Fútbol total. Jürgen WeineckЧитать онлайн книгу.
de la capacidad de resistencia. Costill et al. (1985, pág. 94), Cullinane et al. (1986, pág. 420) y Hickson et al. (1981, pág. 13; 1982, pág. 225; 1985, pág. 492) llegaron a unos resultados parecidos.
3.Debido al tiempo limitado de preparación deberían evitarse unas vacaciones completamente «pasivas» porque se tendría que volver a empezar «desde el principio». Las investigaciones mencionadas muestran que un entrenamiento mínimo individual puede tener un efecto decisivo manteniendo la condición física a un alto nivel. Con un en- temamiento personal de este tipo durante el periodo de transición se conseguirá una buena base para el siguiente periodo preparatorio. Esto presenta la ventaja de que pueden combinarse en el poco tiempo disponible el entrenamiento técnico-táctico con el físico (ver Bi- sanz/Gerisch 1988, 63).
Consecuencias para el futbolista
Esto significa que durante el período de vacaciones la capacidad de resistencia y otras características físicas pueden mantenerse a un alto nivel mediante un entrenamiento muy reducido; también se habla de «entrenamiento de mantenimiento», si se va entrenando repetidamente. Podrá conseguirse una recuperación y regeneración óptimas así como también evitar una pérdida demasiado grande de rendimiento mediante este tipo de entrenamiento. El entrenador deberá dejar muy claro a los jugadores que de esta forma evitarán tener que esforzarse demasiado posteriormente.
El entrenamiento de regeneración puede caracterizarse por una baja intensidad (en el área del umbral aeróbico) (ver pág. 91) correspondiente a una frecuencia cardiaca de unas 130 pulsaciones por minuto y larga duración (30- 40 minutos). Puede efectuarse de una sola vez o bien en unidades de 10 o 15 minutos. A ser posible debería efectuarse diariamente conjuntamente con ejercicios gimnásticos, otros tipos de deporte según los gustos del jugador y medidas fisioterapéuticas que aceleren la recuperación psicofísica después de la temporada (sauna, masajes).
Del entrenamiento regenerativo se pasará directamente al entrenamiento de resistencia básica del periodo preparatorio. La transición será rápida y se notará prácticamente en un pequeño aumento de la intensidad. En lugar de la intensidad anterior de unas 130 pulsaciones/minuto se correrá ahora con unas 140-160, con la misma duración y frecuencia (al menos 4 veces por semana).
Entrenamiento de la resistencia básica en el transcurso de una sesión de entrenamiento
Para entrenar la resistencia básica existen diferentes posibilidades dentro de una misma sesión de entrenamiento. Pueden efectuarse al principio del entrenamiento (fase de calentamiento), en la fase principal (como aspecto básico de una unidad de entrenamiento durante el periodo preparatorio) y al final de un entrenamiento.
Debe tenerse en cuenta que tanto el volumen como la intensidad y la estructuración de los medios en los periodos mencionados han de ser diferentes:
1.Entrenamiento de resistencia al inicio de la sesión de entrenamiento: La fase de calentamiento tiene como finalidad preparar el cuerpo para los ejercicios posteriores del entrenamiento. A los efectos del entrenamiento de la resistencia básica sirve un calentamiento general que se efectuará durante unos 10 o 20 minutos (con o sin pelota y con o sin ejercicios adicionales). La intensidad no debe ser muy alta (en los adultos hasta una frecuencia cardíaca de unas 160 pulsaciones por minuto) (ver ilustración 325). Deberá evitarse por todos los medios posibles un calentamiento demasiado intenso para no cansar el organismo antes de tiempo mediante un aumento de las concentraciones de lactato. En este sentido también deberán evitarse las carreras de calentamiento excesivas (en algunos libros se encuentran programas de calentamiento de hasta 7 kilómetros en tiempos de 4-5 minutos por kilómetro), ya que si bien aumentan la resistencia, dejan al deportista demasiado cansado para el resto del entrenamiento.
