La dieta Keto. Josh AxeЧитать онлайн книгу.
BENEFICIOS DE LA DIETA CETOGÉNICA
CAUSA PÉRDIDA DE PESO (GRASA)
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Usa la grasa como combustible, en lugar del azúcar
¿CÓMO?
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Reduce la insulina, así que el cuerpo almacena menos grasa
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Disminuye el apetito en muy alto grado
COMBATE LA DIABETES TIPO 2
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Impide la excesiva liberación de insulina
¿CÓMO?
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Crea niveles normales de azúcar en la sangre
COMBATE LAS ENFERMEDADES DEL CORAZÓN
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Reduce el colesterol malo (LDL)
¿CÓMO?
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Reduce los triglicéridos
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Aumenta el colesterol bueno (HDL)
PROTEGE CONTRA EL CÁNCER
¿CÓMO?
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Podría “matar de hambre” a las células cancerosas (las dietas altas en azúcar las alimentan)
COMBATE TRASTORNOS NEUROLÓGICOS
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Mejora el funcionamiento de las mitocondrias
¿CÓMO?
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Ejerce un efecto neuroprotector
ASEGURA LA LONGEVIDAD
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Causa un estado de ayuno asociado con el gen de la longevidad
¿CÓMO?
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Reduce la inflamación, la cual promueve enfermedades
Pérdida de peso. La mayoría pierde en mi programa cetogénico una cantidad de peso significativa, y lo hace rápido. En un estudio, 83 pacientes obesos que pesaban entre 99 y 103 kilos siguieron una dieta cetogénica.6 Ocho semanas después habían perdido en promedio 10 kilos, y 24 semanas después hasta 19. He visto en mi clínica pérdidas de peso más asombrosas aún, lo mismo que colegas que prescriben dietas cetogénicas en su consultorio de medicina funcional. Cuando consumes una dieta satisfactoria que te ayuda a quemar grasa como combustible y a reducir tus niveles de la hormona que almacena grasas, la insulina, es fácil que bajes de peso y no vuelvas a subir.
Epilepsia y ataques. La dieta cetogénica se descubrió a principios de la década de 1920, cuando diversos médicos emprendieron en Estados Unidos la búsqueda de un régimen para tratar la epilepsia.7 Estos médicos ya sabían que el ayuno era muy eficaz para mitigar y hasta eliminar ataques. El ayuno se había usado desde al menos el año 2000 a.C. Se le menciona en el Corpus Hippocraticum, colección de 60 documentos médicos de la antigua Grecia asociados con las enseñanzas de Hipócrates, el “padre de la medicina”, y es recomendado en la Biblia por sus curativos beneficios físicos, mentales y espirituales.
Sin embargo, obviamente el ayuno no es factible como tratamiento a largo plazo. Así, el doctor Russell Wilder, de la Clínica Mayo, y un grupo de médicos de Harvard comenzaron a experimentar con varias dietas para buscar una forma de reproducir los efectos del ayuno sin que los pacientes dejaran de comer, y llegaron a la misma conclusión: una dieta muy baja en carbohidratos y alta en grasas no sólo creaba el mismo estado biológico que el ayuno, sino que también tenía el mismo efecto benéfico en niños con ataques. (La epilepsia es más común en niños y ancianos que en adolescentes y adultos.) Su conducta y cognición mejoraron igualmente. En otro estudio temprano de más de un millar de niños en el Hospital Johns Hopkins a quienes se les prescribió esta dieta, 52% de ellos alcanzaron una remisión completa de ataques y 27% tuvo una reducción significativa.8
Yo he conocido casos similares. Cuando un neurólogo recetó una dieta cetogénica a la hija de Eric Alber, Hayleigh, de 10 años de edad, quien padecía ataques incurables debido a un raro trastorno del desarrollo conocido como síndrome de Smith-Magenis, Eric decidió que tanto su hija como él debían probar mi protocolo cetogénico. Antes de que iniciara la dieta, Hayleigh tenía al menos un ataque menor todos los días, y uno mayor cada dos o tres semanas, mientras que sus medicinas no hacían más que agravar el síndrome de fondo.
“Durante su primer mes a dieta, Hayleigh no tuvo ningún ataque, ni siquiera los menores que antes tenía a diario. Desde entonces ha tenido algunos episodios, pero creo que ocurren cuando no está en cetosis. También su funcionamiento cognitivo ha mejorado. Ahora es más cariñosa, conversadora y jovial, y duerme seis o siete horas seguidas cada noche. Eso era inaudito antes. Esta dieta nos ha ayudado a ambos a sentirnos mejor.”
De hecho, Eric bajó de 97 a 86 kilos y de la talla 40 de pantalones a la de 34, y sus persistentes llantitas y barriga, de las que nunca había podido librarse, desaparecieron casi por completo. “Hice la dieta por Hayleigh”, dijo, “pero a mí me salvó también.”
Otros trastornos neurológicos. Un estudio del European Journal of Clinical Nutrition apuntó en datos recientes que sugieren que la dieta cetogénica puede ser útil para tratar numerosos trastornos neurológicos, como dolor de cabeza, lesiones como conmoción cerebral, mal de Parkinson, trastornos del sueño, cáncer de cerebro, autismo y esclerosis múltiple.9 He aquí una muestra de esas promisorias investigaciones:
■Según ciertos estudios, esta dieta podría mejorar el funcionamiento cognitivo de pacientes con Alzheimer.10
■En pacientes con mal de Parkinson, la severidad de los síntomas decreció 43% después de un mes bajo la dieta cetogénica.11
■Estudios de caso reportados en la revista médica Frontiers in Pediatrics establecieron mejores aptitudes de aprendizaje y habilidades sociales en niños autistas que siguieron una dieta cetogénica.12
A pesar de sus diferentes síntomas, la mayoría de las enfermedades neurológicas comparten una anormalidad de raíz: las células cerebrales de quienes las padecen muestran una deficiente o defectuosa producción de energía. Y es ahí donde mi programa cetogénico puede ser muy provechoso. Las cetonas, el combustible que quemas cuando estás en cetosis, cruzan fácilmente la barrera de sangre en el cerebro y aumentan el número y funcionamiento de las mitocondrias, las “fábricas de energía” de las células cerebrales, especialmente en el hipocampo, región importante para el aprendizaje y la memoria.
En personas con enfermedades cerebrales relacionadas con la edad, como mal de Alzheimer y demencia senil, síntomas como pérdida de la memoria son causados por la degeneración de las células en el hipocampo. Gracias a que la cetosis ayuda a las mitocondrias a generar más energía, protege a células cerebrales vulnerables de problemas que por lo común acabarían con ellas.
Además, las cetonas son un combustible más eficiente para el cerebro que la glucosa, ya que proporcionan más energía por unidad de oxígeno utilizada e inhiben la producción de los dañinos radicales libres, electrones desapareados que son un subproducto normal del metabolismo celular pero que pueden perjudicar a las células y su ADN, y son propios del envejecimiento y la degeneración del cerebro. Así, la dieta cetogénica ofrece la esperanza no sólo de reducir síntomas y retardar la progresiva devastación de los trastornos neurológicos, sino también de favorecer el desempeño cognitivo de personas sanas y proteger su cerebro contra el deterioro inducido por la edad.
¿QUÉ SON LAS CETONAS?
La cetosis ocurre