Políticos y sacerdotes. OshoЧитать онлайн книгу.
La calle estaba atestada de gente porque se había extendido el rumor de que había llegado la ropa de Dios. El rey accedió y se puso de pie desnudo en la carroza mientras el estafador, que estaba delante de él, iba anunciando:
—Solo los que son hijos de su propio padre podrán ver esta ropa.
Y todos la veían, excepto un niño que había ido con su padre y estaba sentado en sus hombros. El niño dijo:
—Da —que significa papi—, me parece que el rey está desnudo.
El padre le contestó:
—¡Cállate, idiota! Cuando seas mayor, podrás ver la ropa. Tienes que tener una cierta edad para verla, los niños como tú no la ven. Si quieres seguir aquí, quédate callado. No sé por qué se me ha ocurrido traerte.
Pero el niño no se podía callar y repetía:
—Pero yo lo veo bien, y está desnudo. —El padre tuvo que alejarse de la multitud rápidamente para que no le oyeran y pensaran que ese niño no era su hijo, sino el de otra persona.
Aprovecharse de la gente ofreciéndoles productos invisibles y obligándoles a hacer algo que no quieren es muy fácil…, y en eso consiste la renuncia. Es la estafa que llevan a cabo los sacerdotes en nombre de Dios.
Aprovecharse de la gente ofreciéndoles productos invisibles y obligándoles a hacer algo que no quieren es muy fácil…, y en eso consiste la renuncia. Es la estafa que llevan a cabo los sacerdotes en nombre de Dios, de la verdad, de la moksha y del nirvana. Pueden llamarlo como quieran, pero los sacerdotes siguen siendo los mayores estafadores de la historia. Los demás, a su lado, solo son pequeños delincuentes. ¿Qué pueden quitarte? Sin embargo, los verdaderos estafadores son los sacerdotes, los profetas, los mesías, los avatares, los tirthankaras. Te venden algo que nadie ha visto ni verá jamás. No hay ni un solo testigo. Nunca ha regresado nadie de la muerte diciendo: «Sí, allí hay una belleza eterna, una felicidad eterna, un silencio eterno, una paz eterna». Su negocio funciona porque nadie les puede contradecir. Si lo haces, es porque estás equivocado, ya que todo el mundo les cree.
Para aprovecharse de la gente, han introducido una verdad en su estrategia: que en la vida todo es momentáneo. Eso no está mal, tiene que ser así. Si fuera al contrario, la vida sería insoportable. Las cosas cambian y es mejor que sea así, o estarían muertas. Lo que las mantiene vivas es el cambio.
Tú cambias constantemente. ¿Recuerdas cuándo dejaste la infancia y pasaste a la juventud, o cuándo dejaste de ser un joven y pasaste a ser un anciano? No puedes trazar una línea entre cuando fuiste niño, adolescente, joven, adulto y luego anciano. ¿Puedes trazar una línea? No, siempre estás cambiando, es un proceso constante. Has ido cambiando desde que fuiste concebido. Los nueve meses que estuviste en el vientre de tu madre cambiaste muchísimo, y no volverás a cambiar tanto en noventa años de vida. Si te mostraran algunas fotos de los nueve meses que has estado en el vientre de tu madre, no te reconocerías. ¿O crees que te reconocerías? Has cambiado absolutamente y estás cambiando en todo momento, y tú no eres el único que cambia, también cambia todo lo que te rodea. Las estrellas se mueven y cambian. Todos los días muere alguna estrella y desaparece —es posible que llevara aquí millones de años—, y nace otra estrella. Eso sucede todos los días.
La vida es un flujo, un movimiento, una continuidad, y eso no está mal. Disfruta del momento que llega y se va. Sácale todo el partido porque es efímero, no pierdas el tiempo pensando. No empieces a pensar que se te va. No te preocupes de lo que ocurra mañana, no te preocupes de que vayas a tener lo que tienes ahora, y tampoco pienses en el ayer. Sácale todo el partido mientras dure, aprovéchalo bien. Entonces, ¿a quién le importa que se quede o que se vaya? Si se queda, lo aprovechamos, y si se va, lo aprovecharemos en otro momento.
¿Por qué quieres que este instante sea permanente? ¿Cómo sabes que no va a haber otro momento mejor? En el momento anterior ni siquiera habías pensado en este, y nadie sabe si habrá algo mejor cuando este se vaya. De hecho, ya está llegando, porque si has estado totalmente inmerso en este instante, habrás aprendido algo tremendamente importante que podrás usar en el siguiente instante.
