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Mujeres e Inquisición. Vicenta Marquez de la PlataЧитать онлайн книгу.

Mujeres e Inquisición - Vicenta Marquez de la Plata


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y que en el demás tiempo que trato carnalmente con el dicho Soliman andava vaçilando paresciendole mal lo que haçia .

      – Preguntada quanto tiempo hacia que dejo de creer los dichos herrores

      – Dijo que desde que se vino con el dicho Hernando de Laguna de Granada a Valladolid que determinadamente dejo aquel maltrato y se volvio a Nuestra Santa Ffe católica.

      – Preguntada que antes que renegase de Nuestro Señor y de la –santísima Virgen Maria y se volvió mora que tenia y creía

      – Dijo que era christiana bautizada y creía y tenia lo que tenia y creía la Santa Madre Iglesia católica rromana.

      – Preguntada si sabia y entendia que el renegar de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora la Virgen Maria y volverse mora era contrario a lo que tiene y predica la ffe catholica

      – Dijo que si, que bien entendia que el renegar de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora era contrario a nuestra ffey a lo que los christianos profesan y que lo hiço persuadida del dicho Soliman como mujer de poca edad y entendimiento pide penitencia con misericordia.

      – Preguntada que es lo que ahora quiere tener y creer

      – Dijo que desde como dicho tiene, desde que dejó (a) aquel moro e volvio de todo corazón a nuestra Santa Fe catholica y quiere vivir y morir en ella,

      – Preguntada si el dicho Soliman le dijo y persuadio que renegase también de los santos del cielo

      – Dijo que no se acuerda que le dijese tal, ni tampoco si lo hiço y esta cierta que lo hizo.

      – Preguntada si en el tiempo que dice que renegó de nuestra Santa Ffe Catholica y se paso a la secta de Mahoma si se confesaba sacramentalmente y si recibia el Sacramento de la Eucaristia y quantas veces fueron las que lo hizo.

      – Dijo que en el tiempo que estuvo en la secta de los moros confesaba cada mes una vez pero no confesaba la verdad de como era mora al confesor y en el dicho tiempo también recibia el Santo Sacramento que trato con el dicho Soliman cada mes una vez.

      – Preguntada por que en el Jubileo pasado que S.S. concedio para que con qualquiera que se confesase que fuese aprobado pudiese ser absuelta dello.

      – Dijo que no vino a su noticia que el dicho jubileo diese esta facultad ni tampoco supo jamas que era negocio que la Inquisicion conocia dello hasta que era pocos meses a que confeso con el dicho liçençiado aunque supo que era (falta palabra) Antes de ser monja trato de ir a rroma con otros dos moços y por serlo no les quisieron dar liçençia para ir alla y la qual liçençia pidieron al nuncio que a la sazon estaba en esta villa que no sabe como se llamaba // y visto esto se metio en este convento para buscar el remedio para su salvacion y como este arçobispado estuvo muchos años con gobernador (sin arzobispo) y no venía a visitallos dejo de hacer la diligencia – quiere decir que dejó de buscar una autoridad eclesiástica que pudiese perdonar su pecado, un penitenciario - hasta que vino el Ilustrisimo Cardenal Quiroga el qual entre otros días que vino a este monasterio le hablo esta confesante un dia y le dio quenta del trato del moro y como había renegado y lo demás que dicho tiene y el dicho Señor Cardenal le dijo que era este caso reservado a él // Que le enviase una petición y esta le dijo que su señoria le enbiase (sic) su confesor y después el dicho Cardenal le envio a Chiriboga, su criado a que esta se lo dijere// y esta como lo vio moço (demasiado joven) y que no era confesor no se atrevio a declararse con el y asi al Cardenal se le olvido y esta no hizo más diligencias.

      Probablemente el mencionado Chiriboga era un joven secretario del Cardenal al cual ella había de declarar sus pecados pidiendo por ello audiencia al Cardenal Quiroga en forma reglamentaria. Chiriboga probablemente sabría cómo encabezar la petición y cómo sustanciar el documento pero la monja le vio joven y no tuvo valor para repetir las cosas (algunas vergonzosas a su entender) que al cardenal había revelado, así que una vez más se quedó con ganas de descargar su conciencia. El documento continúa:

      –Preguntada si quando el dicho moro Soliman le dijo que adorase sus verguenças y que se incase de rodillas, que palabras le dijo en la adoracion

      – Dijo que no se acuerda mas que de como dicho tiene / que se inco de rodillas sin decir palabras ningunas si no mas de una vestialidad y torpe aficçion.

