Los rostros del islam. Pablo Cañete BlancoЧитать онлайн книгу.
desea saber qué hay detrás de algunos de los principales aspectos en los que el islam aparece como denominador común.
Las claves para entender estos procesos, que ocurren dentro y fuera de las fronteras de Oriente Medio, son diversas. Los conflictos y cambios de este tipo no suelen responder a coordenadas sencillas ni individuales (véase la raza, la posición económica o los grandes intereses mundiales) sino que son una ecuación que combina todas ellas. Un polinomio en el que la historia configura un factor de necesaria revisión.
Los rostros del islam es un libro especialmente orientado a Europa, dado que las relaciones entre el viejo mundo y el islam se han pospuesto con una desidia que la proximidad geográfica y la interdependencia económica no permiten. La política interior y la exterior no pueden conseguir sus objetivos sin conocer de cerca las realidades a las que deben «enfrentarse».
El presente libro busca evitar la confrontación predicha por S. Huntington –y otros tantos apóstoles de los choques culturales–mediante el conocimiento del «otro» como manera de evitar malos entendidos, de fomentar el respeto, la tolerancia y la reciprocidad, pero no solo. Se trata de ir más allá, de apuntar hacia un camino fértil y abonado en el que se pase del respeto a la integración, de un diálogo entre Oriente y Occidente que evite caer en el estereotipo «Oriente y Occidente», que reconozca la pluralidad que hay a ambos lados del Mediterráneo y que encuentre en ella un espacio de crecimiento mutuo.
En el primer capítulo, «Dios y ley», explicaremos las cuestiones fundamentales de la religión y su importante conexión con el terreno de la ley en los países musulmanes. Además, analizaremos algunos de los procesos más importantes en cuanto a la evolución del islam y sus consecuencias en la modernidad, que oscilan desde la vuelta al islam primigenio y la reforma democrática, pasando por movimientos sociales y terroristas.
La presencia de la mujer y sus derechos también tendrán un hueco en la reflexión, donde se analizarán sus derechos según la tradición islámica y los procesos de renovación y cambio. La figura de la mujer en los países islámicos no solo es una figura de vulnerabilidad, sino que, como hemos podido comprobar a lo largo de la historia, es un importante agente de cambio social. Atender a su posición social en las diferentes sociedades es también un factor decisivo para reconocer el paradigma operante.
Los países islámicos se caracterizan por una cierta homogeneidad aparente en el imaginario occidental que debemos combatir. No es igual la forma de vivir la religión en Irán, en Turquía o en Arabia Saudí, todos ellos con particularidades y diferencias notables que evidencian que el islam no es inamovible, sino que está, como la mayoría de los procesos sociales, en perpetuo estado de cambio.
Al igual que son muchas las discrepancias, también hay elementos de unión y características compartidas que merecen especial atención para poder comprender no solo los países islámicos, sino también sus procesos de adaptación en otros lugares, como Europa, donde el número de creyentes musulmanes viene creciendo de manera significativa (por motivos de inmigración y de conversión principalmente).
En el segundo capítulo, «Islam y Europa», trataremos de exponer las cuestiones históricas que nos llevan hasta la actual situación, los imaginarios del «otro» y de cómo ha reaccionado Europa frente al islam. Analizaremos los diferentes procesos de integración e interacción de los musulmanes europeos con las sociedades y estados de acogida, así como algunos apuntes prospectivos en relación con esta materia.
Son muchos los debates que se llevan a cabo a ambos lados y diversas las interpretaciones e imaginarios sobre «el otro diferente». A menudo se perfilan más como monólogos bidireccionales que como auténticos monólogos. De una parte prima el orgullo y de la otra, la soberbia. El problema se agrava aún más cuando a los musulmanes que llegan a Europa se les da un trato discriminatorio y se usa el derecho como parapeto desde el cual impedir la integración.
