Discursos y ensayos sobre estudios universitarios. Cardenal John Henry NewmanЧитать онлайн книгу.
fueron recopiladas y publicadas en volúmenes aparte en distintos años y con numerosas modificaciones y títulos que variaron según la edición2.
El primer libro comprende nueve clases magistrales dictadas en Dublín en 1852[3] antes de la fundación para dar a conocer el proyecto de la futura universidad a los irlandeses4. En su exposición aborda el tema del fin de una universidad desde una perspectiva filosófica y expone una reflexión sobre el ideal de lo que debiera ser tal institución y especialmente una católica. La tanda completa de estas conferencias más un prefacio fue publicada en noviembre de ese año como Discourses on the Scope and Nature of University Education.
El segundo volumen recoge diez textos5 del periodo en que la universidad ya estaba en marcha. A diferencia de los anteriores que estaban dirigidos a un público general, estos apuntaban a audiencias particulares: académicos y estudiantes de alguna facultad sobre sus áreas específicas del saber en eventos tales como inauguraciones o celebraciones de fechas señaladas. En ellos se refiere a sus disciplinas con un enfoque más bien aplicado y su relación con la fe.
La primera compilación tiene mayor cohesión, ya que los discursos fueron planificados como una unidad, dirigidos a un mismo público y para ser dictados secuencialmente. La segunda, por el contrario, es más diversa en su contenido ya que trata asuntos de interés para cada contexto. Esta colección fue publicada como un volumen en 1859 con el título Lectures and Essays on University Subjects.
Solo años más tarde, en 1873, las dos series de escritos fueron recopiladas y editadas en un solo volumen, con un nuevo prefacio y el nombre de The Idea of a University: Defined and Illustrated6. Esta colección es la que conocemos el día de hoy.
El contenido de este libro
La traducción editada que se presenta aquí corresponde a la segunda parte: Lectures and Essays on University Subjects7, dando así continuidad a la versión editada de La idea de una universidad (2016, Ediciones uc), con el fin de revisar la obra completa, siguiendo el mismo criterio para la selección de los textos escogidos, la metodología de traducción y formato del anterior.
El propósito fue, sobre todo, destacar la contribución de Newman y darles un espacio a aspectos de su pensamiento que permanecen vigentes en la discusión universitaria a pesar de que el desafío actual de la universidad es por cierto más complejo que entonces. Para ello recogimos pasajes que tratan temas universales y que relacionan el cristianismo y algunas ciencias particulares, y que pueden ofrecer un aporte a la reflexión sobre el vínculo entre una universidad católica y el conocimiento humanista y científico.
Como ya se explicó, el primer volumen esboza cuestiones que se encuentran en el centro de la actividad académica, que aún no han caído en desuso en una universidad católica, tales como la búsqueda de la verdad, la unidad y armonía de todas las ciencias en su estudio del universo y la creación, la centralidad de la teología, el desarrollo del pensamiento y cultivo del intelecto, el valor del conocimiento
como un bien en sí mismo, el rol de la Iglesia como garante de la educación que esta otorga.
En esta publicación hemos optado por un ensayo y cinco conferencias que pronunció en las facultades de Filosofía y Letras y en la de Ciencias8, que abarcan algunos de los grandes temas que Newman veía como centrales dentro de la universidad. En ellos trata sobre las raíces cristianas de la cultura occidental, el don inefable del lenguaje ejercitado en su forma más elevada en la literatura, la compatibilidad de la fe con la razón y de la teología con la ciencia, los distintos métodos de investigación y la tarea formadora de la Iglesia católica.
Las dos primeras conferencias hablan de las letras y la literatura, un tema especialmente preciado para Newman, pero mirado con recelo por muchos católicos de sus días, ya que juzgaban que muchas obras eran una amenaza para la fe e inocencia de los estudiantes9.
