12+1 Faros para una vida con sentido. Javier GasparЧитать онлайн книгу.
valioso/a... ¡porque ya lo eres! Todos somos valiosos por el simple hecho de haber nacido. Todos somos únicos y genuinos. Tu nacimiento, como el mío, fue un milagro. Desde que naciste lo tienes todo ganado, sólo tienes que vivir en paz, evitar conflictos y buscar zonas donde puedas florecer. No hace falta que le pidas nada a la vida, porque, sea cual sea tu circunstancia, ya tienes todo lo que necesitas para ser feliz.
No hay, por tanto, secretos ni atajos ni píldoras mágicas. El único camino es esforzarte un poquito por analizar lo que falla en tu vida e implementar cambios en ti. No mires afuera, no eches la culpa al entorno ni a los demás. Analiza qué estás haciendo tú mal, porque ahí tienes la solución.
¿Cómo puede ayudarte este libro a hacer esto? Te lo diré. Después de la crisis de Berlín empecé a leer como un loco buscando una explicación a lo que me estaba pasando. Devoré libros y más libros de crecimiento personal, filosofía (occidental y oriental), psicología, neurociencias y humanidades en general. Fui a la raíz del conocimiento. Y así, aprendiendo de otros y de mi propia experiencia, descubrí los 12 faros que te explicaré a continuación, algunos de los cuales ya estaban de forma latente en mí.
Cada faro, como verás, es un valor, una premisa de vida para que cuando te pierdas en la tempestad de la mente puedas encontrar de nuevo claridad. Conocer bien la mente es una de las claves para no extraviarse. Cuanto más dueño seas de tu mente, menos te afectarán las vicisitudes de la vida, por otra parte inevitables.
Cada faro, además, es una fuente de energía de la que te puedes alimentar para enchufarte de nuevo a la vida cada vez que sientas que te faltan las fuerzas. Porque cuando te falta energía es cuando te alejas de esos faros, de esas fuentes de luz. No busques sustitutos, porque eso no funciona. Te dará una falsa sensación de energía, pero luego caerás más abajo.
La vida es un milagro y todos podemos vivir conectados a la alegría. El problema es que a veces desconectamos de la fuente. Mi humilde pero ambiciosa ilusión es lograr que te entusiasmes de nuevo, que viajes a tu interior y te despojes de tus creencias limitantes, del paradigma del materialismo y la ansiedad por estatus, de la presión social. Y que te atrevas a ser tú mismo/a. Porque lo único que tienes que hacer en esta vida es conectarte con tu esencia. Este es el poder que se nos otorgó al nacer y que la mayoría olvidamos en algún momento para intentar encajar en el entorno. Nos pasamos media vida (o toda entera) intentando encajar, intentando gustar, intentando copiar a otros, intentando parecer, y al final nos convertimos en un fantasma, en un personaje incapaz de ser feliz porque vive la vida de otros.
Al final todos recorremos el mismo camino: tenemos alegría y tristeza, tenemos dolor y placer, tenemos logros y decepciones. Y si estamos atentos, tenemos crecimiento. A veces ese crecimiento es doloroso, sobre todo si nos resistimos, pero ese dolor es necesario para despedir a tu antiguo yo y dejar entrar el nuevo, para encontrar tu verdadera misión y tu verdadera pasión. Lo importante es que te des cuenta cuanto antes de que no tienes que jugar a ser nadie, simplemente ser tú. Que te abras, te aceptes y regales al mundo tu esencia. Que brilles sin permiso y sin culpa. Que te conectes con tu fuente, con tu energía triunfante.
“Sólo tienes que parar un momento, despojarte de tus disfraces y sentir el instante. Aparcar el ego y dejar de esforzarte por demostrar que eres valioso/a... ¡porque ya lo eres!”
Cuando me conozcas un poco más verás que soy un ser muy básico, una persona muy normal. Si yo he podido descubrir mi verdad y conquistarme a mí mismo, ¿qué no podrás hacer tú? Es algo que está al alcance de todos. Sólo tienes que perder el miedo, cultivar tu pensamiento crítico y hacerte cuatro preguntas:
¿Quién soy?
¿A qué he venido?
¿Con quién quiero compartir este viaje?