      – Preguntada si con el dicho Hernando de Laguna o con alguna otra persona trató y comunico los herrores que tiene confesados

      – Dijo que no los trato los dichos herrores con el dicho Hernando de Laguna ni con otra persona mas que lo que dicho tiene y questo es lo que sabe y se acuerda y le pesa de aber ofendido a Nuestro Señor. Pide a su Divina Magestad perdón de sus peccados y al Santo Oficio con mucha humildad penitencia con misericordia que si supiera cosa de Inquisicion lo oviera dicho y esta es la verdad por el juramento que tiene fecho fuele leida esta confesión dijo que estaba bien escripta / encargosele el secreto y al dicho confesor lo mismo prometieron de cumplirlo y por no saber la dicha firmar firmo por ella el dicho liçençiado Çapata.

      Sigue una frase; Xpo. Nos vala. (Cristo nos valga) y siguen las firmas Testigo: Çapata, Alburquerque.

      Passo ante mi Pedro Bolibar sº s del secreto (notario del Secreto de la Inquisición)

      Este el documento que los inquisidores firmaron tras la larga confesión de la desdichada mujer cuyo pecado le perseguía a todas partes por lo que tenía el alma atormentada y no halalba paz consigo misma. Sin embargo, a pesar de la sensación de vergüenza que recorre sus páginas no se ve innecesaria crueldad de parte de los interrogadores más que ahondar en detalles escabrosos que sin duda hacían sentirse incómoda a la confesante. No se detalla ni describe tormento alguno, ni aislamiento, ni gritos, ni suplicios como hemos encontrado en otros documentos, tan detallados ellos.

      DETALLES SACRÍLEGOS

      Sin duda la intención de la monja era descargar su espíritu de culpas antiguas y al confesarlas no todas vienen al mismo tiempo de modo que ella, a lo largo de su relato va añadiendo detalles a veces a lo ya dicho, o a veces cuando se acuerda de otras cosas no declaradas anteriormente o añade algo que ha quedado poco claro.

      Uno de los pecados en que ella ha incurrido al “hacerse mora” y aun antes y después de tal momento, es el de haber incurrido en sacrilegio, entendiéndose por tal la profanación o trato injurioso de una persona o cosa sagrada. A más de estos dos casos llamados “sacrilegio de lugar” está el llamado Sacrilegio Real mucho más grave: El sacrilegio real es la injuria hacia cualquier objeto sagrado que no sea un lugar ni una persona. Este tipo de sacrilegio puede cometerse, en primer lugar, administrando o recibiendo la Eucaristía en estado de pecado mortal, y también cuando se hace escarnio consciente y notorio hacia la Sagrada Eucaristía. Se considera el peor de los sacrilegios.

      Asimismo, se considera “sacrilegio real” la vejación de imágenes sagradas o reliquias, el uso de las Sagradas Escrituras y objetos litúrgicos para fines no sacramentales. Hechas estas breves consideraciones veamos la declaración de sus culpas hecha el 19 de abril de 1580, dice así:

      Madrid 19 de diciembre de mil e quinientos ochenta

      Entendiendo que la Gracia de Dios me da cada dia a aumentado mis fuerças para poder desarraigar el veneno de mi alma que tanto tiempo h a estado arraigado sin la qual gracia yo no podría haber manifestado los yerros en que mi alma ha estado con tanta multitud de pecados digo y ansi digo que lo he açotado (azotado) una vez y el crucifijo que estando en la compañía del hermano de caçalla (Cazalla) tantas afrentas yo le hacía después le hiçe pedazos y le queme y digo que agora un año por Pasqua de Resurreccion por no declararme tan claramente yo con mis confesores como era obligado viéndome que no podía con buena conciencia (…) me llegué tres veces a recibille (a comulgar) y le guarde y le eché a un pozo del monasterio y más declaro que me e dos veces hallado en casa de una hechiceras (…) y la una por mi repeti para saber yo de cierto negocio (asunto) y aquí me acontecio que el demonio se


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