Tu madurez aumenta en cada momento. Cada vez estás más centrado, más presente, más atento, más alerta, y eres más capaz de vivir. ¿A quién le preocupa la muerte? Ya disfrutaremos de ella al morir. La muerte también es un momento de la vida. La muerte no es el final de la vida, solo es un momento de transformación, porque nada muere. No puedes destruir nada, solo cambia su forma, su apariencia.
La ciencia es capaz destruir Hiroshima, Nagasaki o el mundo entero actualmente…, pero en realidad no es así. No se puede destruir ni una piedra. No se destruye por completo, no se puede aniquilar, siempre estará ahí. Aunque la rompas en mil pedazos, los pedazos seguirán estando ahí. Aunque la calientes como si estuviera encima del sol, se fundirá, pero seguirá estando ahí. Puedes cambiar su forma, pero no conseguirás que desaparezca de la existencia.
Nada muere y nada nace.
Nacer solo significa que antes tenías una forma distinta y por eso no reconoces la de ahora. Ni siquiera reconoces tu propia foto en el vientre de tu madre. Si te enseñara una foto de tu vida pasada, ¿la reconocerías? Y sin necesidad de irse al vientre de tu madre, basta con que te enseñe una foto de cuando tenías tres meses, o seis, o nueve. Toda cambia constantemente.
La muerte es una gran transformación.
Me has preguntado qué papel tiene la renuncia en mi religión. Antes de contestarte, quiero que tengas en cuenta una cosa: la idea de renunciar está tan arraigada al conjunto de la humanidad que hasta quienes niegan la existencia de la vida después de la muerte siguen usando el mismo razonamiento. Se ha vuelto universal.
En la India, por ejemplo, había una escuela de ateos denominados charvakas. Merece la pena entender el término charvaka. Sus enemigos —y cualquier religión es enemiga de los charvakas— quemaron todos sus libros y no nos ha llegado ni un solo libro suyo. Solo tenemos noticias de ellos a través de las críticas que hemos encontrado en las escrituras hinduistas, jainistas y budistas. De modo que nos podemos imaginar lo que decían, aunque no lo sepamos a ciencia cierta. Y estamos diciendo que los que destruyeron las escrituras de los charvakas eran religiosos. Es posible que asesinaran a muchos de ellos, porque hoy no queda ningún charvaka en la India. Las escrituras desprenden tanta hostilidad hacia los charvakas que esto nos lleva a pensar que su movimiento debía tener mucha fuerza. De lo contrario, ¿qué sentido tenía criticarlos si no había nadie que siguiera su filosofía?
Las tres religiones nunca han dejado de criticar y hablar mal de los charvakas. Debía de ser una filosofía muy popular. De hecho, sigue siendo muy popular en todo mundo, aunque la gente no lo quiera reconocer porque son muy hipócritas. Si te fijas en lo que defiende esta filosofía, te darás cuenta de que el 99,9% de cada cien personas son charvakas. Da lo mismo que sean cristianos, hinduistas o musulmanes, eso solo es una fachada.
Las escrituras de sus enemigos describen el significado de la palabra charvaka: comer, beber y disfrutar. Charvaka es una persona que cree en comer, comer y comer a través de los sentidos. No estoy diciendo que esto lo haya declarado un charvaka, aunque es posible. Las escrituras de sus enemigos aseguran que los charvakas decían: «No te preocupes, bebe, come y sé feliz, aunque tengas que pedir dinero prestado. Si tienes que pedirlo, hazlo, porque cuando te mueras, tú no estarás ahí para devolverlo y tampoco vendrá nadie a preguntarte: “¿Dónde está mi dinero?”. Todo se acaba con la muerte, así que no te preocupes por que los sacerdotes digan que vas a sufrir por tu karma. Disfruta de todas las formas que puedas. No dejes de hacerlo. Este es el único mundo que existe».
Este es el significado que dieron sus enemigos al charvakismo, pero hay un documento de un enemigo de los charvakas —que debió de ser una persona muy liberal— que dice que, aunque ellos, los enemigos de los charvakas, han dado este significado a esta filosofía, para los charvakas esta es una filosofía dulce —este significado se deduce del nombre en sí—, y un charvaka es alguien que dice palabras melosas. Y sin duda es así, pero siguen atrapados