A los inmigrantes musulmanes a menudo se les considera en Europa como ciudadanos de segunda, con dificultades para desarrollar su propia cultura y religión o para siquiera encontrar un trabajo. Las frecuentemente precarias condiciones económicas los condenan a la segregación residencial. Víctimas de la anomia social, a menudo se genera un sentimiento de rechazo y violencia contra el Estado receptor.
Entender el islam no es solo conocer cómo es la religión, sino cómo son los individuos que la practican y cómo cambian las mentalidades y actitudes a ambos lados de la frontera. La religión juega papeles muy diferentes según el entorno en el que se desarrolla. Esta cuestión parece ser ignorada por muchos estudiosos del tema, que ven el islam como un pilar inmovilista y estático.
El tercer capítulo, «Geopolíticas del islam», trata de analizar, matizar y ponderar los procesos políticos, económicos y sociales de la región de Oriente Medio. Pretendemos forjar un análisis introductorio que dé las principales claves de los movimientos de la zona. Por otro lado, proponemos un análisis de algunos de los actores principales y secundarios en la región, de manera que el lector pueda comprender mejor los intereses que operan en el terreno. La cuestión del terrorismo como agente de cambio y factor estratégico de la geopolítica también tendrá dedicado un espacio de interpretación.
Desde el atentado de las Torres Gemelas, el mundo vio cómo individuos y entes no estatales eran capaces de poner encima del tablero geopolítico su propia agenda y un temor a la estabilidad, la seguridad y la paz internacional. Su capacidad para desestabilizar regiones de alto valor estratégico, especialmente en sentido energético, hace necesario prestar atención a este nuevo fenómeno mundial.
Conocer la situación de los principales hegemon de la región –sus circunstancias políticas, económicas, religiosas y sociales–es fundamental para entender las tensiones de la región y la importancia del islam y las múltiples maneras de entenderlo. Los ejes religiosos y sus agendas son importantes también para entender la presencia geopolítica de actores como Estados Unidos o Rusia.
Por último, se dispone un apartado para aquellos que deseen profundizar en algunos aspectos que consideramos interesantes para una comprensión más amplia y detallada de la realidad jurídico-religiosa del islam y sus símbolos.
Mapa de países con mayoría musulmana
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DIOS Y LEY
Para el cristianismo, la pregunta adecuada es: ¿en qué creen los cristianos? Por el contrario, para el islam (igual que para el judaísmo), la pregunta correcta es: ¿qué hacen los musulmanes? (…) La fe (imam) y la acción o práctica correcta están interrelacionadas.
ESPOSITO (2006: 91)
Quizá la mejor manera de diferenciar la religión musulmana de la católica es la que propone el propio J. L. Esposito: dando prioridad a la acción sobre la creencia. Así, para los musulmanes no basta con creer, sino que cabe obrar de la manera correcta, difundiendo el mensaje y la ley de Alá. Los que creen en el Dios de Mahoma se convierten en mumin (creyentes) y en parte de la Umma (comunidad de creyentes musulmanes), mientras que los que no creen son considerados kafir (no creyentes). Es la creencia la que ofrece a los musulmanes una senda a seguir y son ellos los que con sus actos deben probar su voluntad.
De esta manera, cuando un musulmán sigue «el camino», la shari’a, entonces su fe crece de la misma manera: «[La fe] Crece cuando tus acciones aumentan y decrece cuando estas disminuyen. Así, es a través de las acciones o de su ausencia como la creencia crece o decrece»(Abi Zayd).
Algunos autores consideran que no es útil analizar el islam como una religión sino como una civilización. Aunque consideramos que hay elementos suficientes como para validar esta afirmación, sí creemos necesario resaltar que la identificación del islam como civilización tiene una serie de implicaciones que suponen una excesiva homogenización que en nada ayuda a salvar las distancias con los estereotipos que a menudo encontramos en la prensa.
De entrada asumimos que no es fácil hacer un análisis del islam por múltiples motivos: no