Un baile de máscaras. Susannah ErwinЧитать онлайн книгу.
levantó la mano desnuda de anillos.
–Todavía no, y espero que nunca. Me refiero a lo de la tarta, no a la boda. La boda sí que…
Sintió que le ardían las mejillas. ¿Por qué se había puesto a hablar de bodas con un hombre al que acababa de conocer?
–¿Qué más se podría lanzar? Ya lo sé. Batidos.
–Técnicamente, un batido es una bebida.
Nelle chasqueó la lengua.
–No es solo una bebida. Un buen batido se desliza por la lengua, es cremoso, rico y espeso, tan espeso que, si metes una cuchara en él, se queda recta.
Se dio cuenta de repente de que estaba muy cerca de él. Tan cerca que las lentejuelas de su vestido casi rozaban su ancha camisa.
–Continúa –le pidió él con voz ronca.
–¿Por dónde iba? –preguntó ella, tragando saliva mientras se fijaba en su barbilla cuadrada y firme, recién afeitada. En sus labios, que no eran demasiado gruesos ni demasiado delgados.
–Aquí estás. He estado esperándote en la mesa.
Nelle oyó la voz de la señora Allen a sus espaldas y se giró, sobresaltada. El hombre la agarró por el brazo, causándole un escalofrío, pero Nelle no se pudo parar a pensar en aquello.
Su jefa la miró con frialdad.
–¿Vamos? Si te parece buen momento, claro.
Nelle se puso recta. Se le había hecho un nudo en el estómago. Era la primera tarea que le encomendaban en su nuevo trabajo y ya lo estaba haciendo mal antes de empezar.
–Sí. Por supuesto. La sigo.
Ya estaban casi al otro lado del salón cuando se dio cuenta de que no le había dicho adiós al hombre de los labios perfectos. Y que tampoco se había acordado de llevarse la copa.
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