Álvaro d'Ors. Gabriel Pérez GómezЧитать онлайн книгу.
target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_6f52bffc-81c6-5124-9aa1-d499e2c52125">[106] Catalipómenos, cit. Es mi poesía preferida de toda la literatura inglesa. Veladas imaginarias, cit. La «Ode on a Grecian Urn» de John Keats describe en 50 versos lo que le sugiere la decoración de la pieza y su misma forma, para dar paso desde ahí al poder del Arte para eternizar la vida, dotándola de una verdad esencial. La última estrofa dice así: «Thou, silent form! dost tease us out of thought/ As doth eternity: Cold Pastoral!/ When old age shall this generation waste,/ Thou shalt remain, in midst of other woe/ Than ours, a friend to man, to whom thou say’st,/ Beauty is truth, truth beauty, that is all/ Ye know on earth, and all ye need to know». Desgraciadamente no disponemos de ninguna de las traducciones que, con certeza, hizo Álvaro d’Ors. Una aproximación a este texto —difícil— podría ser así: «Tú excedes, callada forma, al pensamiento/ como la eternidad: ¡égloga fría!/ Cuando el tiempo consuma a esta generación/ continuarás en medio de otro infortunio,/ como amiga del hombre al que dices:/ “la belleza es verdad; la verdad, belleza, esto es cuanto/ sabes sobre la tierra y lo que necesitas saber”».
[107] Veladas imaginarias, cit. También: La traducción de Keats por Mariano Manent (…) me parece excelente. Yo hice muchas traducciones de poesía inglesa, y también latina, pero es muy difícil, pues el castellano, que sirve estupendamente para el tono sordo de san Juan de la Cruz, y para el sentencioso cuplé, no sirve para la poesía musical y brillante, por exceso de vocales. Epistolario R. G., Pamplona, 26-IX-1971.
[108] Catalipómenos, cit.
[109] Juan Torroba Gómez-Acebo, “Años de estudiante de Álvaro d’Ors”, cit, p. 23.
[110] Sus nombres son: Juan Torroba, Gustavo Jiménez, Leopoldo Castedo, Manuel Pausa, José Campos, Enrique Allais, Alberto Tapia, Ramón G. Peris, Agustina Palacios, Juan Pérez de Ayala, Manuel de Sola, Julio García, Julio Bermejo, Juan Negrín, Alfredo Bustinduy, Antonio Bello, Enrique Moles, Calvo, Joaquín Sánchez Covisa, Eduardo de la Serna, Julio Romeo, Manuel García Moreno, Manuel Ballesteros, Demetrio Palazuelo, Rafael Bartolozzi, Julia Galindo, Teresa Sánchez Covisa, Isabel Palencia, Aurora Cuartero, María Teresa Díez-Canedo, Manuel Robles, Luis Vaquero, Carmen García Parra, Rosario Sáinz Armesto, Guillermina Betancort, Nogueras Piniés, Agustín Barbón, Alfonso Vitórica, Ángel Castilla, Luis García Linares, Vicente Landeta y Cayetano Ortega. La relación de los personajes fotografiados se debe a las anotaciones que hizo Antonio Bello Lasierra, facilitadas por su hija Ana Rosa Bello Valenzuela, completadas por Carmen García Parra de Palacios.
[111] Catalipómenos, cit.
[112] «Ya estás pensando en nuevos trabajos. El D[ere]cho Romano es tan demasiado estrecho para ti, que quieres conquistar también el D[ere]cho Político. Detente hombre, detente... no arrolles. ¡Latín, griego, alemán, D[ere]cho Romano, D[ere]cho Político, etc., etc. ¿Falta algo?». Carta de Juan Barnés a Álvaro d’Ors, Ávila, 23-VII-1934.
[113] Morente me examinó de ingreso, antes de ordenarse, tras su conversión, y, naturalmente, me preguntó «Kant». Epistolario R.F.C., Pamplona, 30-XII-1995. La primera vez que yo hablé con Morente fue, como alumno, en el examen de ingreso a la Facultad de Filosofía y Letras. De esto hace ya veinte años. Me preguntó Kant. Y yo, después de expectorar los tópicos de rigor, pasé muy ladinamente a Platón, que me era algo más familiar. Morente me dejó en mi discurso. Después de todo, Kant no es una lectura para muchachos. «Recuerdo agradecido». Ateneo (32), Madrid, 11-IV-1953.
