E-Pack HQN Sherryl Woods 1. Sherryl WoodsЧитать онлайн книгу.
siempre te has mostrado irritable a mi lado desde el día que nos conocimos. Y después de hacerme psicólogo, más todavía. Igual que antes, actúas como si te aterrorizara que viera algo dentro de ti que no quieres que nadie sepa.
–No tengo ningún secreto. Creo que todo el mundo del pueblo siempre ha sabido mis cosas.
–Entonces, yo no debería darte miedo, ¿no?
–Probablemente no –respondió y lo miró a los ojos–. Pero me das miedo.
Will sintió como si la tierra se hubiera movido bajo sus pies.
–¿Por qué?
–No lo sé.
Sintiéndose al borde de un precipicio que podría alterar para siempre su relación, le preguntó con naturalidad:
–¿Quieres que vayamos a cenar y así intentemos descubrir el porqué?
–Eso me suena fatal, como si fuéramos a tener una sesión de psicoanálisis.
–Yo no llevo a mis clientes a cenar. No es ético.
Jess le lanzó una penetrante mirada.
–Entonces, si me haces una pregunta, será simplemente porque quieres saber la respuesta. Pero serás tú, Will. No el psicólogo.
–Solo yo –respondió él muy serio.
–De acuerdo.
Mentalmente, Will gritó aleluya y después se levantó lentamente fingiendo indiferencia.
–Iré a por mi chaqueta.
Al salir, Jess lo miró de reojo.
–Entonces, cuando me conozcas bien, ¿me organizarás una cita con alguno de esos clientes de Almuerzo junto a la bahía?
Will se detuvo en seco y la miró con incredulidad.
–¿Y bien?
Él sonrió.
–No, si esta noche sale como quiero que salga.
Ella tragó saliva con dificultad.
–Entonces ese beso de hace unas semanas, ¿no fue de casualidad? –preguntó como si necesitara que le aclararan las cosas antes de arriesgar nada–. Eso es lo que quieres, ¿Will? ¿Que estemos juntos, como una pareja?
–No sé de cuántas formas tengo que decírtelo, pero para dejarlo perfectamente claro una vez más, sí. Creo que ya es hora de que lo intentemos. ¿No crees lo mismo? ¿No es esa la razón por la que has venido a mi despacho esta noche?
–Creo que es aterrador cambiar lo que ya tenemos –admitió–. ¿De verdad has pensado en lo que pasará si empezamos a acostarnos?
–Todo el tiempo.
–¿Y si no se nos da bien?
Él se rio.
–¡Oh, creo que se nos va a dar genial!
–¿Cómo puedes estar tan seguro? Tal vez deberíamos probar, ver qué tal sale, antes de implicarnos emocionalmente.
–Jess O’Brien, ¿estás sugiriendo que practiquemos sexo sin ataduras, sin complicaciones para ver qué tal se nos da y luego decidir qué hacemos?
–Creo que sí.
A pesar de verse prácticamente tentado a dejar que se saliera con la suya, Will se forzó a lanzarle una mirada de reprimenda.
–Yo no me voy a la cama en la primera cita –bromeó–. Además, ahora mismo estamos en un lugar público. Te garantizo que nuestra primera vez juntos no será en la hierba en mitad de un campo. ¿Qué clase de hombre sería si no hiciera que nuestra primera vez fuera romántica?
–Sinceramente, no lo sé. Pero creo que estoy dispuesta a descubrirlo.
Era la mejor noticia que Will había recibido en años. Sabía que cambiar su relación conllevaba sus riesgos, pero ya había llegado el momento. Sí, sin duda había llegado el momento, si hacía caso a cómo se le había acelerado el pulso.
–Entonces cenaremos según lo planeado. ¿En Brady’s o en algún sitio más discreto?
Ella torció el gesto.
–Dado que mi familia parece tener espías por todas partes, podríamos ir a Brady’s.
Will vio miedo en sus ojos.
–No pasará nada. Es una cita, Jess. Una simple cena y un poco de conversación. Nada que no hayamos hecho antes miles de veces.
A pesar de que intentó reconfortarla, los dos sabían que había mucho más. La cena de esa noche iría servida con esperanzas y expectativas y con la posibilidad de sexo como postre.
Capítulo 13
Jess estuvo nerviosa toda la cena. Y no es que se quedaran sin conversación ni un minuto, no. Además, Will se comportó como un perfecto caballero y ni siquiera intentó agarrarle la mano por encima de la mesa adornada con velas.
Aun así, el grado de intimidad que se había creado entre los dos parecía haber subido un nivel… y al mismo tiempo no. Era confuso.
–Estás dándole demasiadas vueltas a esto, ¿verdad? –dijo mirándola divertido.
Jess suspiró. Debería haber sabido que él podría leerle la mente.
–¿No crees que es algo raro estar aquí así?
–¿Así cómo? ¿Dos viejos amigos cenando juntos?
–Pero no somos solo dos viejos amigos cenando, ¿verdad? Somos dos personas que han introducido la posibilidad de mantener sexo en su relación.
–Tal vez antes me he equivocado –murmuró.
–¿En qué te has equivocado?
–En lo de no tener sexo directamente. Parece ser lo único que tienes en la cabeza, como si tuvieras que quitarte ese peso de encima para poder relajarte.
–Por favor, no intentes decirme que tú no estás pensando en ello.
–Estoy satisfecho con vivir el momento –insistió.
No lo creyó ni por un minuto. Los hombres siempre estaban pensando en el sexo. ¿No era la fuerza que empujaba sus vidas?
–Lo siento, pero no me lo creo.
–¿Por qué no?
Le contó su teoría y Will se rio.
–¿No tienes muy buena opinión de los hombres, verdad?
Ella se encogió de hombros.
–Bueno, mi experiencia es algo limitada.
Will la miró sorprendido.
–¿Cómo de limitada?
Jess, al ver su cara de asombro, se puso a la defensiva.
–Bueno, no soy virgen, si eso es lo que estás pensando. No es que sea asunto tuyo, pero Kevin y Connor no siempre llegaron a tiempo a Moonlight Cove para rescatarme de mi actitud temeraria.
–Me alegra saberlo, pero para que tú lo sepas, de verdad no quiero conocer los detalles.
–¡Como si los fuera a compartir contigo! –dijo y suspiró–. Pero lo que de verdad intento explicar es que no estoy muy experimentada en el tema de las relaciones. Seguro que eso ya te lo habías imaginado hace mucho tiempo. ¿Cuándo he salido con alguien durante más de unas semanas o un par de meses? Tendrá que ver con mi problema.
–Ya estás otra vez culpando a tu déficit de atención por algo que tiene una explicación mucho más sencilla y que es que esos hombres no eran los adecuados para ti y que tú fuiste lo suficientemente sensata de descubrirlo pronto.
–De