2.Entrenamiento de resistencia en la parte principal de la unidad de entrenamiento:
Los equipos que realicen un gran número de sesiones de entrenamiento pueden efectuar el entrenamiento de resistencia como punto central de una sesión de entrenamiento. La resistencia puede entrenarse mediante las correspondientes formas sin pelota -las llamadas carreras «puras»- o con pelota de forma muy compleja. Los equipos que tengan menos tiempo de entrenamiento deben mejorar el entrenamiento básico mediante formas de juego y ejercicios específicos para el fútbol en el marco de un entrenamiento técnico-táctico (ver pág. 75 y pág 88).
3.Entrenamiento de resistencia en la parte final de la sesión de entrenamiento:
Gracias a los conocimientos técnicos sobre el entrenamiento, la relajación al final del entrenamiento ha quedado establecida de forma fija en todos los tipos de deporte para optimizar todos los procesos de recuperación. Esta relajación final de baja intensidad (con una frecuencia cardíaca de 140 pulsaciones/minuto) no sirve, sin embargo, para acelerar la regeneración, sino que ayuda a mejorar la resistencia básica (especialmente al principio del periodo preparatorio y los momentos de forma física relativamente baja). La parte final de la sesión de entrenamiento también puede utilizarse como entrenamiento de resistencia, aunque debe tenerse en cuenta que los últimos 10 minutos han de efectuarse de forma recuperadora.
Tests y formas de control de la resistencia para el diagnóstico del rendimiento y el control del entrenamiento
Fundamentos generales
Importancia de los tests
La estructuración del entrenamiento sólo será efectiva si el entrenador recibe información sobre la eficacia de sus métodos e incluye los nuevos conocimientos en su trabajo. Una dirección del entrenamiento de este tipo sólo será posible cuando a partir de diferentes tests -se diferencia entre tests complejos, que determinan la capacidad a partir de la observación del juego, y tests sencillos, que controlan los factores de rendimiento individuales físicos o técnico-tácticos- efectuados durante todo el año que servirán para recoger información adecuada para la optimización del rendimiento. El test, por lo tanto, será un instrumento imprescindible para controlar los procesos de entrenamiento a corto, medio y largo plazo: ofrece la posibilidad de diagnosticar las carencias existentes especialmente las físicas, que no siempre pueden verse durante el juego (ver Binz, 1985, pág. 34).
Tabla 9. Coeficientes de calidad de los tests deportivo-motores (según Barrow/McGee, 1971).
En base a los resultados del test, el entrenador puede aplicar diferentes medidas a determinados jugadores, a parte del equipo o a todo el equipo, para corregir los errores existentes.
Resultados de test de diferentes categorías del fútbol muestran que el rendimiento físico dentro de un mismo equipo o de equipos de un mismo nivel de rendimiento divergen de la forma más exagerada. Así pues, podemos decir que para homogeneizar la capacidad de rendimiento del equipo tenemos que introducir los controles de rendimiento como una parte integrante de un entrenamiento sistemático (ver Gerisch/Tritschoks, 1985, pág. 42).
Criterios de los tests
Al realizar tests de la condición física deberán tenerse en cuenta, por un lado, los criterios de calidad y por otro su realización (posibilidades de puesta en práctica, esfuerzo organizativo, con test eventuales). Técnicamente se diferencia entre los criterios de calidad principales (criterios de exactitud, como validez, fiabilidad y objetividad) y los criterios de calidad secundarios (que se refieren principalmente a la realización práctica, como economía, normativi- zación, utilidad y compatibilidad) (ver Grosser/Staristhka, 1986, pág. 12). Para los criterios de calidad principales son interesantes las siguientes indicaciones:
–La validez del test indica hasta qué punto este recoge realmente lo que se supone que tiene que recoger.
–La fiabilidad de un test señala el grado de exactitud del mismo.
–La objetividad de un test indica el grado de independencia de la persona que efectúa el test, de la persona que lo valora y