[114] Autoscopia, cit. José Castillejo y Duarte (1877-1945). Discípulo de Giner de los Ríos, en 1905 ganó la cátedra de Instituciones de Derecho Romano de la Universidad de Sevilla. Secretario Permanente de la «Junta para la Ampliación de Estudios» y miembro del «Comité de Cooperación Intelectual de la Liga de Naciones». Casado con la inglesa Irene de Claremont, moriría exiliado en Londres. Para una aproximación al personaje, vid. Luis PALACIOS BAÑUELOS, José Castillejo. Última etapa de la Institución Libre de Enseñanza, Narcea, Madrid, 1979. Vid. también la versión que su mujer proporciona, no solo de Castillejo, sino del ambiente cultural de la época, en Irene DE CLAREMONT, Respaldada por el viento, Ed. Castalia, Madrid, 1995.
[115] Menéndez Pidal era el director. Por él sentía Álvaro d’Ors profunda admiración: A Don Ramón lo vi por primera vez en una circunstancia muy singular. Siendo yo niño me hallaba una tarde en el pueblo serrano de San Rafael, donde él veraneaba, y su hijo Gonzalo quiso enseñarme un tren eléctrico que tenía instalado en el jardín de su chalet. Allí es donde vi, durmiendo la siesta sobre un colchón, a Don Ramón. Esta imagen tan plácida del sabio me hizo ver el secreto de la vida de Don Ramón: el sosiego en un trabajo esforzado y constante; en este sentido hablo yo de su ejemplaridad. Veladas imaginarias, cit.
[116] Papeles del oficio universitario, Rialp, Madrid, 1961, pp. 347-348.
[117] Es de suponer que las responsabilidades de Castillejo en el Instituto-Escuela y su relación con Eugenio d’Ors le hubieran llevado a saber de la existencia de su futuro discípulo, aunque todavía no tuviera relación directa con él.
[118] Hay una referencia a este hecho: Conservo mi primer trabajo, leído en el Seminario de Castillejo en marzo/ 1933! Epistolario R. G., Santiago, 16-XII-1960. Un resumen de este trabajo podría ser el que figura como nota 5 del §172 de Derecho Privado Romano, Eunsa, Pamplona, 1968. Vid. infra “1957. Empieza el DPR”.
[119] “Retrospectiva de mis últimos XXV años”. Atlántida (13), 1993, nº 612, p. 90. Se conserva una carta de Castillejo a d’Ors en la que se constata esta ayudantía: «11-III-36. Querido Ors: Me preguntan algunos alumnos si Vd. podría dar sus prácticas por la tarde un día que no sea Miércoles ni Viernes, que son incompatibles para ellos. ¿Quiere Vd. consultar con los que asisten y con las ocupaciones de Vd. y decirme lo que puedo contestar? Suyo afectuosamente, José Castillejo».
[120] Epílogo de Papeles del oficio universitario, cit., p. 348.
[121] Epistolario R. F. C., Pamplona, 17-II-1996. Cuando Castillejo usaba la bicicleta para ir a la Central, solía dejarla en una portería próxima para evitar las burlas de los estudiantes.
[122] En sus Cuadernos Personales hay unas anotaciones al hilo de la lectura de un libro (Luis PALACIOS, José Castillejo. Última etapa de la Institución Libre de Enseñanza, cit.), en el que se puede leer: n. 30.10.1877, en Ciudad Real, † 30.5.1945, en Londres. Castillejo, hombre muy dotado para la gestión y la organización económica, no sin cierto sentido de la justicia y con buena dosis de austeridad y sentido común, fue un fanático liberal, al estilo volteriano (...) Este libro muestra hasta qué punto fue decisivo en su vida el encuentro con Giner de los Ríos, que le hizo perder la fe... C. P., p. 7.183s.
[123] Se trata de un bar-restaurante, todavía hoy en funcionamiento, en la Calle Ventura de la Vega, en el centro de Madrid, cuya razón social se debe a la unión de las primeras sílabas de los nombres de los tres primeros socios: Higinio, Lorenzo y Guillermo.