El portafolio del profesorado en educación superior. Zoia BozuЧитать онлайн книгу.
y de los profesores y los investigadores que están interesados en la metodología del portafolio docente y su implementación en la educación superior.
Asimismo, queremos agradecer al profesor Francisco Imbernón, catedrático de la Universidad de Barcelona y experto en diversos temas relacionados con el ámbito de la formación de profesores, por la realización del prólogo de este libro.
Referencias
Arbesú García, M. I. y Díaz Barriga, F. (2013). Portafolio docente. Fundamentos, modelos y experiencias. Ediciones Díaz de Santos.
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Notas
* Un agradecimiento especial al Centro de Enseñanza, Aprendizaje y Trayectoria Profesoral (CEAP) de la Universidad del Rosario por el apoyo en la materialización de este libro.
** Universidad de Barcelona, España. [email protected]
1 A lo largo del texto utilizáremos las palabras profesor/es o docente/s, maestro/s e investigador/es como lenguaje inclusivo independientemente del género.
2 En la literatura científica se suelen emplear diversos sinónimos para hacer referencia a un mismo concepto: portafolios, portafolio, carpeta, dossier, etc. Asimismo, en este libro, los autores y autoras de cada una de las experiencias presentadas hacen uso de distintas terminologías para referirse a la metodología del portafolio (portafolio docente, el portafolios docente, portafolio de aprendizaje del profesor, portafolio de docencia, portafolio académico, etc.).
Experiencias en el uso y la implementación del portafolio del profesorado
MILENA ALCOCER TOCORA* MARÍA DEL ROSARIO NAVARRO BOTERO** INÉRIDE ÁLVAREZ SUESCÚN*** CLARA INÉS GARCÍA BLANCO****
Introducción
El portafolio docente es un instrumento que sirve para la reflexión personal contextualizada, así como para la autoevaluación de los profesores; también es utilizado como una forma alternativa para evaluar y mejorar la enseñanza universitaria. Dicho instrumento ha sido empleado desde hace décadas en diferentes contextos educativos y profesionales con diversos usos y propósitos (Arbesú y Gutiérrez, 2014).
En el ámbito educativo, los portafolios se han convertido en un recurso importante que moviliza escenarios de aprendizaje y de mejoramiento desde la misma práctica (Murray, 1997), ya que proporcionan una variedad de información que no se encuentra en semblanzas ni en relatos. Además, revelan información sobre el quehacer docente y posibles problemas que pueden surgir de este. Su uso en el contexto educativo se popularizó a principios de los años ochenta, cuando se comenzó a utilizar con el objetivo de sistematizar prácticas y construir un nuevo profesionalismo docente (Shulman, 2003).
Uno de sus objetivos primordiales es seleccionar y recolectar evidencias, materiales, productos y artefactos en función de mostrar el mérito, el alcance, la historia, las situaciones y la complejidad del trabajo de una persona en un contexto especifico (Arbesú y Díaz, 2013). De acuerdo con Butler et al. (2006), un portafolio es una colección de evidencias y reflexiones que se reúnen para demostrar el “viaje de aprendizaje de una persona a lo largo del tiempo”. Adicionalmente, los autores señalan que la tarea de selección realizada por un profesor requiere de procesos de pensamiento reflexivo, el cual es realizado y se pone a prueba con las evidencias priorizadas; estas reflexiones sobre las pruebas, las razones por las que fueron elegidas y lo que el profesor aprendió de ellas son la clave de un portafolio.
Tradicionalmente, el portafolio docente favorece lo visual y lo textual. Puede incluir audios, videos, modelos, sitios web y muestras captadas por los sentidos. De acuerdo con Lengeling (1996), este instrumento puede proporcionar una comprensión valiosa de lo que, por ejemplo, hace un profesional en artes, ingeniería, ciencias sociales o educación, entre otros, ya que muestra el potencial personal y, lo que es más importante, es una afirmación sobre la filosofía y la práctica de quien lo construye.
En el caso de los profesores, supera el marco del aula y pretende dar una imagen más precisa de su labor docente, incluye no solo reflexiones sobre su filosofía de enseñanza (statement del profesor) y aspectos exitosos de su docencia, sino que también involucra reflexiones sobre lecciones aprendidas y errores reflexionados. Además, favorece la posibilidad de intercambiar experiencias de los procesos de enseñanza y aprendizaje con colegas, estudiantes y con otras personas del contexto en el cual se desenvuelve habitualmente. Este intercambio promueve diálogos, interacciones y procesos de retroalimentación que enriquecen la labor reflexiva y hacen de esta experiencia algo memorable y único.
Según Kenny et al. (2018), no existen reglas estrictas sobre cómo desarrollar el statement, generalmente se presenta como un documento reflexivo a manera de narración, que es escrito en primera persona e involucra la respuesta a preguntas claves tales como: creencias (¿qué piensas?), estrategias (¿qué haces?),