La primera conferencia, “Cristianismo y letras”, se llevó a cabo en la Facultad de Humanidades10, el 9 de noviembre de 1854, el día en que la universidad abría sus puertas. En ella realza la centralidad del estudio de las letras como la disciplina universitaria por excelencia y luego traza la evolución del mundo occidental remontándose a las civilizaciones clásicas de la antigüedad en el Mediterráneo, de donde argumenta datan las raíces culturales del mundo occidental. Newman invitaba a los jóvenes a conocer y estudiar sus orígenes, que han sido llevados a su momento culminante con la influencia del cristianismo.
La ponencia titulada “Literatura”, también en la Facultad de Humanidades, fue presentada el 8 de noviembre de 1858, al comienzo del año académico, en uno de sus últimos días en Dublín. En ella desarrolla lo que entiende por buena literatura y lo que hace que una obra sea universal, refiriéndose en especial al valor de las Sagradas Escrituras como la más perfecta de las expresiones literarias.
Los otros tres capítulos seleccionados corresponden a actividades académicas en la Facultad de Ciencias y giran en torno a los conflictos entre fe y razón, ciencia y revelación, en respuesta a los desafíos que el positivismo planteaba a la religión, que los declaraba entonces campos incompatibles y excluyentes. Muchos cristianos de la época veían con temor el avance científico y el desarrollo tecnológico como una amenaza a la fe, ya que no tenían respuestas a los desafíos que la modernidad planteaba en cuestiones religiosas.
Con la clase Cristianismo y Ciencia Física inauguró el año académico de la Escuela de Medicina, en diciembre de 1855[11]. En ella, Newman aborda el supuesto antagonismo entre el estudio de la teología y de las ciencias, argumentando que las incomprensiones habían surgido, entre otras cosas, a causa del error de estudiar la una o la otra con el método inapropiado, remarcando que el inductivo es propicio para las ciencias y el deductivo es conforme a la teología. Por un lado, los científicos rechazaban la validez de las verdades reveladas porque estas no podían ser comprobadas por medio del método científico, y por el otro los teólogos intentaban explicar fenómenos naturales con argumentos propios del estudio de las ciencias sagradas.
Probablemente el texto más famoso es “Cristianismo e investigación científica”, donde se explaya sobre la perfecta compatibilidad del progreso de las ciencias con la Verdad Revelada. En esta ocasión expone que sus objetos de estudio son de diferente orden, y por lo tanto sus conclusiones no pueden resultar en verdades contradictorias. Newman advierte a teólogos y científicos sobre el riesgo de transgredir los propios límites y entrometerse en terrenos que nos les son propios. Llama a la apertura a los teólogos a no temer a los avances en las ciencias como una amenaza a la religión y anima a los segundos a investigar con absoluta libertad, pero con la cautela de no buscar explicaciones científicas en materias que trascienden lo meramente físico. Esta conferencia no llegó a ser dictada, ya que por consejo de sus colaboradores comprendió que no sería bienvenida por las autoridades eclesiásticas, con lo cual solo fue publicada en The University Gazette.
En el libro original los textos no aparecen cronológicamente, sino más bien están agrupados por el tipo de contenidos que tratan. Sin embargo, la conferencia “Cristianismo y ciencia médica” ocupa el último lugar en la colección y es también la última en el tiempo, ya que fue impartida el 4 de noviembre de 1858, el mismo día, y pocas horas antes que Newman dejara la universidad definitivamente. En ella previene a los futuros médicos del peligro de limitar su atención solo al cuidado corporal del enfermo, descuidando la atención de sus almas. Es entonces cuando les recuerda su propia dimensión espiritual y la guía moral que deben respetar en su ejercicio profesional, la cual les habla por medio de la consciencia y es confirmada por la Iglesia católica. Esta disertación concluye con una emotiva despedida a los alumnos, pero que ciertamente es también su adiós a la universidad.
Aquí en lo referido a los contenidos del libro, aclaramos que para esta edición hemos excluido cinco de los diez capítulos que juzgamos de poca relevancia para la actualidad y demasiado sujetas a su contexto histórico temporal. Se dejaron para una próxima edición secciones sobre la literatura católica inglesa, estudios elementales, alusivo a la enseñanza de las lenguas clásicas, predicación universitaria, que era entonces una instancia semiacadémica, infidelidad de los tiempos, sobre la exclusión de la teología de los estudios universitarios,