Y, finalmente, ¿estoy en mi camino?
Si la respuesta a esta última pregunta es “NO”; ahora o en el futuro, repasa los 12+1 faros-valores que te propongo en el libro para tener una vida con sentido, una vida aprovechada. Pregúntate si estás siendo honesto/a, si estás rodeándote de personas que te aportan, si estás trabajando para tener o mantener tu libertad, si estás siendo generoso/a con los que te rodean, etc.? Y si ves que te has alejado de alguno de esos faros, intenta acercarte de nuevo. Cambia tus hábitos, incorpora mejoras en tu vida y encara las velas para volver a coger el rumbo. No pasa nada por perderse, lo malo es cuando vamos a la deriva y ni siquiera nos damos cuenta.
Para acabar esta introducción te contaré un pequeño secreto: cuando hayas interiorizado los 12 valores que te describiré a continuación no te hará falta volver a levantar la cabeza y buscar faros para orientarte. Es más, tendrás una energía brutal y te elevarás como un cohete. Quizás te despistes un poco en algún momento, pero enseguida te darás cuenta y volverás a tu senda.
Estos 12+1 faros (o claves o palancas o fuentes de energía) son los que yo he identificado para una vida plena. Tal vez tú, después de conocerlos, creas que falta o sobra alguno. Si es así, crea tus propios faros. Como te decía antes, no son los mandamientos de Dios, sino la humilde propuesta de Javier. Lo que sí puedo decirte es que, desde que me iluminan, vivo siempre enchufado a la vida.
A veces me preguntan: “¿Pero tú de dónde sacas tanta energía? ¿Cómo puedes estar siempre animado y transpirando entusiasmo?”. La respuesta es sencilla: porque estoy conectado a mi esencia. A mis 12 fuentes de energía.
“Cuando hayas interiorizado los 12 valores que te describiré a continuación no te hará falta volver a levantar la cabeza y buscar faros para orientarte. Es más, tendrás una energía brutal y te elevarás como un cohete.”
Faro 1: CONFIANZA
Quiérete y cree en ti
“Trátate a ti mismo como si fueras una persona valiosa, alguien que te importa y al que quieres dar una buena vida.” Jordan Peterson, psicólogo canadiense.
¿Se puede resumir una vida en un párrafo? Voy a intentarlo... Vengo de una familia humilde y trabajadora del sur de España. Mi padre era albañil en Málaga y mi madre ama de casa (estoy muy orgulloso de ellos). Con 16 años decidí dejar de estudiar para ponerme a trabajar en el bar de mi padre. Había pedido un crédito y no podía permitirse contratar a un camarero, así que me tocó hacer ese trabajo hasta los 20. Después, a los 23, me casé y junto a mi mujer monté un restaurante. Aplicando unas sencillas reglas financieras, que más adelante te explicaré, fui ampliando el negocio y fui adquiriendo más locales hasta los 30. Monté entonces una empresa inmobiliaria y con mucho trabajo y un inagotable espíritu de superación conseguí reunir un pequeño patrimonio personal. A día de hoy, con 48 años en el momento de escribir este libro, puedo vivir sin preocuparme demasiado por el dinero, que ahora no es una prioridad para mí. No soy Jeff Bezos ni Elon Musk, pero humildemente creo que soy al menos tan feliz como ellos. Porque, además de vivir desahogadamente, tengo una familia maravillosa y me levanto cada día con unas ganar locas de vivir, de aprender y de ayudar, que son mis grandes pasiones.
¿Cómo he conseguido, partiendo de casi nada, tener una vida plena? Te lo diré: creyendo en mí mismo. Creyendo en mi potencial y confiando en que, con trabajo y mejora constante, podría alcanzar mis metas y mis sueños. Porque no sólo soy un trabajador incansable, sino también un soñador indomable.
No te digo todo esto para alardear de mi vida, por supuesto (a estas alturas ya empezamos a conocernos, ¿verdad?). Si me pongo como ejemplo es sólo para que tengas claro que si yo he conseguido tener una vida extraordinaria viniendo de una familia superhumilde y sin tener dones especiales, ¡tú también puedes conseguirlo! ¡Por supuesto que puedes! Eso sí, tienes que empezar por creer en ti y confiar en tus posibilidades.
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