos quedará Beirut. Laila Hotait SalasЧитать онлайн книгу.
rel="nofollow" href="#ulink_0416f666-ae0c-56ca-a062-8052d408ca34">[21] Peter Wollen, Signs and Meaning in the Cinema, Londres, Secker and Warburg – bfi, 31972, p. 77.
[22] El texto en su traducción inglesa: François Truffaut, “A certain tendency of the French cinema”, primero fue publicado en Cahiers du Cinéma, en inglés, núm. 1; Cahiers du Cinéma 31 (1954). Cit. en Barry Keith Grant, Auteurs and autorship. A film reader, Hoboken, Blackwell Publishing, 2008, p. 16.
[23] Grant, Auteurs and authorship, cit., p. 9.
[24] David Bordwell, “The art cinema as a mode of film practice”, Film criticism 4, 1 (1979), pp. 56-64; reimpr. en Edith Fowler, The European Cinema reader, Londres-Nueva York, Routledge, 2002. Cit. en Pam Cook, The cinema book, Londres, bfi, 32007, p. 389.
[25] Robert Stam, Teorías del cine. Una introducción, trad. Carles Roche Suárez, Barcelona, Paidós, 2001, p. 107.
[26] Publicado por primera vez en la revista Image-Music-Text (1968), pp. 142-148. Cit. en Barry Keith Grant, Auteurs and autorship. A film reader, Hoboken, Blackwell Publishing, 2008, pp. 97-100.
[27] Cook, op. cit., p. 387.
[28] Incluso apuntaba el traductor del libro de Robert Stam que prefería traducir los auteurism y auteur theory del texto inglés como teoría del autor y no cine de autor, pues Stam se refería a una perspectiva específica de pensamiento crítico cinematográfico y no sólo a una tendencia entre los cineastas; Stam, op. cit., p. 105.
[29] Stam, op. cit., p. 106.
[30] Wollen, op. cit., p. 74.
[31] Ibid., p. 175.
[32] Cook, op. cit., p. 454.
[33] Ibid., p. 460.
[34] Ibid., p. 462.
[35] Gaston Bachelard, La poética del espacio, trad. Ernestina de Champourcin, México, Fondo de Cultura Económica, 1965, pp. 192-193.
[36] Stam, op. cit., pp. 115-124.
[37] Ibid., p. 119.
[38] Yves Thoraval, “Régards sur le cinéma egyptien”, en Viola Shafik, Arab cinema. History and cultural identity, El Cairo-Nueva York, American University in Cairo Press, 2000, p. 184.
[39] Fundamentalmente Argelia, Egipto y Siria.
[40] El Nuevo Cine en Argelia, el Cine Joven en Egipto y el Cine Alternativo en Siria; Shafik, Arab cinema, cit., p. 185.
[41] Shafik, Arab cinema, cit., p. 183.
[42] Marijke De Valck, Film Festivals. From European Geopolitics to Global Cinephilia, Amsterdam, Amsterdam University Press, 2007, p. 14.
[43] Elizabeth Ezra y Terry Rowden, “General introduction: what is transnational cinema?”, en Elizabeth Ezra y Terry Rowden (eds.), Transnational cinema: the film reader, Londres, Routledge, 2006, pp. 1-12, aquí p. 4.
[44] David Murphy, “Africans filming Africa: Questioning theories of an authentic African cinema”, en Ezra y Rowden (eds.), Transnational cinema: the film reader, cit., pp. 27- 37, aquí p. 28.
[45] Ezra y Rowden, “General introduction: what is transnational cinema”, cit., p. 4.
[46] Ibid., p. 2.
[47] Discurso en el Club Nacional de Cultura de Túnez, el 6 de diciembre de 1966.
1. Antes de la guerra. Nacimiento del cine de autor libanés (1960-1975)
Son numerosos los factores que han de considerarse para entender cómo en el Líbano anterior a la guerra civil se había ido preparando gradualmente una inestabilidad que condujo a un extenso enfrentamiento. La distribución de la población, la conformación de su identidad en un contexto regional concreto que le influía enormemente, y el aumento de la violencia política en los años previos al conflicto, junto a dos factores externos fundamentales como son la ocupación israelí del sur del país y la presencia de los palestinos, también a raíz de la ocupación, constituyen claves que sirven para entender por qué se produce un determinado tipo de cine y cuál es su importancia.
El Líbano no puede entenderse sin reflexionar antes en torno a una serie de antecedentes y características que lo conforman. Primero, su espacio geográfico,[1] un pasillo entre tres continentes que ha dado lugar a que se sumaran a lo largo del tiempo múltiples capas de sucesos históricos. Segundo, una población conformada por una gran pluralidad de comunidades[2] cuya existencia se prolonga en los otros países de Oriente Medio.[3] Asimismo, existen una serie de factores políticos y sociales cuyas sinergias y evolución han dado forma a la historia contemporánea libanesa. Por un lado, el sistema confesional que rige la vida política, consagrado en dos textos fundacionales, la Constitución de 1926 y el Pacto Nacional de 1943, que aparentemente permitían un sistema político con representación para las tres confesiones principales del país, la cristiana maronita, la musulmana sunní y la musulmana shií, aunque la consecuencia real fue la consolidación de un complejo sistema social y económico basado en la pertenencia confesional y en contra de un desarrollo y ser individual. Samir Kassir, el intelectual asesinado en 2005, señalaba al sistema jurídico como otro elemento clave que explicaba el hecho de que la división entre los libaneses continuara en época contemporánea.[4] Este sistema hace que las comunidades religiosas sean las encargadas de administrar los temas jurídicos en función del estatuto personal de sus feligreses, una estructura que impide que el ciudadano se salga del marco de su religión específica aunque lo desee, pues, a nivel estatal, la única excepción a esta regla estaría en el reconocimiento de los matrimonios civiles contraídos en el extranjero. Incluso la educación había sido dejada en manos de las comunidades